
Con más pena que gloria, entre el olvido institucional y ciudadano, hemos dejado pasar una de esas FECHAS HISTÓRICAS para nuestra ciudad como la del ciento cincuenta aniversario de la traída de las aguas del Tempul.
La fuente del Arenal, construida para la ocasión, abrió sus surtidores en un acto oficial celebrado el 16 de Julio de 1869, simbolizando en él la ansiada llegada de las aguas desde el manantial de Tempul hasta Jerez. Sin embargo, conviene recordar que fue el 22 de junio de 1869 a las cinco de la tarde cuando el agua comenzó a fluir por el acueducto, llegando a los depósitos instalados en el cerro del Calvario (que desde entonces se llamarían de Tempul) a las nueve y cincuenta minutos de la mañana del 23 de junio de 1869, tardando así en recorrer los 45.600 m de longitud de la obra un tiempo aproximado de 17 horas, coincidiendo con los cálculos efectuados por el ingeniero.

La ciudad celebró aquel acontecimiento por todo lo alto ya que suponía un logro verdaderamente histórico tal como quedó plasmado en las medallas, memorias, artículos y poemas, recogidos muchos de ellos en "El álbum de las aguas". El ingeniero Ángel Mayo, autor del proyecto recibió por esta magna obra los máximos honores bautizándose con su nombre una de las calles de la ciudad.
Pero este es el final de una historia que empezó, hace ahora ciento cincuenta años, en una ciudad sedienta: el Jerez de mediados del XIX. Vamos a recordarla.
Una ciudad sedienta.
Desde el siglo XVI, de manera recurrente, el concejo jerezano anduvo embarcado en dos grandes empresas: la traída de aguas y la canalización del Guadalete y su unión con el Guadalquivir. Si bien la mejora de la navegación por el Guadalete y,

A mediados del XIX Jerez era ya una de las grandes ciudades del país. En plena expansión y con más de 60.000 habitantes, no había resuelto todavía el problema del abastecimiento de agua potable llegando a afirmarse que era más fácil conseguir un vaso de vino que uno de agua. Desde los pozos y manantiales ubicados en las cercanías del casco urbano, el agua llegaba a las escasas

No es exagerado afirmar que la necesidad de dotar a la ciudad con


Consciente de esta gran necesidad, el Gobernador Civil de la provincia Sr. Méndez Vigo, se propuso retomar las iniciativas y solicitó la
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Los primeros proyectos.
Será a mediados del siglo XIX, cuando ingenieros de diferentes empresas nacionales y extranjeras realicen estudios en la zona al objeto de tratar de resolver el problema de abastecimiento de las principales ciudades de la provincia. Así, el 19 de enero de 1861, el diario local “El Guadalete”

Al ser un tema de interés público, la prensa escrita del momento se hacía eco de estos debates, apostando por una solución “local”, que pasaba por realizar la traída de aguas desde los ríos Guadalete o Majaceite o de los manantiales del Tempul, de la mano de una

En busca del agua con el ingeniero Ángel Mayo.


También estudiará la posibilidad de realizar tomas, mediante la construcción de azudes, en el Río Guadalete, en el lugar conocido como Cerrada o Angostura de Bornos (donde casi un siglo después se construiría la presa), en el propio río Majaceite a la altura de la Angostura de Arcos, o en el Guadalete en la zona del Puente de La Cartuja, el punto
En su afán por asegurar el abastecimiento, Ángel Mayo exploró también fuentes y manantiales de localidades próximas, como los de La Piedad, en el Puerto de Santa María, los diferentes manaderos de la sierra del Calvario en Bornos, o la copiosa fuente del Nacimiento, en Benamahoma, que aunque muy


Junto a estos manantiales, Ángel Mayo aportó también en su Memoria nuevos estudios de otros puntos de abastecimiento próximos a la ciudad como las Fuentes de La Canaleja, La Teja, el Clérigo, La Vaquera o Pedro Díaz, ubicadas en el Pago de Montealegre, en las vertientes de Albadalejo y Los Albarizones.
El manantial de Tempul como solución

Así las cosas, las opciones finales se centraron en tres posibles puntos: el río Majaceite en la Angostura de Arcos (donde se levantaría medio siglo después la presa de Guadalcacín), el Río Guadalete en una zona próxima al Puente de La Cartuja, y el manantial del Tempul, al que en caso de necesidad, se podían sumar las aguas de los manantiales del Aljibe.

Sin mucho tiempo que perder, en Junio de 1863 se autorizan las obras y en mayo de 1864 se iniciarán los trabajos de acuerdo al proyecto de Ángel Mayo que, no sin dificultades, posibilitarían finalmente que “el día 16 de julio de 1869, coincidiendo con la fiesta en honor de la Santísima madre del Carmelo, las aguas del rico e inagotable manantial de Tempul se elevaron a gran altura, y corrieron por primera vez por nuestras calles y plazas…”.

La ciudad contrajo una deuda de gratitud con el célebre ingeniero que en esos mismos años también intervino en el proyecto de la primera línea de ferrocarril de Andalucía de Jerez al Trocadero. No es de extrañar por ello que se sintiera con gran pesar la noticia de su muerte, el 24 de Agosto de 1884, tras las graves heridas sufridas en un accidente ferroviario en las proximidades de Astorga, cuando contaba con 57 años de edad.
Su periplo por nuestras tierras “en busca del agua”, y los frutos de sus proyectos y de su riguroso trabajo, bien merecen ser recordados ahora que se cumplen ciento cincuenta años de aquella magna obra que fue la traída de las aguas del manantial de Tempul a la ciudad.
- Arcila Garrido, M.Luis.: La figura de Ángel Mayo vista por la prensa de la época" en Aguas de Jerez. Tempul: entre el medio natural y la técnica hidráulica. Coord. J. M.Barragán Muñoz, Ed. Ajemsa. Jerez de la Frontera, 1993. Las ilustraciones de los aguadores en la fuente de Los Albarizones y de los planos de Proyecto del Acueducto del Tempul, han sido tomados de esta obra.
- Barragán Muñoz, M. Coord.: Agua, ciudad y territorio. aproximación geohistórica al abastecimiento de agua a Cádiz. Ed. Servicio de Publicaciones de la UCA, Cádiz, 1993.
- Barragán Muñoz, M. Coord.: Aguas de Jerez. Evolución del abastecimiento urbano. Ed. Ajemsa. Jerez de la Frontera, 1993.
-Inauguración de las Aguas de Tempul. Revista de Obras Públicas. 1869. Tomo 15-2, pg. 177
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Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, 05/10/2013
1 comentario :
Fantástica esta pequeña y gran historia... Gracias a los hermanos García Lázaro por recordar estos hitos históricos de gran relevancia para la vida, el bienestar y el progreso de la ciudad.
José Antonio G.M.
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