El Rancho de La Bola


Vista del Cerro de La Bola desde San Cristóbal
En 1944 la Armada adquirió unos terrenos cercanos a la sierra de San Cristóbal, ubicados en el jerezano pago de Parpalana, en el paraje conocido como Rancho de La Bola. Se pretendía construir unas instalaciones subterráneas, en esta zona en la que habían existido antiguas canteras de arenisca, para trasladar allí el polvorín militar que en esos años se había acumulado provisionalmente en la ciudad de Cádiz, en espera de la construcción prevista en el Cerro de La Bola.

Estragos producidos por la gran explosiónDesde 1943, procedentes de Cartagena, se fueron depositando en unos almacenes próximos a la Base de Defensas Submarinas de la Armada, en el conocido barrio de San Severiano, una gran cantidad de cargas de profundidad, cabezas de torpedo, minas submarinas y otros explosivos en espera de su traslado definitivo al proyectado polvorín militar de La Bola. Casi 2000 cargas y minas pertenecientes a las que se prepararon para la Guerra Civil Almacenamiento de minasEspañola y a las de procedencia alemana que se acopiaron durante la Segunda Guerra Mundial, formaban este gran arsenal que, por las condiciones de deterioro de muchas de las bombas, y por su gran potencial destructivo, tenía que ser albergado en un lugar seguro, alejado de los núcleos de población. Sin embargo, la adecuación del polvorín previsto en el Rancho de La Bola se retrasaba ya más de cinco años mientras el material acumulado se deterioraba. Sólo una circunstancia trágica desencadenaría su definitivo traslado y aceleraría el inicio de las obras: la gran “Explosión de Cádiz” de la noche del 18 de agosto de 1947.

Vista aérea del Rancho de La BolaComo nos recuerda el investigador J.A. Aparicio Florido, la mayoría de las cargas estallaron “…salvo 491 de ellas, que por circunstancias no aclaradas, quedaron intactas y no explosionaron, las restantes reventaron prácticamente al unísono, provocando la mayor catástrofe gaditana de la que se conserva memoria después del maremoto de 1755. En ella perecieron 150 personas, resultaron heridos un número sin determinar pero que asciende sin lugar a dudas a más de 5.000 heridos y dejando decenas de mutilados.” Junto a la tragedia humana, más de 2000 edificios quedaron dañados, como si de un terremoto se tratara, en uno de los episodios más tristes que se recuerda en la historia de Cádiz.

Embarcadero de La MarinaA partir de este suceso se aceleró la construcción del polvorín de la Armada en los terrenos previstos del Rancho de La Bola donde a lo largo de la década de los cincuenta del siglo pasado se van levantando tres grandes naves, para el depósito de materiales y vehículos y se excavan diferentes túneles y galerías en el Cerro de La Bola destinados a albergar los explosivos más vulnerables. Junto a todo ello, se construyen otras dependencias e instalaciones para alojar al acuartelamiento Embarcadero de La Marinamilitar de las Defensas Submarinas de la Armada. Para facilitar el transporte de material se construyó un sólido embarcadero en el río Guadalete, aguas abajo del actual azud del Portal, al que llegaban las barcazas desde El Puerto de Santa María. El embarcadero, levantado en un paraje cercano al histórico emplazamiento de “Puerto Franco”, aún se mantiene en pie a orillas del río, como testigo mudo de la antigua vinculación a La Marina de estos parajes.

El “Depósito de Municiones de la Zona Marítima del Estrecho”, como se denominó también al polvorín del Rancho de La Bola, fue una instalación de gran importancia estratégica para la Rancho de La BolaArmada, como lo demuestra el hecho de que se incluyera como parada obligada, junto a la Base Naval de Rota, en las frecuentes visitas de altos mandos del ejército a nuestra provincia. Así, por ejemplo, el almirante Nieto Antúnez, ministro de Marina, lo visita en 1963, y el almirante Pita da Veiga, último ministro de Marina de Franco recorre las instalaciones del Rancho de La Bola en 1974. El gran vallado perimetral, protegido por numerosas garitas de guardia, es aún testigo de la importancia que Rancho de La Bolaestas instalaciones tuvieron en su día.

Durante la década de los ochenta del siglo pasado, con la restructuración de numerosas instalaciones militares, el Rancho de La Bola cayó en desuso. Apenas cuarenta años después de su apertura, en 1989, se trasladaron sus materiales y depósitos y se desmantelaron sus instalaciones que, desde entonces, han ido sufriendo un imparable deterioro y una preocupante ruina en sus Rancho de La Bolaedificios, pese a que el recinto cuenta con una precaria vigilancia cubierta por una empresa de seguridad.

Desde el abandono de sus usos militares aún habrá de pasar más de una década hasta que en 2002, se desafectan sus terrenos del uso de la Defensa y son puestos a disposición de la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos del ministerio de Defensa. Durante todo este tiempo, se suceden las peticiones al Gobierno de la nación para que esta finca de propiedad militar, se recupere para uso público. Preguntas parlamentarias de diferentes diputados (de I.U. y P.S.O.E., preferentemente) pretenden aclarar la situación administrativa del Rancho de La Bola. Colectivos ciudadanos, grupos ecologistas, partidos políticos… reclaman que, ante el estado de abandono y deterioro de la finca, sea cedida para uso público.


AlmacenesAlmacenes
AlmacenesAlmacenes

Hace menos de un año, el 12/03/2009, el grupo municipal de IU del Ayuntamiento de Jerez, a través de su concejal Joaquín del Valle, formuló ante el Pleno una “propuesta para solicitar al Ministerio de Defensa la cesión de los terrenos que conforman el Rancho de La Bola” en la que se resumen las actuaciones que se vienen realizando desde esta formación política y que son la mejor “crónica” de lo sucedido en estos años. Así, se recuerda en dicha propuesta que “alrededor de 1997, ante la situación en que se encuentra la finca (abandono total de la zona, instalaciones desmanteladas, malla metálica que rodea la finca en mal estado, túneles que se hunden, utilización por los ciudadanos para la recogida de caracoles y espárragos)… se inicia un periodo más activo en el que Izquierda Unida empieza a solicitar al Gobierno Municipal más implicación en la propuesta. Se comienzan a hacer gestiones a otros niveles y se traslada por parte de Izquierda Unida el asunto al Congreso de los Diputados en el que se solicita respuesta sobre las previsiones del Ministerio de Defensa acerca del Rancho de la Bola, y en la que dicho Ministerio no se pronuncia de manera clara respecto al interés que pueda tener la zona.”

Accesos a almacenes subterráneosAccesos a almacenes subterráneos
Accesos a almacenes subterráneosAccesos a almacenes subterráneos

Será a partir de esa respuesta cuando se constituye una Plataforma con distintas organizaciones y colectivos locales que reclaman a Defensa la cesión de los terrenos para la creación de un parque periurbano vinculado también al cercano río Guadalete. El 30/09/2003, como señala el citado documento, a propuesta de I.U. el Ayuntamiento Pleno acuerda: “Solicitar al Ministerio de Defensa la cesión gratuita de los terrenos correspondientes al denominado Rancho de la Bola para su uso municipal y la utilización de la zona como parque periurbano público”.

En 2006, ante la pregunta parlamentaria formulada por Gaspar Llamazares, a petición del grupo local de I.U., el Gobierno recuerda que “La propiedad Rancho de la Bola se encuentra desafectada del uso de la Defensa y ha sido puesta a disposición de la Gerencia de Infraestructura y Equipamiento de la Defensa desde enero de 2002… La Ley prohíbe las cesiones gratuitas, no obstante, con carácter previo a su enajenación se notificará al Ayuntamiento por si quiere proceder a su adquisición conforme a lo establecido en la Ley.”


Últimos graffitisGarita de vigilancia
Interior del recinto

A partir de aquí, la última propuesta sobre la recuperación del Rancho de La Bola realizada desde I.U., ante el pleno, hace menos de un año, recuerda que “…durante estos años ha quedado más que justificada la necesidad de integrar dicho espacio al patrimonio público. Su proximidad al río Guadalete es de especial importancia por su carácter histórico y nos brinda un amplio abanico de oportunidades de uso social, educativo, ambiental, lúdico, agrícola, empleo..., a las que no debemos renunciar”. Para ello, junto a otras propuestas,
insiste en la necesidad de “solicitar al Ministerio de Defensa la cesión de los terrenos correspondientes al denominado Rancho de la Bola para su uso público
”.

Almacenes

No se precisan muchos más argumentos para reclamar que el Rancho de La Bola debe ser un espacio de uso público, un gran parque periurbano para el disfrute de todos los ciudadanos. Basta con asomarnos por los alrededores de la Cañada del Carrillo, o por las cercanías de El Portal y la Sierra de San Cristóbal desde donde se divisa la finca del Rancho de La Bola, sobre cuyos cerros crece un denso bosquete de eucaliptos, para comprobar las potencialidades medioambientales de este espacio, próximo al Guadalete, a la traza abandonada del ferrocarril, a las cañadas del Carrillo, del Puerto de las Cruces, de Puerto Franco, de la Hijuela de las Coles, de la Sierra de San Cristóbal… Esperemos que, entre todos, podamos conseguirlo pronto

Las imágenes retrospectivas sobre la gran explosión de Cádiz en 1947, han sido obtenidas de http://www.gentedelpuerto.com/2009/05/22/ y de http://cosasdecadizcositasmias.blogspot.com/2009/04/la-explosion-de-cadiz-de-1947.html
Ver el reportaje sobre el Rancho de La Bola publicado el 11 de abril en Diario de Cádiz titulado 'El polvorín fastasma'


Ver Foto denuncia "entornoajerez"...
Otras entradas sobre Paisajes con historia "entornoajerez"...


Paisaje después de la tormenta.


Carretera de Las Pachecas
Hemos recorrido de nuevo muchos de los lugares que resultaron afectados por el desbordamiento del Guadalete en estos días pasados para comprobar sus efectos y, como si de la auténtica “zona cero” se tratase, hemos querido resumirlos con estas imágenes de la carretera de acceso a la barriada rural de Las Pachecas, donde se produjeron esta vez grandes daños.

Ante el muro de contención impenetrable que supone el trazado de la autovía de Los Barrios, el agua, violentamente, ha buscado su salida por el arroyo Buitrago, único desagüe natural, junto con el río, de los Llanos de La Ina y Las Pachecas. Su efectos son elocuentes y más bien parece que las deformaciones de la capa de asfalto de la carretera, las profundas grietas que aparecen en su trazado, el desplazamiento de las bocas del alcantarillado, los hierros doblados y arrancados de los “quitamiedos”… hubiesen sido causados por un pequeño terremoto.

Ojalá nos equivoquemos, pero nos tememos que dentro de dos meses nadie hablará ya del Guadalete. Sin embargo debieran abordarse de una vez, para evitar siquiera parcialmente que se repitan algunos de los graves daños causados, los principales problemas que se han puesto de manifiesto con los desbordamientos.

Debemos ser conscientes de que cada vez que se registren grandes precipitaciones, como en esta ocasión, existirán problemas. Pero pueden paliarse en parte sus efectos y para ello hay que deslindar el río, desalojar sus riberas de construcciones, acabar con las ocupaciones ilegales del Dominio Público Hidráulico, elaborar un mapa de zonas inundables que limite determinadas actividades, realizar una limpieza del cauce en los lugares en los que se encuentra más aterrado, reforestar sus riberas y las de los arroyos que aportan más lodos, acabar con las prácticas agrícolas de riesgo, evitar construir viviendas en zonas inundables y ofrecer alternativas a quienes ahora las ocupan, revisar el efecto barrera de algunos tramos de carreteras y mejorarlos…Y hay que terminar, de una vez el azud móvil. Hay que dejar de vivir de espaldas al río.


EPÍLOGO Y AGRADECIMIENTO:

No podíamos cerrar este recorrido sin expresar nuestro profundo agradecimiento a Emiliano Mellado Álvarez, quien nos ha honrado durante todo este tiempo con sus visitas y, como un inesperado "regalo de reyes", nos ha remitido un magnífico documento en PDF que adjuntamos, diseñado y elaborado por él, y que compartimos con todos nuestros lectores. Gracias por todo ello Emiliano.

EL GUADALETE SE DESBORDA. PDF

Sobre El Guadalete se desborda hemos publicado:

Nota: El bloque central de fotografías nos ha sido cedida por nuestro amigo Salvador Rueda.

El Guadalete se desborda (7).
En La Corta, Río Viejo y El Portal.


El Guadalete a su paso por El Portal
Es cierto que en 1996 el río alcanzó en toda la vega baja, niveles superiores a los de este año, pero también lo es que en esta ocasión hemos visto (y así ha sido retransmitido a todo el país a través de los noticiarios de las cadenas nacionales de televisión), que el Guadalete se ha desbordado como un río de los “grandes”, saliendo de su cauce (de su “madre”), sobrepasando sus riberas e inundando las grandes llanuras aluviales que se formaron en sus orillas.

En esta última etapa del recorrido que venimos realizando por la vega, asomados al Puente de Cartuja, observamos como el Guadalete ha estado a punto de rozar los tableros del puente de la autovía Sevilla-Cádiz. Algo más abajo, en la zona colindante con el Monasterio y Viveros Olmedo, donde nuestro río se une al Salado de Caulina, sus aguas han penetrado por el cauce de este arroyo, curso arriba, formando una gran laguna en las proximidades del vivero y a los pies del Cerro de Lomopardo, donde las aguas han estado a punto de sobrepasar el trazado de la autovía, como ya sucediera en 1996.

Casitas inundadas en La CortaLa Corta inundada
La Corta inundadaLa Corta. Inundaciones de 1996

Caudaloso como en pocos puntos, el río ha ceñido el pequeño cerro de El Sotillo, donde se ubica La Cartuja, y se ha presentado en La Corta inundando las viviendas construidas en sus orillas y anegando corrales y cercados, huertas y sembrados y aún los improvisados aparcamientos de camiones y los garajes que se levantaron en terrenos arrancados a las riberas, tras destruir la vegetación natural acompañante del río con rellenos de escombros. Las crecidas no entienden de usurpaciones y el río, de acuerdo con la manida pero certera expresión, ha venido buscando sus tierras “con las escrituras bajo el brazo”. Bajo el brazo imparable de sus crecidas.

Cortijo de 'Río Viejo'Cortijo de 'Río Viejo'
Inundaciones en El PortalViviendas inundadas en El Portal

Pudiera ser esta una buena ocasión para buscar alternativas y ayudar a las familias que se ven obligadas a vivir en estas zonas inundables. Nos tememos que, de nuevo, no será así a juzgar por la terquedad con la que se vuelven a levantar estas construcciones. Las fotografías que acompañan a este reportaje nos muestran estas mismas viviendas en las inundaciones de 1996, cuando se llegaron a demoler y nos las vuelven a presentar, en las tomadas hace una semana, como nada ha cambiado quince años después.

Esta vez el agua no ha llegado a entrar en la venta Las Angulas, en La Corta, pero si lo ha hecho en Río Viejo, donde sus caminos de acceso daban muestras del enorme caudal que estos días ha circulado por el Guadalete. El topónimo de Río Viejo nos habla de antiguas “madres” por las que circulaba el río en este rincón de la vega, donde en el siglo XVIII se cambio su curso. Las tierras colindantes del Olivar del Duque, junto a las balsas de la Azucarera del Guadalete y la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Jerez, formaban parte de la misma lámina de agua sobre la que se reflejaban las pilas que soportan el viaducto del ferrocarril, como si de un espejo se tratase.

Viaducto del ferrocarrilDetalle del viaducto del ferrocarril
Puente de La HerraduraLa Herradura

En el puente de El Portal, junto al cortijo de La Herradura, el río había sobrepasado, curso arriba, los diques de protección de esta barriada rural y el agua llegaba hasta los muros de sus casas. A pesar de los daños, esta vez no hubo que lamentar las graves inundaciones de diciembre de 1996, donde se cortó la carretera y la vía férrea y la crecida se dejó sentir en las viviendas de El Portal y El Portalillo.

Desde el Puente de La Herradura, aguas abajo, el río ha inundado el tarajal que crece en su orilla derecha y ha ocupado el “nuevo cauce” que se ha trazado hasta el azud, entre diques recrecidos protegidos por escolleras de enormes bloques de piedra. El Portalillo se ha librado esta vez, por la “mínima”, de ver sus viviendas inundadas.

El Guadalete en el viejo azudLa crecida en el azud
La crecida en el azudConsecuencias de las inundaciones de 1996

Sin embargo, uno de los puntos donde con mayor crudeza se ha manifestado la fuerza del río, y los problemas que causan sus crecidas y avenidas, ha sido en el azud, en las proximidades de El Portalillo. En este lugar se está construyendo (desde hace casi diez años…), el futuro “azud móvil”, y se ha trazado un nuevo cauce, de mucha mayor anchura que el actual. Estas obras fueron protegidas por grandes diques de tierra y el río fue desviado por un cauce alternativo hasta un azud provisional, mientras se construía el nuevo azud.

Inundación en El Portal Detalle del nuevo azud móvil

En esta ocasión, el azud ha vuelto a ser un obstáculo para conseguir una mayor capacidad de desagüe (especialmente en los episodios de marea baja) y hemos podido observar como una lámina de agua de un enorme espesor lo sobrepasaba, buscando una salida hacia las marismas. A diferencia de lo que sucedió en 1996 (ver fotografías), esta vez el río no se ha llevado el azud por delante, pero ha faltado poco. En este sentido, se tomó la decisión de abrir una vía en los diques que aislaban las obras del nuevo azud para que, de esta manera, el río pudiera también fluir por este cauce alternativo consiguiéndose así una mayor capacidad de desagüe. Puede afirmarse que, de una u otra manera, el río ha “estrenado” una obra para la que, lamentablemente, no son ya admisibles más justificaciones a su inexplicable retraso.

Nuevo azud móvil del río Guadalete. Vista general

Toda la turbulencia de las aguas, mezcla de espumas y lodos, toda la fuerza con la que saltan en este lugar, se pierde al poco, cuando ya en la zona de marismas, el río busca, más calmado, los llanos de Doña Blanca y la Vega de los Pérez camino de El Puerto de Santa María. Y así, hasta la próxima crecida, llevándose por delante cuanto se cruza a su paso. Con permiso de nuevo de nuestro admirado José Luis Sampedro, el Guadalete ha sido, más que nunca estos días, “El río que nos lleva”.

Si te interesa puedes ver más artículos en este blog relacionados con El río Guadalete y las inundaciones.

 
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