
Dominando las tierras del bajo Guadalete desde Arcos hasta los Llanos de la Ina, el Cerro del Castillo, en Torrecera, es un hito paisajístico de primer orden presidido en su cima por una torre almenara de época islámica, cuyos viejos muros de tapial son visibles desde la lejanía.
La torre formaba parte del sistema defensivo en torno al Jerez andalusí y su origen hay que buscarlo, tal vez, en la expansión demográfica que, como ha señalado Laureano Aguilar,


El emplazamiento estratégico de esta torre vigía estuvo vinculado también al control de una importante vía de comunicación de gran importancia hasta los siglos medievales. Se trata de la ruta que ponía en conexión las campiñas sevillanas y las riberas del Guadalquivir con el Campo de Gibraltar a través de la Sierra de Gibalbín y la vega Baja del Guadalete. En este sector, la mencionada vía, cruzaba el río por el Vado de Sera, a los pies de la torre, para continuar a través del valle del Salado de Paterna en dirección a Alcalá de los Gazules y Medina Sidonia siguiendo en parte el trazado de la actual Cañada de Los Arquillos.
Tras los rastros de Xera y Ceret en la historiografía clásica.

Así, por citar sólo algunos ejemplos, Fray Esteban Rallón, vincula este lugar a la Xera mencionada por Estéfano de Bizancio geógrafo del s. V d. C., que recoge a su vez los testimonios de Teopompo, historiador griego del s. IV a. C. El texto de éste último (Xēra, polis peri tas Herakleious stelas), muy discutido, alude a una ciudad, Xera, cercana a las columnas de Hércules.

A diferencia de los eruditos locales, que quisieron ver en ella la más remota referencia histórica al emplazamiento de la actual Jerez, el padre Rallón descarta ya a mediados del XVII estas teorías y para ello, acude a una argucia no menos disparatada: buscarle a esa posible ciudad de Xera otra ubicación.

El lugar mencionado por Estéfano Bizantino, escribe, “… no es nuestra ciudad, sino un sitio despoblado, que hoy conserva el mismo nombre, y se llama la Torre de Cera, donde se descubren ruinas de edificios antiguos, y en quien concurre mejor que con nuestro Xerez” (2).

Xera y Ceret, nada menos, fueron situadas en estas ruinas por algunos de aquellos historiadores locales que, a buen seguro, nunca visitaron el lugar, ya que hubiese bastado observar sus muros para ver en ellos similitudes claras con la cerca islámica de la ciudad de Jerez, que todos identificaban como “obra de moros”.

Habrá que esperar al siglo XIX para que otros estudiosos como Parada y Barreto (1876) tiren por tierra estas tesis de la historiografía tradicional: “La suposición de que Cerét debía

Con Alfonso XI en el Vado de Sera.
Sea como fuere, el enclave de la Torre de Cera jugó durante los siglos medievales un importante papel defensivo y de control del territorio, primero para los musulmanes y después, tras la conquista de Jerez por Alfonso X el Sabio, para los nuevos pobladores cristianos.
Conviene recordar que la vía de comunicación ya mencionada y que discurre paralela al curso del Salado de Paterna, a los pies de la torre, ha sido utilizada como paso natural entre estas tierras desde la más remota antigüedad.



En el Medievo este camino pudo ser, a juicio del profesor F. Hernández, la ruta seguida por Musa b. Nusayr en sus primera incursión, tras la victoria de Tarik en 711, quien según este autor, cruzaría el Guadalete por el Vado de Sera en su avance hacia las campiñas sevillanas, una vez conquistada Medina Sidonia (5). Como señala el profesor Juan Abellán, este mismo lugar fue paso obligado en el Jerez andalusí para las rutas que se dirigían a Vejer y Medina (por el camino de Algeciras descrito ya por al-Idrisi) y, especialmente, a Alcalá de los Gazules, pasando por Los Arquillos (6).

En algunas fuentes medievales cristianas como la Crónica de Alfonso XI, se subraya de nuevo la importancia de este lugar. Así, por ejemplo, en su camino hacia Alcalá de los Gazules, en el marco de una operación militar para liberar a la fortaleza de Gibraltar del cerco al que le había sometido el infante Abu-Malik, Alfonso XI acampará con sus tropas a orillas del Guadalete el 23

En estos siglos en los que el valle del Guadalete fue tierra de frontera, la Torre de Sera o de Cera, como se la llamará a partir de la dominación cristiana, formará parte del cinturón de torres vigía, atalayas o almenaras distribuidas por la campiña, con muchas de las cuales mantenía una buena conexión visual. Así, entre las torres, fortalezas o castillos que quedaban en su campo de visión, citamos las de Gigonza (a 12 km, al este), el castillo de Medina Sidonia (a 15 km al sur) o el de Torre Estrella (a 19 km al SE). Algo más lejos se divisa el castillo de Arcos (21 km NE), Jerez (19 km al O) o la Sierra de San Cristóbal (18 km al O) en cuya cumbre existió otra torre almenara. En el horizonte, hacia el Norte, se divisa también la Sierra de Gibalbín, a 25 km, que contaba con una de las torres vigías de mayor importancia estratégica en la época medieval, cuyos restos aún se conservan.
(Continuará en la próxima entrada)
(1) Aguilar Moya, L.: “Jerez islámico”, en D. Caro Cancela (coord.), Historia de Jerez de la Frontera I. De los orígenes a la época medieval, Cádiz, 1999, pg. 243-244.
(2) Rallón, E.: Historia de la ciudad de Xerez de la Frontera y de los reyes que la dominaron desde su primera fundación, Edición de Ángel Marín y Emilio Martín, Cádiz, 1997, vol. I, pg. 13.
(3) Gutiérrez, B.: Historia y Anales de la muy noble y muy leal ciudad de Xerez de la Frontera, Edición facsímil. Tomo II. BUC. Jerez, 1989, vol I, pg. 35.
(4) Parada y Barreto D. I.: Hombres ilustres de la ciudad de Jerez de la Frontera . Edición facsímil. Extramuros, Sevilla, 2007.Pg. 11.
(5) López Fernández, M.: De Sevilla al Campo de Gibraltar. Los itinerarios de Alfonso XI en sus campañas del Estrecho. Historia Instituciones y Documentos, 33, (2006) p. 317.
(6) Abellán Pérez, J.: La cora de Sidonia, Málaga, 2004. Pg. 41
(7) Catalán Menéndez-Pidal, D.: Gran crónica de Alfonso XI. Edición crítica y estudio. Madrid: Seminario Menéndez Pidal. Ed. Gredos, Madrid, 1976. Vol 2 Pg.43
(8) López Fernández, M.: El itinerario del ejército castellano para descercar Gibraltar en 1333.
Espacio, tiempo y forma. Serie III. Historia medieval, nº 18, 2002. Pg. 185-208
Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto. Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.
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- Un recorrido por las torres y castillos en torno a Jerez
- El Castillo de Berroquejo. Un sobreviviente de las luchas de frontera.
- Por La Torre de Pedro Díaz. Paisajes fronterizos en torno a Jerez.
- Patrimonio en el medio rural
- En la Torre de Melgarejo con Fernán Caballero.
Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 31/05/2015
2 comentarios :
Gracias por poner al alcance de todos, de esta forma tan hermosa y tan didáctica, la Historia y el Paisaje que tanto nos concierne. Por mostrarnos de donde venimos. Enhorabuena!
Me encanta ese paisaje alrededor de la Torre de Cera tan deteriorada la pobrecica pero tan resistente a los siglos.
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