El Guadalete regresa de nuevo

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Las lluvias caídas en los últimos días han hecho saltar, como en diciembre pasado, todas las alarmas: el Guadalete ha estado a punto de desbordarse, otra vez más en la vega baja. Durante estos días los registros pluviométricos en Grazalema y en otros puntos de la cabecera de la cuenca superaron los cien litros por metro cuadrado, mientras que en la campiña no bajaron de los cincuenta. Todo ello provocó una gran crecida en los principales arroyos de la cuenca. y llevó de nuevo la altura del río a niveles preocupantes cubriéndose los tajamares del Puente de Cartuja.


Los días siguientes a las lluvias el caudal siguió aumentando, sumándose a las escorrentías los grandes volúmenes desembalsados por la presa de Bornos, por cuyas compuertas se desaguaban hasta 50 metros cúbicos por segundo, laminándose así los efectos de la crecida. Con todo, el Guadalete en estos últimos días, -como puede verse en las fotografías tomadas el miércoles y el jueves a la altura del Puente de Cartuja-, inundaba su cauce de avenida que, despejado de ecucaliptos tras la limpieza efectuada meses atrás, se nos mostraba con una anchura desconocida. Los vecinos de la Greduela se han llevado esta vez la peor parte al desbordarse el canal de desagüe que recoge las aguas de los cerros colindantes, pero las alarmas saltaron también en la Ina, en las Pachecas, en El Portal y El Portalillo, en la Venta de Cartuja…


Y de nuevo, y como siempre, la gestión de los desembalses está en boca de todos. ¿Podían haberse realizado en el verano? ¿Era necesario esperar a las lluvias? ¿Hay espacio en nuestros pantanos para un invierno de lluvias moderadas? ¿Volverán a repetirse los episodios de inundaciones de parcelas, carreteras y viviendas del pasado invierno? Agricultores, vecinos de los núcleos ribereños, hosteleros con negocios en las proximidades de la ribera… no aceptan ya, sin más, cualquier explicación técnica. Por eso será preciso que desde la Agencia Andaluza del Agua y desde las administraciones y políticos responsables se haga un esfuerzo extraordinario de transparencia informativa. Se explique con claridad qué se está haciendo, que se tiene previsto hacer si vuelven las lluvias, cómo se están activando los servicios de Protección Civil, qué se ha hecho en el cauce del Guadalete y si las tareas de restauración y limpieza realizadas han servido para algo, qué nuevas intervenciones están previstas, cuándo se van a terminar las obras del azud móvil…. Preguntas, muchas preguntas que esperan respuestas claras, con plazos y compromisos, con información transparente, con datos, con pedagogía ciudadana.


Por nuestra parte les dejamos dos magníficos trabajos que pueden ayudarnos a entender mejor lo que sucedió el invierno pasado y que nos aportan también claves para entender nuestro río. El primero de ellos ha sido realizado por Agustín Cuello Gijón y tiene por título “El discurso fluvial social. Una aproximación desde el análisis de prensa en un episodio de inundaciones de la provincia de Cádiz”. El segundo analiza los “Aspectos hidrológicos de los episodios de inundaciones en Andalucía. Diciembre 2009-Marzo 2010” y es obra de Joaquín Rodríguez Pérez de Ocampo, ofreciendo interesantes datos del comportamiento del Guadalquivir y el Guadalete en el pasado invierno.

Inundaciones y prensa. Agustín Cuello Gijón
Aspectos hidrologicos de los episodios de Inundaciones en Andalucia. Diciembre de 2009 - Marzo de 2010. Joaquín Rodríguez Pérez de Ocampo

Si lo desean, pueden también consultar información sobre las últimas crecidas en los siguientes enlaces:

Te sugerimos también que eches un vistazo a otros artículos publicados en este blog: El Guadalete se desborda.


Canal youtube de entornoajerez


Dando un paso más en la difusión de nuestro patrimonio rural y natural, hemos querido que algunos de los trabajos que venimos realizando puedan también recogerse en formato de presentación de diapositivas o vídeo. Para ello hemos estrenado el canal entornoajerez en YOUTUBE, donde a partir de ahora, podrán también encontrar los lectores interesados algunas de nuestras realizaciones.

Las primeras son estas:

Todos los videos tienen alta resolución (HD) y pueden ser visionados a pantalla completa a 1080P.

A modo de estampa navideña y otoñal, les dejamos el titulado… "Ruta de los castaños. Parauta. Un paseo por el alto Genal"


Una “esclusa” para ir a Sevilla

Buque mercante en el Guadalquivir, procedente de Sevilla, en las proximidades de Trebujena

Para visitar Sevilla no hace falta ninguna “excusa”. Sin embargo, para llegar hasta ella remontando el Guadalquivir, se hace imprescindible una buena “esclusa”, una gran “esclusa” que permita el tránsito de buques mercantes y de los cada vez mayores barcos de crucero dedicados al turismo.



Como es sabido, Sevilla cuenta con el único puerto interior de España de importancia internacional, conectado con el Atlántico a través del Guadalquivir por una vía navegable de 80 km. de recorrido. Para facilitar la navegación y conseguir que el puerto sevillano mantuviera un calado constante y no estuviera sujeto a las variaciones de nivel que imponían las mareas, se instaló en la década de los cincuenta del siglo pasado una primera esclusa en el tramo final del canal de Alfonso XIII. Se cerró así el cauce natural del río y se consiguió, además de aislar la dársena portuaria, proteger a la ciudad de inundaciones y regular el nivel de agua dentro de la zona comercial.

Sin embargo, el incremento del tráfico marítimo en el Puerto de Sevilla hacía necesario la ampliación de las instalaciones para permitir el acceso de barcos de mayores dimensiones. Y para ello, además de aumentar el calado del canal (aspecto muy cuestionado por el movimiento ecologista) era imprescindible la construcción de una nueva esclusa que sustituyera a las que venían prestando servicios desde hace seis décadas. Con esta decisión se ponía en marcha una de las obras públicas de mayor envergadura de las que se han llevado a cabo en Eapaña, tanto por la complejidad técnica y el alcance el proyecto, como por la inversión de más de 160 millones de euros que ha requerido. Después de cinco años de intensos trabajos, el pasado 25 de noviembre la nueva esclusa de Sevilla ha empezado a funcionar marcando un hito en la ingeniería civil de nuestro país.

Una visita al “interior” de la esclusa

Estos pasados días de noviembre en los que la puesta en funcionamiento de esta singular obra pública ha sido noticia en los medios de comunicación, nos ha recordado la visita que realizamos en el mes de mayo de este año a la nueva esclusa del puerto de Sevilla. Las obras estaban entonces muy avanzadas y a esas fechas corresponden las imágenes que acompañan a este artículo.

Gracias a nuestro amigo Gonzalo Ortiz, ingeniero de caminos, tuvimos oportunidad de conocer a su compañero de estudios y amigo José Luis Fernández Martín, que desde 1997 ostentaba la jefatura de Infraestructuras del puerto sevillano y quien ha sido el ingeniero responsable de la dirección de las obras de la nueva esclusa. Con José Luis Fernández como guía de excepción, pudimos visitar detenidamente el lugar y conocer los detalles técnicos más relevantes de la obra civil, del funcionamiento de la esclusa o de sus enormes compuertas metálicas, sin duda uno de los elementos más llamativos.

En nuestro recorrido por las instalaciones bajamos hasta la base de la esclusa, un gran “cajón de hormigón” de más de 400 m. de largo limitado por gruesos muros de 20 m. de altura. Sorprendentes eran también los “garajes” de las compuertas, hasta cuyo interior accedimos a través de un gran tramo de escaleras que nos permitía apreciar, a medida que se descendía, la estructura de las compuertas correderas y sus mecanismos de tracción. Estas colosales puertas, fabricadas en los astilleros sevillanos, se deslizan sobre grandes carretones (ver fotografía) y se cierran herméticamente gracias al ajuste que proporcionan sus gruesas “juntas” construidas con una madera tropical, imputrescible y de gran dureza, de prestaciones superiores a las del caucho, que permite dotar a la esclusa de una total estanqueidad.

Ya en el exterior, desde el “puente de mando” del edificio se servicios construido junto a la esclusa, pudimos observar una completa perspectiva de toda la obra en la que destacan también, por lo llamativo de su diseño los tres puentes móviles (“puentes Van Gogh”) que cruzan el canal de navegación.

Algunos datos técnicos.

Como es conocido, una esclusa es un recinto delimitado por puertas móviles, que permite a los barcos salvar los diferentes niveles entre el río y el puerto. Salvando las distancias podemos decir que su funcionamiento nos recuerda al de un ascensor. El barco se sitúa entre las puertas y variando el nivel del agua en el interior de la esclusa, sube o baja hasta la cota deseada. Las compuertas entonces se abren permitiendo al barco salir para incorporarse al cauce del río que se encuentra entonces al mismo nivel que el interior de la esclusa. Pero este nuevo “ascensor de barcos” construido en Sevilla tiene también otras funciones, convirtiéndose en un muro de defensa para prevenir las inundaciones, pudiendo ser utilizada también para regular las riadas.

Como informa FCC, para la construcción de la esclusa ha sido necesario crear un recinto impermeable y realizar una excavación de 23,5 m de profundidad. La ejecución comenzó con una excavación inicial y la construcción de una pantalla de cierre que se empotró en los estratos impermeables. Una vez eliminada el agua del interior del recinto se realizó la excavación hasta alcanzar la cota final.

Las dimensiones de la esclusa son también singulares ya que “tiene 434 m de longitud y una manga útil de 35 m., que permitirá la entrada de barcos de hasta 20.000 TPM y 290 m. de eslora. La solera de la nueva esclusa se situará en la cota -11, ampliándose el calado en el canal de navegación hasta la cota -9 aguas abajo y -7,70 aguas arriba. Las puertas del lado del río son de 42 m. de ancho, 23,3 m. de altura y 6 m. de espesor; mientras que las puertas del lado del puerto son 42 m. de ancho, 17,50 m. de altura y 5 m. de espesor”. Estas grandes compuertas de acero, con un peso aproximado de 800 toneladas, se deslizan mediante dos enormes carretones, uno superior y otro inferior, que se desplazan sobre raíles, habiendo sido construidas en la factoría de astilleros de Sevilla

Las grandes dimensiones de esta nueva esclusa permitirán acceder al Puerto de Sevilla a la mayor parte de los buques mercantes del mundo (90%) con lo que se aumentará de forma considerable el transporte marítimo que, según nos informaba José Luis Fernández, podrá pasar de los cinco millones de toneladas actuales a doce, con el consiguiente incremento de la actividad económica y del empleo.

Uno de los elementos más llamativos de la esclusa son los tres puentes móviles que la cruzan, visibles desde la lejanía. Dos de ellos lo son para carretera, de 44 m. por 12 m. de ancho y el tercero, de la misma longitud y de 6 m de ancho, para el ferrocarril. Conocidos como puentes “tipo Van Gogh”, se levantan mediante un dispositivo de contrapesos situados en su parte superior.

En la visita que junto a nuestro amigo Gonzalo Ortiz realizamos en mayo pasado a la esclusa sevillana, José Luis Fernández, el ingeniero responsable de este gran proyecto, nos decía que esta obra era el sueño de cualquier ingeniero y que, por muchos motivos, era también la que iba a marcar su carrera profesional. Nada más lejos de la realidad.

A comienzos de septiembre se publicaba la noticia de que “el jefe del Departamento de Infraestructuras de la Autoridad Portuaria de Sevilla y responsable de la dirección de la obra de la nueva esclusa, José Luis Fernández Martín, se ha incorporado a la empresa Sacyr para la obra de ampliación del Canal de Panamá.” Esta empresa, que lidera el consorcio adjudicatario de la construcción de un nuevo juego de esclusas (el tercero) del Canal de Panamá, que tienen una similitud tecnológica y constructiva con la obra sevillana, no dudo en “fichar” a su ingeniero responsable para la que será una de las grandes obras de ingeniería del siglo XXI.

Desde “entornoajerez”, felicitamos José Luis Fernández por este gran reconocimiento profesional y no dudamos que, como ha sucedido con la esclusa de Sevilla cuyas obras ha dirigido, su nuevo reto en Panamá será en unos años otro gran sueño que se hará realidad.



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Una visita al Monasterio de Caños Santos (II)


El monasterio

Como el visitante podrá comprobar, el de Caños Santos fue un cenobio de notables proporciones. Sin duda lo más destacado del conjunto es la torre y la fachada de la iglesia, construidas con piedra labrada, ambas obras del siglo XVII. En esta última, se aprecian dos cuerpos con dobles pilastras entre las que se abren hornacinas. En el cuerpo inferior se enmarca la puerta y en el superior un curioso óculo. La torre, de cuatro cuerpos, es uno de los elementos mejor conservados de la obra original y ha llegado en buen estado hasta nuestros días. De aspecto recio y sólido, está coronada por un campanario ochavado que se eleva sobre la arboleda que rodea el conjunto, siendo el elemento más visible para los viajeros que divisan el monasterio desde la carretera de Olvera a Campillos.

El templo tiene planta rectangular, con una sola nave que perdió su techumbre ya en el siglo XIX, habiendo sido recientemente restaurado, por lo que conserva pocos elementos originales. Sin embargo aún podemos apreciar la robustez de los muros del primitivo edificio que han sido consolidados. Por una puerta lateral se accedía al claustro, ubicado en el costado izquierdo de la iglesia. Junto a él se encuentra el gran edificio que albergaba las celdas y dependencias del convento, repartidas en varias plantas y al que se quiere dar un uso turístico como restaurante y hotel. En su parte baja, al pie de los muros hay un singular mirador que, a modo de balcón, se asoma sobre el paisaje circundante ofreciendo magníficas vistas.

El conjunto se completa con otros edificios situados frente a la iglesia, que albergaron la panadería del convento y la hospedería. En la base de este último edificio, de altos muros brota la fuente de Caños Santos, en cuyas aguas encontrará el viajero recompensa a su caminata.

Agua y sombra

Pero si el conjunto monumental llama la atención del visitante por lo inesperado de su aparición y por la amplitud y solidez de las edificaciones, sin duda es la belleza del paraje natural en el que se enclava el monasterio lo que convierte a este lugar en uno de los de mayor atractivo de la comarca.

A la vegetación natural que prospera en las laderas del abrigo rocoso que rodea al monasterio, se suma la frondosa arboleda en la que conviven especies traídas de otras tierras. Un magnífico castaño de indias comparte la recoleta explanada que se abre frente a la iglesia con espigados cipreses y palmeras. Las acacias blancas se hallan también presentes aquí, destacando un viejo ejemplar situado en la parte trasera de la iglesia. Pero sin duda son los olmos la especie arbórea más abundante, aunque de unos años a esta parte muchos se han perdido azotados por la grafiosis, una enfermedad que afecta a buena parte de los olmos de toda la península. Formando una cerrada y estrecha galería escoltaban los olmos el camino viejo de Olvera que desde la fuente del monasterio se perdía ladera abajo hacia las huertas y que hoy, en su primer tramo, ha sido recuperado con una gran escalinata.

Este lugar no sería el mismo sin los árboles que crecen aquí y allá en torno a las diferentes dependencias del convento, o sin la densa vegetación que tapiza las laderas y los paredones rocosos que protegen el lugar y entre los que se abren pequeñas cuevas y oquedades naturales. De una de ellas, donde se halla el primitivo manantial, brota el agua que conducida por una cañería oculta, alimenta todavía la fuente de Caños Santos y llena un pilar del que rebosa después, de manera permanente, un reguero de agua hasta las huertas. Un hermoso lugar en el que es todo frescor y sosiego.

Las vistas

Ya ha quedado dicho que el paraje en el que se alza el convento, se encuentra "colgado" a modo de balcón en las faldas de umbría de la Loma de la Cordillera, convirtiéndose así en un espléndido mirador sobre la amplia región de las Sierras Subbéticas, donde se confunden las provincias de Sevilla, Cádiz y Málaga.

Desde diferentes rincones pueden obtenerse magnificas vistas sobre este abierto y despejado paisaje que, en primer término y a vista de pájaro nos muestra las laderas y el fondo del estrecho valle por el que discurre la carretera de Olvera a Campillo. En la ladera opuesta las tierras de Valle Hermoso Bajo y Alto se salpican con los mogotes rocosos que despuntan entre las suaves lomas. Son los peñones, que ya habíamos citado en el camino, entre los que divisamos cercano el de Montentier. Como telón de fondo y cerrando el horizonte se distinguen los perfiles de las paredes peladas de la Sierra del Tablón, en tierras de la localidad sevillana de Algámitas, siendo la elevación de mayor altitud de la provincia de Sevilla. Esta sierra es fácilmente reconocible por su cima amesetada en la que destaca el Terril, su máxima altura, que alcanza los 1129 metros, a cuyos pies nace el río Guadamanil.


El campo olvereño, salpicado de olivares, se pierde hacia poniente mientras que al este, una sucesión de pequeños cerros marcan ya los límites de la provincia de Cádiz, desde donde el todavía joven río Corbones inicia su camino entre la sierra sur de Sevilla buscando el Guadalquivir.

La romería

Uno de los factores que sin duda más ha contribuido a la conservación del lugar es la romería que todos los años se celebra en Caños Santos el 1 de mayo. En sus orígenes, varios siglos atrás, todos los pueblos de la zona acudían al monasterio. Ya fuera de los sevillanos Pruna y Algámitas, de los malagueños Cañete la Real o Cuevas o de los gaditanos Setenil, Olvera y Alcalá del Valle, año tras año la romería de Caños Santos congregaba a las gentes de la zona. Con el paso del tiempo es esta última localidad la que celebra la fiesta, preferentemente, lo que le llevó a comprar los restos del convento y sus tierras circundantes al municipio de Olvera, en cuyo término municipal se encuentra.

El ambiente de la romería, es similar al de todas las fiestas de este tipo. Desde Alcalá del Valle, bien caminando, bien en coches, carretas y tractores engalanados para la ocasión, se llega hasta el monasterio, a unos 6 km. del pueblo. En la explanada frente a la iglesia se celebra la misa de romeros que deja paso después a las típicas comidas campestres y a la fiesta popular.

Aunque cualquier momento del año puede ser bueno para conocer el lugar se aconseja visitarlo en primavera, cuando los campos de Olvera y Alcalá se hallan cubiertos de verde. Para los amigos de fiestas y diversiones la fecha más aconsejable sería la del 1 de mayo, día de la romería. Pero si el visitante se aventura en los meses de verano, cuando amarillean los prados y el calor aprieta, Caños Santos le guardará como recompensa la fresca sombra de su frondosa arboleda y, como el mejor de los regalos, el agua fría de su fuente.

Caños Santos en la literatura

Otro regalo es el que nos ofrece Sebastián Rubiales, escritor jerezano, quien en su obra “Los lugares prohibidos” (Ed. Renacimiento, 2004), dedica un capítulo a Caños Santos. La visión que el monasterio, rodeado de vegetación, ofrece en la lejanía a quien lo contempla desde la carretera es descrita como “…una edificación que se hurta a la mirada del viajero”. El autor, quien visita el monasterio cuando todavía está en ruinas, escribe “…las veces que me he acercado al paraje de Caños Santos, un temblor me aflige como un azogado…”. Y expresa, ciertamente, lo que sentimos cuando circulando por Vallehermoso, vemos en las laderas de la Loma de la Cordillera la silueta enigmática de la torre de su iglesia: “…Un silbido aterciopelado como una llamada amorosa trata de robar la atención hacia lo alto”.


Para saber más:
- Bel Ortega, C. y García Lázaro, A.:
Rutas por la comarca de Olvera. Cádiz. 1996.
- Del Río Cabrera, J. A y Siles Guerrero, F.: “De todos o ninguno: la sucesión devocional de la Virgen de Caños santos a la Virgen de los Remedios en las sierras de Cádiz Sevilla y Málaga”, en La religiosidad popular y Almería. Actas de las III Jornadas, pgs. 69-76. Instituto de Estudios Almerienses de la Diputación Provincial de Almería. Almería, 2004. (De esta publicación hemos tomado el grabado de la Virgen de Caños Santos).
- Del Río Cabrera, J. A.: “La leyenda del hallazgo de la Virgen de Caños Santos”. Revista de Olvera, 42: 62-67. Olvera, 2005.
- Dorado Rueda, J. M.: Caños Santos (1515-1996). Alcalá del Valle, 1996.
- Jiménez M., Siles F. y Ramírez S.: La Tercera Orden Regular en Andalucía. Caños Santos. Historia y vida de un desierto franciscano en los confines del Reino de Sevilla. Ed. La Serranía, Ronda, 2008
-Mesa Gil, A.: Ocurrió en Valle Hermoso. Caños Santos. Cañete la Real (Málaga), 1994.
-Rubiales Bonilla, S.: Los lugares prohibidos. Ed. Renacimiento, Sevilla, 2006


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Una visita al Monasterio de Caños Santos (I)


Hay un rincón en nuestra provincia que pasa por ser el más alejado de la capital, del que la separan casi 150 km. A este lugar, apartado de las principales vías de comunicación, donde las tierras de Cádiz se confunden con las campiñas y sierras malagueñas y sevillanas, dirigimos hoy nuestros pasos para visitar el que en otros tiempos fuera el célebre Monasterio de Caños Santos.

Grabado antiguo de la Virgen de Caños SantosEste antiguo convento franciscano, que como consta en las respuestas al catastro de Ensenada (1749) llegó a contar con 59 monjes, se encuentra enclavado en el término municipal de Olvera y próximo a Alcalá del Valle a cuyo ayuntamiento pertenece en propiedad el monasterio y sus tierras circundantes. Territorio fronterizo entre los antiguos reinos de Sevilla y Granada, entre las diócesis hispalense y malagueña, la historia que rodea al monasterio ha estado marcada también por esta singular posición geográfica, a caballo entre tres provincias y subrayada por el hecho de que la Virgen de Caños Santos sea la patrona de una tercera población, limítrofe con estos parajes e igualmente muy vinculada al monasterio: la localidad malagueña de Cañete la Real.

Cómo llegar.

Venta del GranadalEl Monasterio se encuentra apenas a 6 km de Alcalá del Valle, desde donde puede accederse a través de la carretera CA-9107 que se dirige a Olvera, y de la que se desvía después a la izquierda un camino bien señalizado. Nosotros, sin embargo, hemos llegado desde Olvera, donde se toma la carretera A-384 en dirección a Campillos y de la que nos desviaremos después a la derecha, tras recorrer unos 13 km, para seguir la ya citada carretera provincial hacia Alcalá del Valle. Desde este cruce, perfectamente señalizado, en cuyas proximidades se encuentra el cortijo de Lora y la antigua Venta del Granadal, la carretera trepa por la Loma de la Cordillera. Tras 7 km de recorrido y frente al cortijo de La Munición, encontraremos a la derecha el desvío al Monasterio al que llegaremos a través de un camino que discurre unos 3 km entre olivares.

Peñón en Valle HermosoSi nos gusta venir desde Olvera es porque el camino desde esta población nos permite disfrutar de los parajes de Valle Hermoso por los que discurre la carretera de Campillos. Se trata de una amplia vaguada natural que desciende suavemente hacía el río Corbones y que se encaja entre las laderas de la Loma de la Cordillera (a la derecha) y unas curiosas formaciones geológicas que salpican todo el recorrido a la izquierda del camino: los peñones. Se trata de pequeñas elevaciones rocosas que emergen más o menos aisladas entre las lomas circundantes, formando una serie de singulares hitos en el paisaje. Así, desde Olvera hasta el cruce del río Corbones se suceden el Cerro de las Carastas, la Peña de Zapapaldar - que con sus 847 m. es el más alto de todos , el Peñón de la Cañada, el Cerro del Linarejo y el Peñón de Montentier, todos ellos por encima de los 700 m. Por este paraje Monasterio de Caños Santosde Valle Hermoso, podrá observar también el viajero los últimos vestigios de la antigua traza de aquel frustrado sueño del Ferrocarril de la Sierra que, en este tramo entre Olvera y Almargen está pendiente todavía de recuperación como vía verde.

Un paraje singular.

Pero volvamos de nuevo al Monasterio y a su privilegiado enclave, colgado literalmente en ladera norte de la Loma de la Cordillera desde donde se divisa un soberbio panorama. Esta pequeña sierra de forma alargada, por cuya parte más elevada alcanza alturas cercanas a los 900 metros, traza el límite entre los términos de Olvera y Alcalá del Valle. Cubiertas en su mayor parte de monte bajo, estas lomas fueron cultivadas en otras épocas allí donde las pendientes lo permitían. Campos sembrados de cereales, olivares y espárragos , cultivo que en Alcalá del Valle es muy frecuente, se entremezclan con zonas, donde la vegetación autóctona -encinas, lentiscos, acebuches, jaras...- aún muestra su primitiva composición.

Tal es el caso del lugar donde se levanta el convento, cuyas edificaciones aparecen entre la espesura rodeadas de vegetación y cobijadas al abrigo de una pared rocosa, permaneciendo casi ocultas a los ojos del viajero, que las descubre como una aparición cuando el camino que conduce hasta ellas desciende bruscamente por la ladera y se encaja entre taludes, para desembocar directamente en el convento. Es entonces cuando sentimos que hemos llegado a un lugar muy especial donde se dan la mano la historia y la naturaleza.

Una imagen y una leyenda.

Donde hay un monasterio, hay una leyenda. En el caso de Caños Santos, como señalan los investigadores Juan Antonio del Río y Francisco Siles en un interesante estudio, la leyenda fundacional “…es, desde la perspectiva etnológica, obviamente muy parecida a las de otros santuarios destacados y está relacionada con los acontecimientos fronterizos. Parte de una supuesta población muy antigua que, en tiempos de los godos, era ya sólo una pequeña villa”. No faltan en esta historia ninguno de los elementos propios de otras similares: una imagen de la virgen amenazada por los infieles que es preciso salvar, una gruta escondida y de difícil acceso, un pastor Tello Pascual que localiza la imagen de manera casi milagrosa, un noble protector a cuyas expensas se edifica una primera ermita, la devoción de los vecinos de las poblaciones cercanas que consolida el mito…

En el caso de Caños Santos, la leyenda se remonta a los primeros tiempos de la dominación musulmana de la península. La tradición popular cuenta que los habitantes de una supuesta aldea visigoda, Cenosía, ubicada en las cercanías de Olvera, escondieron una imagen de la virgen en una cueva para ponerla a salvo de las “profanaciones” que los invasores llevaban a cabo. Ocho siglos tuvieron que pasar hasta que en 1512, un humilde pastor, Tello Pascual, apacentaba sus vacas por las lomas de Valle Hermoso, en las cercanías de Caños Santos. Como quiera que todos los días una res se escapaba ladera arriba, Tello decide seguirla hallándola recostada en un fresco prado, por cuyas cercanías fluía un arroyo. Intentando averiguar el origen de dicho manantial, el pastor anduvo monte arriba hasta dar con una pared rocosa en la que una pequeña cueva llamó su atención. En el interior de la gruta una luz resplandeciente rodeaba, como no podía ser de otra manera, la imagen de la Virgen María. Tello Pascual, de vuelta a Olvera, comunica a las autoridades civiles y al clero lo sucedido, decidiéndose trasladar la imagen a la iglesia de la villa. Milagrosamente la talla desaparece siendo hallada en la cueva en la que Tello Pascual la encontrara por primera vez. Aunque de nuevo es llevada a Olvera, el hecho se repite hasta tres veces, en vista de lo cual se decide levantar una ermita en el lugar, al interpretarse que este es el "deseo de la Virgen".

Pero es en 1542, treinta años después de la primera aparición, cuando el monasterio comienza a edificarse. D. Juan Téllez Girón, Conde de Ureña, propone al franciscano Fray Martín de las Cruces, el establecimiento de una comunidad de frailes que a partir de entonces se harían cargo de los cultos en el convento que sustituyó a la primitiva ermita. Tal como recogen diferentes estudios, la devoción popular por la Virgen de Caños Santos se extendió por todos los pueblos de la zona atribuyéndosele numerosos milagros.

En 1810, con la llegada de las tropas invasoras francesas al lugar, los frailes escondieron la imagen de la virgen que fue trasladada a la vecina población de Cañete , donde permaneció durante unos años y a donde volvería definitivamente en la década de 1830, si bien acabaría siendo destruida en 1936 durante la Guerra Civil. La decadencia del convento vino con la Desamortización que provocó su abandono y su lenta y posterior destrucción. Aún hoy, en la iglesia parroquial de Alcalá del Valle se conserva la pila bautismal del monasterio y un relieve, salvado también de las ruinas del convento en el que se representa el momento en que Tello Pascual, buscando su vaca, encuentra a la Virgen.

Cuando visitamos Caños Santos por primera vez, hace veinticinco años, el convento se encontraba en ruinas y el lugar aparecía rodeado de una densa vegetación. Años después, en otras visitas, pudimos hacer algunas de las fotografías que acompañan este reportaje y que dan muestra del abandono que sufría el lugar. En una de estas imágenes un rebaño de ovejas ocupaba la nave de la iglesia, entonces sin techumbre. Estas escenas pastoriles nos recordaron aquellas otras de Tello Pascual si bien, lamentablemente, anunciaban la definitiva destrucción de lo que aún quedaba en pie.

Afortunadamente, en 1996 las ruinas del convento de Caños Santos pasaron a formar parte del Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz y dos años después se iniciaron los trabajos de restauración y recuperación de la iglesia, la torre, el convento y el resto de edificaciones, tareas que con no pocas vicisitudes se han prolongado durante más de una década con desigual empuje. El objetivo final es conseguir que el antiguo monasterio se convierta en un espacio de uso cultural y turístico tal y como se apunta en los proyectos existentes para un futuro cercano.

Para saber más:
- Bel Ortega, C. y García Lázaro, A.: Rutas por la comarca de Olvera. Cádiz. 1996.
- Del Río Cabrera, J. A y Siles Guerrero, F.: “De todos o ninguno: la sucesión devocional de la Virgen de Caños santos a la Virgen de los Remedios en las sierras de Cádiz Sevilla y Málaga”, en La religiosidad popular y Almería. Actas de las III Jornadas, pgs. 69-76. Instituto de Estudios Almerienses de la Diputación Provincial de Almería. Almería, 2004. (De esta publicación hemos tomado el grabado de la Virgen de Caños Santos).
- Del Río Cabrera, J. A.:La leyenda del hallazgo de la Virgen de Caños Santos”. Revista de Olvera, 42: 62-67. Olvera, 2005.
- Dorado Rueda, J. M.: Caños Santos (1515-1996). Alcalá del Valle, 1996.
- Jiménez M., Siles F. y Ramírez S.: La Tercera Orden Regular en Andalucía. Caños Santos. Historia y vida de un desierto franciscano en los confines del Reino de Sevilla. Ed. La Serranía, Ronda, 2008
- Mesa Gil, A.: Ocurrió en Valle Hermoso. Caños Santos. Cañete la Real (Málaga), 1994.


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