Tesoros del Archivo Municipal de Jerez

Cristóbal Orellana González
(Máster en Archivística y Técnico del Archivo Mpal. de Jerez)

El Consejo Internacional de Archivos, con sede en París y creado en 1948, dice en su “Declaración universal sobre los archivos”: Los archivos registran decisiones, acciones y memoria. Constituyen un patrimonio único e irremplazable que se transmite de generación en generación. Son gestionados desde su origen para preservar su valor y significado. Representan fuentes fiables de información que garantizan la seguridad y la transparencia de las actuaciones administrativas de las organizaciones. Los archivos aseguran la protección de la memoria individual y colectiva y contribuyen a la identidad nacional y social. El libre acceso a los archivos enriquece nuestro conocimiento de la sociedad, promueve la democracia, protege los derechos de la ciudadanía y mejora la calidad de vida. Por este párrafo se ve, creo, la importancia de los archivos para las sociedades democráticas. Es por ello que ofrezco aquí, en treinta fotogramas, una panorámica amplia sobre los contenidos del Archivo Municipal de Jerez, de tanta importancia para nuestra vida social y cultural.

1.- El Padrón de Nobleza e Hidalguía, o Padrón de Hijosdalgo de Jerez de la Frontera, se encuentra en la sección Archivo Histórico Reservado con la signatura C. 16, nº 20. El libro fue redactado, al parecer, a petición de los Alcaldes de Hijosdalgo de las Salas de la Chancillería de Granada en 1782. Junto a este libro, pensado para que los hijosdalgo de entonces pudieran librarse del servicio de armas, hay otros muchos documentos en el Archivo, como los llamados documentos de genealogía y nobleza, que tratan sobre la entonces llamada limpieza de sangre y pertenencia a la clase social más distinguida.

2.- La colección de Reales Órdenes es una magnífica serie de documentos encuadernados que versan sobre todo tipo de disposiciones legales que la Corona iba dictando sobre administración, gobierno, comercio, agricultura, etc. y que llegaban a la Corregiduría de Jerez. Todos ellos, en conjunto, se comportan aproximadamente como un BOE de la época. Esta documentación podríamos resumirla así: 24 tomos de Reales Órdenes, años 1490-1823; 1 tomo de Reales Cédulas y Provisiones, años 1490-1800; y 3 tomos de Libros de Órdenes que tratan de la creación de Diputados y Personeros del Común, años 1766-1793.

3.- El índice (nº 320 de la serie) de los Libros de Contribuciones. Éste es un libro manuscrito y hológrafo del que fue archivero municipal en la segunda mitad del siglo XIX Manuel Mª Fernández Formentani. Muy poco conocido y usado, tiene la enorme utilidad de ser una herramienta archivística que puede remitir al historiador a la localización, aunque no en todos los casos, de los propietarios y de las escrituras notariales de las fincas rústicas y urbanas de Jerez a mediados del siglo XIX. Esto puede ser de gran interés, en algunos casos, para arqueólogos, historiadores del arte, historiadores de la economía, de la agricultura, la sociedad, etc.

4.- El Diccionario Público Astense, redactado por el que fue Decano del Colegio de Abogados de Jerez d. Juan Polanco y Rossety a mediados del siglo XVIII, es un conjunto de 18 volúmenes de citas de documentos (dotes, testamentos, donaciones, inventarios, fundaciones de vínculos, capellanías, patronatos, mayorazgos, etc.) que hacen mención, básicamente, de las filiaciones de los actores de las actas notariales. Sus referencias se remontan al siglo XVI y tienen también, como herramienta en manos de los historiadores, un gran valor porque funciona como un índice general, aunque muy sucinto, del Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Jerez.

5.- El protocolo notarial de 1392. Las hojas que se conservan de esta reliquia del protocolo notarial pertenecieron al escribano público Lope Martínez y fueron, afortunadamente, transcritas en 1998 y de modo íntegro por la diplomatista de la Universidad de Cádiz Mª Dolores Rojas Vaca, quien prologó la publicación de este cuaderno con un estudio titulado “La institución notarial en Jerez de la Frontera a fines del siglo XIV y comienzos del XV”. Esta pieza forma parte del Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Jerez, depositado en nuestras dependencias.

6.- La carta de Cristóbal Colón. Este documento es, en realidad, un inserto en un Acta Capitular de 1503. Actualmente se encuentra en el Archivo con la siguiente signatura: AHR, C.22, Nº 5 y su título: Real Provisión Ordenando se abonen a determinados vecinos de Jerez las 804 fanegas de trigo que éstos dieron para el segundo viaje de Cristóbal Colón a las Indias en 1493. El documento está fechado en 12 de julio de 1503 y fue transcrito, junto a otros diez documentos del Archivo Municipal, por Margarita Vázquez de Parga en ‘Joyas Bibliográficas de Jerez’ (1971)

7.- La carta náutica portuguesa del siglo XVI. Mapa portugués aparecido por casualidad en el Archivo, hace años, en el envés de la cubierta de un libro forrado en pergamino. En el mapa se aprecia el continente sur africano y, a su derecha, dibujada con detalle, la gran isla de Madagascar. Este pergamino, que carece de fecha precisa pero que debe ser del primer tercio del siglo XVI, fue restaurado hace unos años por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH).

8.- El testamento valenciano del s. XV. Se trata de un curioso testamento, en pergamino, de Johan Tolsa, datado en 11 de agosto de 1450 y hecho en Valencia. No sabemos la razón por la cual este documento está en e Archivo Municipal de Jerez. Es uno de los documentos de mayor formato que conservamos, pues mide 117X72,5 centímetros, según consta en el índice expuesto al público.

9.- El Libro del Repartimiento de Casas y Heredades de Xerez. Se trata de un libro donde el rey Alfonso X distribuye los bienes que tuvieron que dejar, obligadamente, los musulmanes que habitaban la ciudad ante la intervención militar del rey cristiano. El reparto se realiza entre nobles, altos mandos militares, oficiales, soldados, cargos eclesiásticos, etc. El volumen, de 1338, se halla en el llamado Archivo Histórico Reservado con la signatura C. 22, nº 14. Debió existir también un Libro del Repartimiento de carácter rural, es decir, de distribución y asignación de fincas, dehesas, donadíos, pinares, olivares, viñas, tierras de pan llevar, etc., a los participantes de la reconquista, pero este libro falta del Archivo Municipal desde hace siglos. El ejemplar ha sido recientemente restaurado por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH).

10.- El libro de Ordenanzas Municipales del Concejo de Xerez. Este manuscrito, que incluye textos desde 1454 a 1527, se encuentra también en la serie facticia denominada Archivo Histórico Reservado, con la signatura C. 1, nº 40. Acaba de ser publicada su transcripción y estudio íntegro, en el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, por los profesores Emilio Martín Gutiérrez y Mª Antonia Carmona Ruiz.

11.- Proceso a los anarquistas jerezanos. De los sucesos de la Mano Negra de 1882-83 se conserva poco en el Archivo; quizás lo más interesante al respecto sea la copia del famoso Reglamento de la Mano Negra (legajo 300, expediente 8.941). También se conservan cinco expedientes del proceso a la rebelión campesina, de inspiración anarquista, de 1892.

12.- La colección de Actas Capitulares. El acta más antigua que conservamos es la de 28 de noviembre de 1409. A partir de esa fecha hasta nuestros días esta serie, aunque con pequeñas lagunas, se conserva íntegra hasta sumar unos 300 volúmenes. Hay algunos originales, de los que hay copia autenticada en Jerez, en el Archivo de la Real Chancillería de Granada (años 1434, 1436, 1450 y 1457). Existen en el Archivo Municipal índices manuscritos de estas actas confeccionados por los archiveros M. Fernández Formentani y A. Muñoz Gómez.

13.- El Diario de la Peste. Este es un pequeñísimo manuscrito de 7 hojitas, muy probablemente autógrafo, que habla sobre las calamidades de la peste que tuvieron lugar en Jerez a principios del siglo XVI. Su autor fue Juan Daza y se titula exactamente “Extracto de las ocurrencias de la peste que asfixió a esta ciudad en el año de 1518 hasta el de 1523”. Lo narrado en él, descrito muy pictórica y crudamente, sobrecoge.

14.- Los manuscritos de Agustín Muñoz. El recordado (sobre todo por su obra ‘Noticia histórica de las calles y plazas de Xerez de la Frontera’, 1903) archivero Agustín Muñoz y Gómez escribió numerosas obras, algunas de las cuales se conservan actualmente en el legajo 15 del Archivo Soto Molina, depositado éste en el municipal. En este legajo se encuentran apuntes personales, el inventario de su biblioteca, poemas suyos, copias de documentos, transcripciones, programas de los cursos de archivística que realizó, noticias históricas varias, etc.

15.- El Padrón de la Moneda Forera. Este libro (AHR, C.1, nº 44) lleva por título exacto 'Padrones del tributo de la Moneda Forera' y sus 180 hojas contienen información entre los años 1477-1611. En realidad, son 13 padrones que corresponden a los años: 1477, 1492, 1511, 1580, 1585, 1590, 1596, 1602, 1603, 1604, 1605, 1606 y 1608. El documento fue transcrito y publicado por Agustín Muñoz y Gómez en el periódico El Guadalete (1891). Es un documento importante para conocer la economía, la población y el urbanismo de la ciudad en las indicadas fechas.

16.- Los privilegios rodados. El más antiguo (AHR, C.22, nº 18) es uno, escrito en pergamino y con letra gótica de privilegios, de fecha 28 de junio de 1268 (era hispánica de 1306). Tipológicamente, es un privilegio rodado porque, entre otras cosas, tiene en su centro una muy vistosa rueda polícroma o sello real de Alfonso X. En este privilegio el rey Alfonso concede a Jerez el Fuero de Sevilla, algo así, para entendernos, como una Constitución de ámbito local. Algunos de estos privilegios se publicaron facsímiles en 'Privilegios Reales y viejos documentos de Jerez de la Frontera' (1971).

17.- La colección de Memorandas. Es una colección de 13 libros compuesta por los archiveros a lo largo del tiempo. En ella hay índices temáticos de actas capitulares, hay documentos impresos curiosos como una invitación al teatro en Jerez en el siglo XVIII, hay planos de zonas rurales de Jerez, hay hojas de servicio de destacados funcionarios, así como un sinfín de noticias varias sobre Jerez. Remitimos al lector al trabajo de C. Orellana: 'Índice de las Memorandas del Archivo Municipal de Jerez de la Frontera', Excmo. Ayto. de Jerez, Jerez, 1991.

18.- Los libros de cañadas y los de alineaciones de calles. Las usurpaciones o roturaciones ilegales de las cañadas y otras propiedades del Común o del Concejo siempre fueron una preocupación de los ediles municipales. Para su control se hacían medidas, deslindes, amojonamientos, etc. Fruto de esta actividad son los libros de cañadas conservados en el AHR, C. 5, nº 32 y ss., los cuales contienen numerosos planos de los siglos XIX y XX, algunos de ellos del ingeniero agrónomo Gumersindo Fernández de la Rosa. Lo mismo sucedió respecto a las calles de la ciudad, es decir, respecto a las alineaciones, aperturas de calles, plazas, rondas, etc., conservándose actualmente un conjunto de siete tomos entre los que destacamos el precioso plano de 1837 de las bodegas Domecq (AHR, C. 23, nº 6, expe. 1).

19.- El Catastro de Ensenada. Los 14 volúmenes, separados en 'Eclesiásticos' y 'Seculares', constituyen una conocida e importante fuente historiográfica para el conocimiento de nuestra historia económica y social. Remitimos al lector al trabajo de C. Orellana: 'El Catastro de Ensenada en Jerez de la Frontera (1755)', transcripción textual publicada en Revista de Historia de Jerez nº 8 (2002) de las denominadas Respuestas Generales de la ciudad de Xerez (Archivo General de Simancas, Dirección General de Rentas, Libro 563, fº 967-1058).

20.- Los censos de riqueza. Aparte del Catastro de Ensenada, conservamos en el Archivo otros amillaramientos y censos de riqueza rústica y urbana. En general, pueden encontrarse éstos en la serie de Libros de Contribuciones, pero hay algunos censos, como el de 1845, que se encuentran en la mencionada sección facticia AH.R. (C. 1, nº 50 y ss.). Asimismo, se custodian 'apeos' generales como el 'Apeo General de Predios Rústicos' (1815) que sirvió de gran apoyo documental para el libro de la profesora Dolores Lozano La tierra es nuestra, retrato del agro jerezano en la crisis del Antiguo Régimen (2001).

21.- Los Libros de Beneficencia. Esta colección, de más de 500 tomos, tiene una importancia fundamental para nuestra historia. Destacan entre estos libros el que se refiere a la conocida reducción de hospitales (tomo nº 7, años 1589-1593) realizada por el Beato Juan Pecador a finales del siglo XVI, así como los libros del Hospital de la Candelaria o de Juan Pecador, del Hospital de la Sangre, del Hospital de Mujeres Incurables, del Hospital de San Juan de Dios, del Hospital Municipal de Santa Isabel, etc.

22.- Documentos del Gremio de Vinatería de Jerez. Parte del importante archivo del Gremio de Vinatería de Jerez se encuentra depositado en las dependencias del Archivo Municipal. Sus 69 expedientes comienzan en el año 1733 y continúan hasta 1830 y en ellos puede encontrase información sobre las cuentas del Gremio, los pleitos entablados con otras instituciones y particulares, los propietarios de viñas, los aforos de vino, los listados de almacenistas de vino, etc.

23.- Ordenanzas de la pasa y la vendimia. Éstas se encuentran en las Actas Capitulares de 1483, a los folios 216 recto a 218 vuelto. Fueron transcritas por Hipólito Sancho en 'Documentos para la Historia del Vino de Jerez. Relaciones entre Jerez y Flandes durante el siglo XVI', Ed. Jerez Industrial, 1957). Estas ordenanzas tienen un valor especial debido a la secular dedicación de Jerez al vino.

24.- Los inventos de la Sociedad Económica. También en las dependencias del Archivo Municipal se conserva el Archivo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País -remitimos al lector al articulo de C. Orellana: 'Inventario del archivo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Jerez de la Frontera (1786-1876)', Revista de Historia de Jerez nº 10 (2004)-. Entre sus más de 700 expedientes se encuentra uno que tiene un valor histórico y gráfico especial; se trata de una Memoria de una máquina-lagar presentada a la Sociedad de Amigos del País de Jerez de la Frontera, por Ramón de Cobas y Busto (expe.765, año 1853).

25.- Reglas de las Cofradías. Conservamos 7 reglas originales de cofradías y hermandades de Jerez en el mencionado Archivo Histórico Reservado. Son las de: la Hermandad y Cofradía del Santo Crucifijo del Monasterio de Santa María de Guía (1573), la de Cofradía de San Juan Bautista en la Iglesia de San Salvador (1615); la de las Cinco Llagas en el Convento de San Francisco (1561); la de la Hermandad del Santísimo Cristo de las Penas y María Santísima del Desconsuelo de la Iglesia de S. Mateo (1713); la de la Hermandad y Cofradía de la Transfixión y Soledad de Nuestra Señora la Virgen María, situada en el convento de San Francisco (1564); la de la Hermandad y cofradía de los Remedios (1517); y la de la Hermandad y Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad (1547).

26.- La colección de Bandos y Edictos del Ayuntamiento de Jerez. Ésta compuesta por unos 90 libros encuadernados, comienza en 1750 y termina en 1981. En ella podemos encontrar el pulso de muchos de los temas más vivos de la actualidad política, administrativa y ciudadana de cada año. En el tomo AHR, C.6, nº 97, puede encontrarse, por ejemplo, el bando de 14 de agosto de 1936 del Comandante Militar Salvador Arizón comunicando a Jerez que había "pasado por las armas" a los militantes izquierdistas Salvador Rasero López y Rafael Fernández Romero.

28.- La serie general de legajos. El Archivo cuenta con muchos miles de legajos donde se conservan decenas de miles de expedientes municipales dedicados a educación, agricultura, comercio, guerra y reclutamiento, gremios, culto y clero, hacienda, gobierno local, cementerio, sanidad, urbanismo, propiedades, impuestos, sociedades obreras, huelgas, abastecimientos, etc. Destaquemos entre todos ellos uno anecdótico: 'Obras que necesita la torre del reloj de la Casa Consistorial (plano)', 1877 (leº 259, expe. 8053) .

29.- El Registro Civil de Jerez del siglo XIX. Es poco conocido que el Ayuntamiento tuvo competencias en el siglo XIX en materias propias del Registro Civil como son las inscripciones de los nacimientos, casamientos y defunciones. Se conservan de esta actividad legal más de 100 tomos entre 1837 y 1870 más los minuciosos índices redactados por los archiveros municipales del siglo XIX. Hoy estos tomos, junto a los más de 2.000 del Padrón Municipal de Habitantes (1760-1975), son muy útiles para la confección de árboles genealógicos de jerezanos y jerezanas.

30.- El Protocolo Municipal. Ésta es una serie de documentos, relativos a Alcaldía y Cabildo, de más de 1.500 tomos. Comienza en 1841 y en ella pueden encontrarse, lo mismo que en la serie general de legajos/expedientes, un sinfín de documentos relativos a todos los ámbitos de la actuación municipal. Podemos destacar, por citar dos ejemplos concretos, los planos (los alzados, sobre todo) de las bodegas que se levantaron en Jerez en la segunda mitad del XIX y los documentos de las Sociedades Obreras (actas, por ejemplo) del primer tercio del siglo XX.


Se reanudan las obras del azud móvil de El Portal




Cuesta trabajo creerlo pero parece ser que, de una vez por todas, las obras del azud móvil del río Guadalete en El Portal van a terminarse. Eso es al menos lo que se desprende de las palabras del delegado del Gobierno andaluz en la provincia, Fernando López Gil, y del delegado territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente Federico Fernández, que días atrás han visitado el lugar para anunciar la reanudación de los trabajos con el objetivo de que “antes de que lleguen las lluvias”, todo esté finalizado. De sus palabras y de los hechos, ya que las obras se han reanudado a buen ritmo según hemos visto estos días en nuestras visitas “sobre el terreno”.

Conviene recordar que, en todo caso, se trata de una obra muy controvertida y ya a finales de los setenta del siglo pasado, cuando se inició la construcción del primer azud, los colectivos ecologistas y, especialmente, los vecinos de El Portal denunciaron las consecuencias negativas que, para el ecosistema fluvial y para los asentamientos ribereños que vivían del río, acarreaba esta obra hidráulica. A nadie escapa que el azud obstaculiza definitivamente la carrera de la marea, dificultándose con ello la limpieza natural del cauce del Guadalete y provocando un efecto barrera para la fauna que imposibilita que las especies piscícolas del estuario (sábalos, angulas, lisas…) suban río arriba, acabándose así con la pesca tradicional que hasta finales de los sesenta del siglo pasado había mantenido a tantas familias. A todo ello hay que añadir (tal como denunciaron los vecinos en infinidad de ocasiones) que los diques levantados en los márgenes del río en las inmediaciones de El Portal para aumentar la capacidad de embalse del azud, resultaban también un serio obstáculo para la evacuación de las aguas en casos de inundación.

En el otro plato de la balanza, para los regantes de la Costa Noroeste y de la antigua colonia del Monte Algaida, esta obra es de vital importancia para poder mantener los regadíos que actualmente se abastecen de las aguas retenidas por el azud y que, gracias a una estación de bombeo, son elevadas hasta el canal que arranca al pie de la Sierra de San Cristóbal y que las conduce hasta los campos de El Puerto, Rota, Chipiona y Sanlúcar.

Una obra compleja



El azud original, de labio fijo, se construyó en 1979 y fue dañado en diferentes ocasiones por las crecidas del río, siendo objeto de distintas reparaciones que ocasionaron no pocas protestas por los regantes cada vez que se veían interrumpidos los bombeos de agua. Para paliar esta situación, se proyectó un nuevo azud de compuertas (el conocido como “azud móvil”), cuyas obras comenzaron en 2004. Inicialmente el plazo de ejecución previsto fue de 27 meses, pero lejos de terminarse en febrero de 2007, la finalización llegará casi 7 años después ya que se han visto interrumpidas hasta en cinco ocasiones. El coste inicial, que suponía una inversión de 10.362.000 €, se ha visto finalmente incrementado a más de 14 millones de euros debido a las modificaciones que fue necesario introducir en el proyecto y a los retrasos.



Para realizar la obra fue necesario excavar un nuevo cauce, desviando así el río hacia la margen derecha y construyendo en él un azud provisional mediante una pantalla de hormigón protegida por una escollera. Este es el azud que ha permitido durante nueve años mantener el suministro para los regadíos de la Costa Noroeste mientras se realizaban las obras del nuevo. En la actualidad aún puede verse, si bien su cauce ya se ha cortado y terminará por rellenarse de tierra.



Junto a ello se excavó un gran foso para realizar la cimentación del nuevo azud aislado mediante un talud que lo rodeaba y que, en estos años ha sido preciso abrir en algunas ocasiones en momentos de grandes avenidas para facilitar la salida del agua por el azud en construcción. En estos días, tras la reanudación de las obras, se ha vuelto a variar el curso del río, canalizándolo hacia el azud móvil, con la construcción de una nueva mota en su margen derecha que aísla ya el cauce del azud provisional y con la eliminación del talud que protegía las obras.


El nuevo azud duplica en longitud al original y consta de dos partes bien diferenciadas. La de la margen izquierda está formada por 6 compuertas tipo Taintor, separadas por 5 pilas de hormigón de 1,50 m. de ancho. Cada compuerta mide 10 m de largo y una altura de 3 m. con lo que este sector del azud tiene una longitud total de 67,50 m. En la margen derecha se ha mantenido el aliviadero de labio fijo del antiguo azud, de 60 m., recubierto por una gran losa de hormigón. Ambos sectores están separados por una gran pila central de 2,50 m. de anchura cimentada mediante pilotes que llegan hasta 14-18 m de profundidad en la parte central del río, por lo que la longitud total de la obra alcanza los 130 m. Para los amigos de los datos, recordamos que la cota del labio fijo es de 2,19 m.s.n.m. que es la calculada para abastecer el suministro requerido para los regadíos de de la comarca Noroeste. Para más información remitimos al lector interesado al blog Detalles de Ingeniería Civil.



Tal como se expone en el proyecto, las compuertas permitirán también (especialmente en momentos de marea baja) facilitar la evacuación de los caudales de avenida en los episodios de intensas lluvias ya que su cota inferior está situada a -0,81 m.s.n.m., por lo que disminuirá en buena medida el efecto de posibles inundaciones en la vega baja. En todo caso conviene recordar las palabras del Delegado Territorial de Agricultura Pesca y Medio Ambiente F. Fernández, quien en la visita que realizó el día de inicio de las obras comentaba como "en las inundaciones de 2009-10 quedó acreditado que la incidencia del azud fijo es insignificante en el nivel del río, pero el nuevo azud móvil nos da capacidad de maniobrar, porque vamos a tener un margen de desnivel de tres metros de altura, que un momento de avenida ofrece una gran capacidad de desagüe".


Lo que no parece solucionar el nuevo azud es el efecto barrera para la fauna piscícola que podría haberse solucionado en buena medida con la incorporación en la obra de una escala de peces, como las existentes en los azudes del río Guadalete en Arcos, tal y como han venido solicitando desde hace años Ecologistas en Acción de Jerez.

El río transformado en una balsa



Sea como fuere, tras la última reanudación de las obras del azud móvil, el visitante que pasee por los alrededores podrá comprobar que marchan a buen ritmo, a juzgar por las idas y venidas de camiones y por las retroexcavadoras, niveladoras, apisonadoras… que se ven trabajando en las riberas.

Lamentablemente, ya hay poco que hacer para que el impacto ambiental de las obras no haya sido tan “brutal”, ya que el último tramo del Guadalete, desde el Puente de la Herradura hasta el azud, se ha transformado en un nuevo embalse. Para ello se ha duplicado la anchura de su cauce, se han modificado sus riberas construyendo taludes y motas de casi un km que se han protegido con escolleras de roca, con lo que se abandona así toda posibilidad de reforestar estas orillas. No quedan lejos los días en los que estaban cubiertas de sauces y álamos y el sendero entre el Puente de la Herradura y El Portalillo era uno de los más hermosos de la vega (ver fotografía), discurriendo entre el río y el extenso tarajal de El Portal que también se está destruyendo día tras día con la instalación de huertos y corrales.

Las riberas del río se han transformado en muros rocosos y en la margen derecha se está trazando también un nuevo camino aprovechando los sedimentos que se están extrayendo del cauce, que ha duplicado su anchura superando los 100 m. Está claro que el río, en este tramo, ha dejado de serlo para transformarse en un canal, en una balsa…, en un ejemplo de aquellas obras públicas de otros tiempos que creíamos ya superados, en las que el impacto ambiental no era tenido en cuenta.




En las imágenes que acompañan a este texto puede verse que la destrucción del paisaje ribereño ha sido total. Esperaremos a la finalización de las obras para ver si lo que ahora ya se apunta termina o no por confirmarse

 
Subir a Inicio