Con San Isidro Labrador por la campiña de Jerez


Cada año, a mediados de mayo, se celebra en muchos lugares de España la fiesta de San Isidro Labrador. La conocida vinculación del santo con el campo hace que, de alguna manera, también esté presente en nuestra tierra y que la suya sea una de las imágenes más repetidas de los azulejos devocionales que encontramos junto a las puertas de muchos cortijos de la campiña.

Por poner sólo algunos ejemplos, traemos aquí el bonito y colorista panel cerámico de doce piezas que luce en la fachada del cortijo de Mesas de Santiago en la que se representa al santo en actitud orante, mientras los ángeles aran la tierra con sus bueyes y el agua brota a los pies de la pala o cayado que sostiene entre sus brazos. Tras el santo aparece también, genuflexo, su señor, Iván de Vargas.

Otra imagen de San Isidro, con similar repertorio iconográfico, puede verse junto a la puerta del cortijo de La Matanza en una composición de veinte azulejos obra de Cerámica Montalván, de Sevilla. Se repite aquí el milagro de los bueyes mostrándose al santo con una pala.

En el conjunto de azulejos que adornan la fachada principal, del cortijo de La Mariscala encontramos otra escena dedicada al San Isidro, donde aparece orando en primer plano, tras el cual, un ángel se encarga de labrar el campo. Se repite también en este azulejo el milagro del agua que brota de la tierra donde el santo clava su pala.


San Isidro dio también nombre a diferentes fincas y viñas de las cercanías de Jerez, como puede rastrearse en la cartografía sobre nuestro término, si bien, la mayoría ya se han perdido. Estos son los casos de la antigua viña San Isidro que estuvo situada entre El Zorro, El Corregidor viejo y La Recovera, junto a la Hijuela de los Manzanillos, hoy ya desaparecida.



O el de la antigua hacienda San Isidro, que ocupaba una parte de los terrenos que en la actualidad acogen al Campus, y que estuvo ubicada junto a la carretera de Arcos y el Camino de Albadalejo.



Otra viña, de nombre San Isidro, se mantuvo tan solo hasta hace unos años junto a la cañada del Amarguillo, en el paraje de Puerto Escondido. Su caserío remozado todavía se conserva si bien sus vides han sido sustituidas por olivos.





Por último, el nombre del santo goza de gran predicamento en toda la zona rural de Jerez y, especialmente en los poblados de colonización donde protagoniza buena parte de las romerías. Como es bien conocido, una de las localidades pedáneas (EATIM) que ocupó -entre otras- las tierras del cortijo de Revilla, lleva desde su creación en 1956 el nombre de San Isidro de Guadalete




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