
Desde los romanos a los árabes, existen referencias a la presencia de palomares en nuestra tierra. Las primeras se deben a nuestro “paisano” Lucio Junio Moderato Columela, uno de los más renombrados tratadistas agrónomos de la Antigüedad, nacido en Cádiz, quien en su célebre “De Re Rustica” aporta numerosos testimonios sobre la cría de palomas y la construcción de palomares en el mundo romano y en los campos de la Bética. Si en las villas

La presencia de palomares en nuestros campos debió ser también muy significativa en los siglos medievales hasta el punto de constituir un rasgo identificativo de


A lo largo del siglo XVII existen muchas referencias a esta actividad como las que encontramos en las Respuestas Generales de


El siglo XIX verá la construcción de palomares singulares en nuestros cortijos, haciendas y casas de viña, y es en esta época cuando se levantan lo que podríamos definir como auténticas

Palomares en los cortijos de la campiña


En otras localidades cercanas como San José del Valle tuvieron palomares destacados los cortijos de Chorreadero Viejo, Parralejo Alto, Gigonza o La Parrilla Alta, que aprovechaba la planta alta de su torre mirador para tal fin. En Rota fue también conocido el de Torrebreva, en Puerto Real la torre palomar del cortijo de Carvajal, en Sanlúcar el del cortijo de Évora...
En la comarca de la Sierra pudimos ver no hace mucho un notable palomar en el cortijo de Lora. En Setenil destaca el de El Tejarejo y en Villamartín los de Las Rosas y La Chirigota, por mencionar sólo algunos. Poblados palomares tuvieron en Arcos los cortijos de El Toril, El Drago, La Alcornocosa de Atrera, El Palomar y El Peral. El viejo caserón del cortijo de El Palomar, topónimo que aún bautiza esta zona colindante con la Cañada de Jerez a Bornos, se mantiene en pie todavía aunque ya sólo podamos ver sobrevolando el lugar las palomas bravías que anidan en las faldas de Gibalbín. El

Por su singularidad, queremos destacar aquí los palomares que se conservan en la hacienda de El Peral, situado junto a la autovía de Jerez-Arcos, a escasa distancia de esta última población. Situados en la parte superior de las torres de contrapeso de este antiguo molino aceitero, dan a su fachada un sello característico al estar pintados de almagre, ese peculiar tono rojizo que nos recuerda al óxido de hierro o a la arcilla y que contrasta con el blanco que luce el resto del edificio,

No faltan tampoco, en las comarcas de la Janda y el Campo de Gibraltar, notables palomares como los de Isla Verde, en Alcalá de los Gazules, el del Cortijo Grande de Guadarranque, en Los Barrios, o los de El Aciscar y Palmosilla en Tarifa. Pero sin duda, el más sobresaliente de todos es el que actualmente se conoce como Palomar de La Breña, en Barbate, foco de atracción de un complejo destinado al turismo rural con alojamiento y restaurante.
Ubicado en el que fuera antiguo Cortijo de La Porquera, y rodeado del magnífico pinar que constituye el núcleo del Parque Natural de la Breña, Acantilados y Marismas del Barbate, el Palomar de la Breña es un auténtica joya de nuestro patrimonio etnográfico. El palomar es sin duda la parte más sobresaliente de esta antigua hacienda construida en el siglo XVIII, siendo concebido como una explotación para la producción de aves y de palomina, que era muy

Cuando visitamos su interior, reclaman nuestra atención sus elevados muros paralelos, de unos once metros de altura, que forman entre ellos estrechas calles dispuestas a ambos lados de un patio central. En los paramentos de estos paredones se han incrustado los nichos u hornillas para las palomas que suelen ser en su mayoría, piezas cerámicas cilíndricas. Se calcula que el número de hornillas es de 7.700 lo que permitía albergar unas 5.000 parejas de palomas. Sin embargo, como veremos, los palomares de La Greduela y de Zurita, en Jerez, construcciones de arquitectura mucho más modesta, casi multiplican estas cifras por tres. Otro día volveremos a La Breña, para ocuparnos con más detenimiento de este impresionante palomar.

Pero volvamos a Jerez tras este rápido paseo por los palomares de la campiña para reclamar la atención del lector en algunos rincones cercanos a la ciudad, tan vinculados a los palomares, que su huella ha quedado hasta en la toponimia.
Tomamos para ello la carretera que desde la Torre de Melgarejo se dirige a Gibalbín. Junto a la que fuera antigua Estación de El Rizo (de aquel antiguo ferrocarril de la Sierra que no llegó a funcionar parcialmente más que hasta la Azucarera de Jédula) se encuentra el cortijo de Arroyo Dulce. Desde aquí parte un camino que comunica con el cortijo de El Rizo. En el punto medio, junto al arroyo, encontramos las Casas

El edificio consta de dos cuerpos separados por un pequeño patio, cubierto por una red que sirve de protección a las palomas e impide la entrada de aves rapaces y otros predadores . Una


Algo más lejos, en las suaves laderas de la Sierra de Gibalbín orientadas al sur encontramos el paraje conocido como El Palomar de Sigüenza, donde en otros tiempos, los palomares constituyeron la seña de identidad de este rincón de la campiña. Apenas unas construcciones destinadas a uso ganadero y un camino escoltado por grandes sillares de arenisca labrados a escuadra, quedan del que fuera notable Cortijo de El Palomar, ubicado en el interior de un olivar, junto a la Cañada de Espera, en las proximidades de su cruce con la carretera que une El Cuervo y Gibalbin. En sus cercanías se encuentra también el caserío conocido como Zahurdas

En la próxima entrada visitaremos los mejores ejemplos de palomares de la campiña, junto al Guadalete, el de La Greduela y el Palomar de Zurita, que se cuentan entre los que más nidos albergan de la provincia y aún de Andalucía. No se los pierdan.
Nota: la fotografia del Palomar de la Breña se ha obtenido de http://www.panoramio.com/photo/33530280
La fotografía del palomar de Gigonza se ha obtenido de - VV.AA. Cortijos, haciendas y lagares. Arquitectura de las grandes explotaciones agrarias en Andalucía. Provincia de Cádiz. Junta de Andalucía. Consejería de Obras Públicas y Transportes. 2002. Pg. 362.
Puedes ver otros artículos relacionados en nuestro blog enlazando con El Palomar de Zurita: un palomar de récord, Un “monumento etnológico” junto al Guadalete: el palomar de La Greduela y Patrimonio en el medio rural.
5 comentarios :
Pues yo pensaba que con el Palomar de la Breña y las torres-palomares del cortijo El Peral ya no existian evidencias de esta vieja explotación rural. Luego he visto otros palomares, mas pequeños, en Trebujena y en Montellano. Pero estos que habéis documentado son dignos de visitar. Haremos por ello.
Un saludo a los G&L.
Menudo documento. Es fascinante la cantidad de información que aportáis y lo entretenida que la exponéis. Enhorabuena, una vez más.
Como puedo encontrar el cortijo del peral? No lo encuentro en map
El cortijo de El peral está al pie de la autovía de Arcos,, bien visible desde ella, a la altura de la salida de Arcos hacia Espera.
El palomar de San José del Valle en gigonza aún sigue existiendo
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