La memoria del corcho.
Una visita a la Suberoteca de Andalucía en Alcalá de los Gazules.




(Articulo publicado en ENTORNOAJEREZ el 05/11/2011)

En el marco de la campaña de divulgación del producto corchero ‘NATURALMENTE CORCHO’, puesta en marcha por el GDR de Los Alcornocales, hemos visitado la Suberoteca de Andalucía. Esta iniciativa de promoción del corcho, con apoyo del programa europeo Leader-Feader, tiene como principal objetivo concienciar al consumidor final de vinos para que valore (y exija) el taponado con este producto natural, ante el incremento que en los últimos años están experimentando otros cierres alternativos. Junto a ello se quiere subrayar la estrecha vinculación entre estos usos tradicionales del corcho y el territorio de Los Alcornocales, una de las regiones corcheras más importantes del mundo, cuyo futuro como espacio natural está Troquelado en una pana de corcholigado en buena medida a que esa íntima relación, ya cultural,  entre corcho y vino se siga manteniendo.

Como bien ha descrito Belén Puertas, investigadora del IFAPA, “el rito que supone descorchar, probar y juzgar un vino exige enfrentarse en primer lugar a un tapón de corcho. La sensación, el tacto, el sonido, que un tapón de corcho proporciona son únicas. Forman parte del ceremonial de un acto que sabemos diferente, entre otras causas, porque hay un tapón de corcho que espera un gesto por nuestra parte para dar por bien concluida su misión…

Operarias de la antigua fábrica de tapones de JimenaY es que, aunque a veces se olvide, el corcho es un producto natural, que reúne singulares propiedades que lo hacen único. Es impermeable, incorruptible, ligero, flexible y elástico, reciclable…  Puede afirmarse también que el empleo del tapón de corcho en la industria vinatera garantiza, como nadie, la sostenibilidad de nuestros bosques y dehesas y el mantenimiento de los ecosistemas asociados. De ahí la importancia de la concienciación Operarios de la antigua fábrica de tapones de Jimenaciudadana, a través de campañas como las promovidas por el GDR de  Los Alcornocales, para potenciar el consumo de productos que utilizan el corcho como contribución activa a la conservación de estos bosques mediterráneos, los alcornocales. Sin alcornoques no hay corcho, pero sin el uso del corcho se corre el serio riesgo de que vayan desapareciendo los alcornocales, hasta el punto de que, como hemos oído decir a Alonso García veterano representante de la Plataforma Andaluza del Sector Corchero, “una de las amenazas más claras de nuestros alcornocales es la sustitución del tapón de corcho por otros productos”.

Dornajo de corchoConviene recordar que Andalucía está ocupada por unas 250.000 hectáreas de alcornocal que producen más de 35.000 toneladas de corcho anuales, casi la mitad de las que se producen en España. Nuestro país es el segundo productor mundial de corcho, con unas 78.000 toneladas de media anuales por detrás de Portugal, que está a la cabeza con 135.000, lo que hace de la península ibérica la mayor productora del mundo. A todo ello hay que añadir que Los Barrios y Alcalá de los Gazules son los municipios de mayor producción media de Andalucía, por lo que podemos afirmar que la provincia de Cádiz es el territorio corchero por excelencia.

Esta producción tiene también una repercusión económica importante, generando anualmente las labores de extracción del corcho unos 125.000 jornales en nuestra comunidad, especialmente en el periodo comprendido entre junio y septiembre.

La Suberoteca de Andalucía.

Si Los Alcornocales es el principal territorio corchero del país, es lógico que se haya pensado en esta zona a la hora de crear la Suberoteca de Andalucía, un centro destinado a la investigación y al apoyo del mundo del corcho.

Vista general de la Suberoteca de Andalucía
La creación de este centro ha supuesto un salto cualitativo importante para consolidar una serie de iniciativas de estudio y de promoción económica del sector corchero que tiene uno de sus pilares en el Plan de Calas de la Consejería de Medio Ambiente. Este programa se realiza anualmente por parte del Servicio del Alcornoque y el Corcho en Andalucía (SACA) a fin de evaluar la producción y calidad del corcho en la Comunidad. Las instalaciones de la Suberoteca Ristras de muestrasson el soporte físico de estas actuaciones, siendo también el lugar donde se conservan las muestras recogidas en todo el territorio andaluz a través del Plan de Calas.

El Plan de Calas es un servicio gratuito que puede solicitar cualquier propietario o gestor de monte alcornocal en Andalucía y que permite conocer la calidad del corcho de un determinado lugar. Para ello técnicos forestales se desplazan al monte en cuestión planificando un muestreo sobre el terreno y recopilando la información necesaria para estimar la calidad de Ristras de muestrascorcho producido en un área concreta. Para ello se extraen calas de corcho de aquellos pies que previamente se han seleccionado en la zona de estudio de acuerdo a los estudios técnicos que se llevan a cabo. Para obtener las calas se realizan cuatro cortes en corcho de reproducción o segundero, a la mitad de la altura de descorche, obteniéndose así piezas cuadradas de 10cm de lado. Posteriormente se identifican el árbol y la cala obtenida con el mismo número. Una vez extraídas un total de 70 calas de cada finca estudiada,  se trasladan a las instalaciones de la Suberoteca donde serán analizadas, sometiéndolas también a un proceso similar al que reciben las planchas de corcho en la industria preparadora. Los datos obtenidos en este proceso serán utilizados para emitir un informe de calidad de corcho de cada zona muestreada que se pone a disposición de los propietarios o gestores del alcornocal y que podrá ser también consultado en la suberoteca por industriales del sector o investigadores. En la actualidad se conservan casi 70.000 calas de corcho, procedentes de los muestreos realizados desde el Ristras de muestras etiquetadasaño 1995. A mediados de verano, cuando la visitamos estas instalaciones, albergaban muestras de 1002 zonas de descorche de Andalucía.

Un edificio singular.

La Suberoteca de Andalucía es un moderno edificio de 760 m2 que se ubica en Alcalá de los Gazules, junto al Centro de Defensa Forestal, al pie de la carretera que se dirige a Benalup. Inaugurado en marzo de 2011, en su construcción y equipamiento se han invertido 2,4 millones de euros, financiados en un 70% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional. No es un museo, ni una sala de exposiciones, es más que ninguna otra cosa un centro de investigación y una plataforma para impulsar el aprovechamiento forestal y apoyar la producción corchera de calidad.

Sala de exposiciones de la Suberoteca de Andalucía
El singular edificio que alberga la suberoteca combina, junto a la imagen tradicional propia de la arquitectura de la zona donde se alberga, un moderno diseño en el que la orientación, las formas, los materiales  utilizados, las cubiertas, pavimentos y superficies de revestimiento… han sido concebidos de manera ecoeficiente para maximizar el aprovechamiento  solar y eólico, la recogida y el uso integral del agua de lluvia, contando también con paneles fotovoltaicos y caldera de biomasa.

VisitantesSe llega hasta el edificio por una pasarela lateral flanqueada por álamos y se accede a su interior a través de una amplia sala visible desde el exterior a través de grandes cristaleras. A primera vista, se nos antoja que estamos en un centro de interpretación o en un museo del corcho. En torno a este gran espacio se organizan las diferentes dependencias entre las que destacan los laboratorios de análisis de muestras, donde se analizan las que se  extraen en el Panel de calidades de corchoPlan de Calas y se realizan otros estudios en relación con el corcho y el alcornocal. La suberoteca cuenta también con salas de reuniones para actividades de formación, así como con un amplio espacio abierto que, en el momento en el que lo visitamos, acogía una muestra de objetos relacionados con el corcho y una exposición de paneles sobre el mundo del alcornocal y la industria corchera.

Con todo, lo más llamativo para el visitante, es sin duda el muestrario de calas de corcho que, como singulares colgantes, penden del techo ensartando las calas, esos tacos cuadrados de corcho extraídos de los alcornoques de toda Andalucía. Expuestos ordenadamente en hileras, las ristras de muestras Expositor de utensilios hechos de corchointegradas por 70 “cuentas” de corcho, presentan desigual altura en función del grosor y calibre de aquellas, conformando insólitos pasillos que dan a la sala el aspecto de una singular instalación escultórica. En cada uno de estos curiosos colgantes,  una etiqueta informa de los datos técnicos que lo identifican: código y nombre del monte, año de muestreo, término municipal, provincia, propietario, tipo de muestreo… El muestrario, que  puede ser consultado productores, Muestrario de taponesindustriales del sector, investigadores y estudiosos del corcho, se constituye así como una especie de “biblioteca” donde se custodia la “memoria del corcho” de nuestro territorio.

Pero esta amplia sala dispone aún de otros muchos elementos de interés. Así, una serie de paneles informan detalladamente al visitante acerca del proceso de obtención de calas, de las diferentes calidades del corcho en función de su aspecto y su calibre, o de los trabajos técnicos que se realizan en la suberoteca. En distintas vitrinas se muestran los curiosos objetos elaborados de manera artesanal por los corcheros: cucharas y cucharones, recipientes, dornillos y dornajos, saleros, cubiletes… En las dedicadas a exponer los tapones, se puede comprobar la gran variedad de formas que se utilizan en la Artesa para lavarindustria vinatera, donde la  introducción de los materiales sintéticos supone ya una seria amenaza para el corcho. En Corteza de alcornoquenuestro paseo por la sala, nos detenemos también en los muchos objetos curiosos que aquí se guardan entre los que no faltan las panas de gran calibre, extraídas de alcornoques de estos montes, los troncos ahuecados, sacados en una sola pieza por manos de corcheros expertos -con los que antaño se fabricaban colmenas-, los curiosos taburetes construidos con piezas de corcho hábilmente trabadas, las artesas y recipientes en los que se lavaba la ropa…

Hachas de corcheroColgadas en las paredes pueden verse las típicas hachas de corchero y otras herramientas propias del oficio, o los cortes y secciones del tronco de grandes alcornoques, en los que se aprecia el enorme grosor de la capa de corcho, una de las cuales corresponde a un calibre de 43 años, cuando lo habitual es que se realice la saca cada nueve años. No faltan tampoco  las referencias al mundo de los arrieros, tan presentes en las tareas del descorche, llamando la atención del visitante, por su colorido, Detalle de unas jáquimaslos aparejos de los mulos y borricos, las jáquimas, los correajes, los mantichos, las angarillas… dispuestos en varias maquetas tal como podemos verlos aún hoy sobre los animales en el monte.

Una interesante exposición, describe detalladamente en grandes paneles, el mundo del alcornocal y del corcho, sus aprovechamientos, el nacimiento de la industria corchera y la importancia ecológica de estos bosques mediterráneos. En su recorrido se Aparejos de mulo o borricosubraya la idea de que además de la tradicional extracción del corcho, existen otros usos del bosque. La montanera que aprovecha la bellota caída para engorde del cerdo, la caza, concebida como una explotación ordenada de un recurso natural, el pastoreo fundamentalmente de ganado bovino, que mantiene especies autóctonas como la vaca retinta, la apicultura, la recolección de setas, la recogida de brezo, para fabricar pipas, elementos de sombra y vallado… son también aprovechamientos del alcornocal a los que se han unido, como consecuencia de la aparición de nuevas necesidades sociales, otros nuevos relacionados con el turismo rural y la educación ambiental.

Aparejos de mulo o borricoEl mundo del corcho y el alcornocal, al que los visitantes de la Suberoteca de Andalucía pueden acercarse a través de sus instalaciones y exposiciones, tiene puestas muchas de sus esperanzas de futuro en iniciativas como la campaña “Naturalmente corcho”, la cual nos reclama que, como consumidores, apostemos por este producto natural que tanto supone para nuestro territorio.


Puedes consutar otros temas relacionados en estos enlaces:
-Una jornada de descorche en los Montes de Alcalá (I)
-Una jornada de descorche en los Montes de Alcalá (II)
-El medio y sus productos

Dulzores de la campiña: historia y curiosidades en torno a las chumberas y los higos chumbos


Chumberas. Al fondo, la Torre de Doña Blanca

Un viejo amigo, que conoce nuestro interés por las cosas pequeñas y cercanas que nos rodean, nos ha animado a dedicar una "pieza" a los higos chumbos, de los que es un hábil recolector. Fruto "humilde" donde los haya es también, en alguna de sus variedades, delicioso, dulce y sabroso. Ha sido fácil complacerle -aunque nos repitamos- ya que, hace tiempo, dedicamos dos artículos a las chumberas y los higos, que ahora hemos refundido. Va por ti Juan.

Procedente de América Central, considerada como una especie exótica y foránea, tan ajena a estas latitudes, la chumbera se ha convertido ya, desde hace casi cinco siglos, en un elemento integrante de nuestros paisajes rurales desde hace varios siglos, donde ha llegado a naturalizarse. Se la conoce también como tuna, higuera chumba, nopal, nopalera, higuera de Indias, raqueta, higuera de pala… Muchos nombres para referirse a una misma planta: la humilde y rústica chumbera.

ChumberaLejos de ser una especie protegida, se la ha llegado a considerar como especie exótica invasora, si bien –y podríamos decir que afortunadamente- no figura entre los planes de control institucionales para reducir sus poblaciones como sucede con otras plantas. Y es que la chumbera –como pasa también con la pita o ágave- vino para quedarse y ya se ha integrado en la imagen de muchos rincones de la campiña.

La chumbera o nopal es el nombre genérico de distintas especies de plantas de la familia de los cactus (cactáceas). Tiene porte arbustivo aunque a veces puede llegar a tener aspecto arborescente, alcanzando en determinadas condiciones hasta los 5 metros de altura. En la actualidad conviven en nuestros campos varias especies del género Opuntia, si bien la más conocida de todas es Opuntia ficus-indica, (denominada también O. ficus–barbarica) por ser la Tallo de chumbera: detallemás abundante. Junto a ella encontramos otras especies como O. dilenii, de palas algo más pequeñas que la anterior y O. megacantha (conocida por otros sinónimos como O. maxima), de palas más grandes y alargadas que las ya mencionadas. Distintos autores citan otras especies de Opuntia en la provincia como O. tuna, O. vulgaris, O. cochenillifera… de porte y aspecto muy parecidos a las anteriores. Estas últimas, destinadas en sus orígenes al cultivo de la cochinilla, se ha naturalizado también en distintos puntos de la geografía provincial, preferentemente en la zona litoral.

Detalle de las hojas de la chumberaUna planta singular:

Las chumberas son plantas fácilmente identificables por su porte singular y sus característicos tallos, aplanados y de formas ovales, que se ramifican con gran profusión a modo de paletas o raquetas en las que brotan las “hojas”, transformadas en espinas, que no hay que confundir con sus tallos verdes y carnosos. Los bordes de las “palas” que componen sus tallos se cubren de brotes de flores y, posteriormente, de frutos: los característicos higos chumbos que la hacen inconfundible.

Desde finales de mayo a julio, los nopales o chumberas exhiben unas vistosas flores de pétalos Flor en la chumberacon colores amarillentos (los más comunes) pudiendo ser también en determinadas especies, anaranjados o rojizos. Estas tonalidades se repiten en los frutos que pasan del verde al amarillo e incluso al rojo vivo o púrpura en su madurez.

Los frutos están protegidos por una piel gruesa provista de pequeñas pero abundantes espinas, que se desprenden con cierta facilidad cuando están maduros. Los recolectores experimentados tratan de coger los frutos de espaldas al viento ya que de lo contrario las espinas pueden acabar en la cara arrastradas por aquel. En su interior, los frutos encierran una Flor en la chumberabaya de pulpa carnosa que guarda abundantes semillas: el higo chumbo.

Como nos recuerda Paz Martín Ferrero en su Diccionario Rural sobre el habla de la provincia de Cádiz, el higo chumbo es conocido, en nuestro entorno con diversos nombres: higo de tuna, chumbo, higo de Jerez (como los venden en Cádiz, al son de una cantinela), higo tuno (en Algar y otros lugares)… El higo chumbo “americano”, es como se denomina en algunos pueblos de la provincia al más común, de color verdoso, mientras que al más grande y rojizo, le conocen en diferentes lugares como higo “moscatel”.

Un poco de historia:

¿Cómo llegaron las tunas, las higueras chumbas o nopales hasta nuestra tierra? Existen diferentes propuestas que justifican su introducción por la facilidad de adaptación de esta planta a terrenos incultos, para el aprovechamiento de sus frutos, para su utilización en vallados naturales… sin embargo, la más extendida es la que liga su cultivo a la producción de la grana o colorante rojo que se obtenía de un insecto que parasitaba estas plantas: la cochinilla, Dactylopius coccus.

Higos chumbosSi hacemos un poco de historia, recordaremos que los diferentes proyectos de colonización agraria de nuestras sierras y campiñas coincidían, como ha señalado el historiador Antonio Cabral, en cierta “agromanía” por la introducción de cultivos exóticos y desconocidos en nuestro territorio: algodón, azafrán, caña de azúcar, cáñamo, moreras… no faltan en la literatura agronómica de la época como productos en los que el campo encontraría nuevas riquezas. Desde los primeros intentos de Fernando Padilla para colonizar en el S. XVI las tierras del castillo de Tempul, pasando por los proyectos de ilustrados y liberales que se sucedieron durante lo siglos XVIII y XIX (Crivellí, Cambiaso, Sagrario de Beloy…), se venía apuntando la necesidad de experimentar con nuevos cultivos que posibilitaran el despertar de la agricultura. En esta lista no faltaba nunca el nopal.

Higos chumbosEn este empeño de abrirse a nuevas especies con potencial agrícola se embarcó también la Sociedad Económica de Amigos del País de Jerez de la Frontera. Ya en 1835 Francisco Basurto, su director, da cuenta del ensayo con éxito de los nuevos cultivos de arroz y patata. Pedro Riquelme, en su memoria de 1836 propone el fomento del cultivo de algodón, café y cacao. De la misma manera, en la memoria de 1857 se incluye la lista de expositores que concurrieron a la Exposición Agrícola e Industrial de 1856, promovida por Pedro Carlos Gordon, presidente de la Sociedad y que supuso un escaparate de cuanto se producía y experimentaba en nuestra tierra. Ente los muchos productos agrícolas que se exhiben aparecen, dentro del apartado de plantas exóticas, zumaque (para la obtención de taninos), lino, algodón, yute y nopal, esta última, “con vistas a la extracción de cochinilla, tal como hacía la Sociedad de Cádiz”. Por ahí estaban puestas, al parecer, las miras para la extensión del cultivo de las chumberas.


Chumbera
El dulzor de los higos:

Sea como fuere, y aunque no estén muy claros los orígenes de su cultivo y de su introducción, lo cierto es que las chumberas se han naturalizado con gran facilidad en los países del entorno mediterráneo y hoy día se las ve en los bordes de los caminos rurales o formando setos vivos entre parcelas de cultivos. No es de extrañar por ello que las chumberas (y sobre todo las pitas) aparezcan en diferentes obras literarias de los escritores costumbristas del XIX que Chumberareflejaron en sus cuentos y relatos los parajes de nuestro entorno. Por citar un ejemplo remitimos al lector a Luis Coloma y especialmente a Fernán Caballero, la conocida escritora afincada en El Puerto de Santa María, quien en uno de sus cuentos, Juan Holgado y La Muerte, refleja una escena tragi-cómica en la que una mujer enferma y muere de un atracón de “”higos de tuna”, nombre con el que se conocía popularmente a estos frutos.

Muy utilizada para la formación de vallados naturales, la chumbera proporcionó también un complemento a las débiles economías rurales ya que sus palas o raquetas han sido también Chumberaempleadas como alimentación del ganado y en sus formaciones han encontrado refugio no pocos animales del campo. Estos tallos carnosos, que se propagan fácilmente dando lugar a nuevas plantas cuando se desprenden o se siembran, han tenido también curiosas aplicaciones. Una de ellas es la de ser utilizados como “reserva” de agua para asegurar el crecimiento de nuevos plantones. Así, en los pequeños huertos de subsistencia labrados en lugares con escasa disposición de agua, se practicaba un hoyo en el que se enterraban trozos de tallos de chumbera, ricos en agua, sobre los que se situaban los plantones de las especies hortícolas.

Recolección de higos chumbosRecolección de higos chumbos
Recolección de higos chumbos

Pero sin duda, la recolección de higos chumbos es el principal aprovechamiento que en el medio rural ofrecen las chumberas. Ya era un fruto popular en el siglo XIX

No están muy lejos los tiempos en que muchos campesinos y jornaleros, que vivían en las chozas que ellos mismos construían en los descansaderos y márgenes de nuestras vías pecuarias, recogían los higos para su venta en la ciudad. Transportados en serones sobre burros o mulos, acudían a los mercados o eran vendidos de manera ambulante desde mediados Higos chumbosde agosto hasta la entrada del otoño. Hoy las cosas han cambiado y en su recolección y venta participan ya personas que viven en la ciudad y que, por encontrarse sin trabajo, buscan un complemento a sus escasos ingresos con la venta del higo chumbo y otros productos silvestres de temporada.

Aunque han sustituido los burros y mulos por “motillos”, los vemos todos los años por las cañadas o por las lindes de los campos, recogiendo en los vallados de tunas este sabroso fruto utilizando la misma técnica de siempre. Se ayudan para ello de una larga caña, en cuya parte superior se practican unas incisiones para abrirla a modo de “pequeño cesto”, colocando en su interior una piedra que asegura el hueco necesario para que quepan los higos. Dado que las pequeñas espinas que cubren su gruesa piel se desprenden con facilidad, como ya se ha dicho, hay que realizar esta operación en contra del viento. Una vez recogidos se frotan contras las hierbas o el suelo y se “barren”, con lo que se pierden las espinas. Es fácil ver en muchos rincones de nuestros barrios, junto a los puntos más concurridos o en los alrededores de los mercados, a los recolectores de higos vendiendo su producto ya “pelado” y envasado por docenas, listos para su consumo.

Higos preparados para su consumo
Higos preparados para su consumoHigos preparados para su consumoHigos preparados para su consumo

El higo chumbo es un fruto dulce y sabroso que asociamos en nuestra campiña a los sabores de finales del verano y comienzos de otoño. Ricos en principio activos, están siendo “redescubiertos” para la medicina natural y para la nueva cocina, y ya son consumidos en elaboraciones muy diversas: pulpa, zumos, gelatinas, aguardientes preparados por fermentación de su pulpa… No es de extrañar por ello que desde hace unos años ya se encuentran, envasados como otros frutos exóticos, en las secciones de frutería de los hipermercados.
Aunque sólo sea por esto, el modesto higo chumbo y la rústica y humilde chumbera tienen garantizada su permanencia ente nosotros. Los vallados de tunas seguirán así formando parte de las estampas rurales de la campiña.

Para saber más:
- Cabral Chamorro, Antonio (1996): La colonización ilustrada y liberal en Jerez de la Frontera 1750-1850. B.U.C. Colección Premios Manuel Esteve, 1. Ayuntamiento de Jerez.
- Ruiz Lagos, Manuel (1974): Tareas de la Sociedad Económica de Amigos del País de Jerez de la Frontera (1833-1860). C.E.H.J. Graficas del Exportador. Jerez.
- Martín Ferrero, Paz (1999): El habla de los pueblos de Cádiz. Diccionario Rural. Quorum Libros Editores. Cádiz.
- Oleg Polunin (1982): Guía de campo de las flores de Europa. Ed. Omega. Barcelona


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“Un lugar en el mapa”.
La "Šeriš" andalusí de al-Idrisi.




Como relata Manuel María González Gordon, en 1967, tras meses de disputas en la Audiencia de Londres contra el llamado “British Sherry”, el Consejo Regulador y los bodegueros jerezanos consiguieron que los productores ingleses dejaran de utilizar este nombre para sus vinos que, con un uso fraudulento de la “marca”, venían haciendo una competencia desleal a nuestros caldos (1).

La vista duró 29 días en los que pasaron por la sala 74 testigos y en los que se presentaron numerosas pruebas: centenares de botellas de vino, 1600 etiquetas, más de 3000 listas de precios, cientos de anuncios publicitarios… Defendiendo los intereses jerezanos intervinieron el presidente del Consejo Regulador, Salvador Ruiz-Berdejo, José Ignacio Domecq, Manuel María González Gordon (quien por su avanzada edad fue interrogado en Jerez) y Jaime Oliver Asín.

Para apoyar sus argumentos, se aportaron también copias de valiosos documentos depositados en el British Museum, como la reproducción de una comedia inglesa del siglo XVII o cartas diplomáticas de la reina Isabel I de Inglaterra y su embajador en la corte Española (2). Junto a todo ello, una de los momentos más determinantes para la resolución del caso, el verdadero “as en la manga” de los jerezanos, fue la presentación ante el tribunal de la copia de un fragmento de un viejo mapa del siglo XII en el que podía leerse con toda claridad el nombre de "Šeriš".

Un arabista en el pleito del Sherry.

Llegó entonces el turno de uno de los testigos clave de la delegación jerezana: el filólogo, historiador e investigador Jaime Oliver Asín, sobrino del insigne arabista Miguel Asín Palacios, quien aportó como testimonio la copia del mapa del cartógrafo árabe al-Idrisi, conservado en la Bodleian Library de Oxford, según la composición y adaptación realizada de esta obra del siglo XII por el investigador alemán Konrad Miller en 1926.



Oliver Asín, en su exposición ante la corte de Londres, y con el mapa como prueba, pudo demostrar que ya en el siglo XII figuraba el topónimo árabe "Šeriš" para referirse a nuestra ciudad, y como la denominación inglesa Sherry no se derivaba de Jerez, sino que ambos nombres tenían el mismo origen en el "Šeriš" andalusí. Así, mientras que en nuestro país este vocablo evolucionó a Xerez y posteriormente a Jerez, en Inglaterra lo hizo a la forma 'Sherris' de la que se deriva la conocida 'Sherry'.

El mapa de al-Idrisi, en los que basó sus argumentos históricos y filológicos el arabista Oliver Asín, fue de esta manera la prueba clave en la resolución del que se ha dado en llamar el “primer pleito del Sherry”, que abrió el camino para prohibir el uso indebido de la denominación Sherry a todos aquellos vinos que no fueran elaborados en Jerez.

Pero la historia de este curioso mapa, como veremos, comenzó en Palermo, ocho siglos atrás.

El mapa de al-Idrisi.

Durante el primer tercio del siglo XII, Roger II de Sicilia había unificado los territorios conquistados por los normandos a los árabes en el sur de Italia hasta convertirlos en reino. Consciente de la importancia del poder naval para mantener la unidad de sus posesiones y su posición estratégica en el Mediterráneo, creo en Sicilia una escuela de navegación para la que reclutó a los más renombrados geógrafos y cartógrafos judíos y árabes.

Así fue como por invitación del rey, se trasladó a la corte de Palermo hacia 1138 el más afamado de los geógrafos de la época, el ceutí Ibn Idris Ash-Sharif, más conocido como al-Idrisi. Roger encargó al sabio, que se había formado en la Córdoba andalusí, una descripción de toda la tierra conocida que estuviera basada en observaciones directas más que en la recopilación de otras obras escritas.

Para ello, al-Idrisi visitó países y ciudades del mundo mediterráneo y, tras 15 años de viajes e investigaciones, compiló los datos obtenidos en una gran obra, que vio la luz hacia 1154, conocida como “Libro de Roger, recreo de quien desea recorrer el mundo” (Kitab Ruyar) en la que se aporta valiosa información sobre los lugares y ciudades que visita. Junto a ella, la gran aportación de al-Idrisi, y la que le hizo famoso durante muchos siglos después, fue su “Mapa Universal”, denominado también “Tabula Rogeriana”, en cuya elaboración siguió los esquemas de la geografía de Ptolomeo.

Como señala el profesor Bustamante Costa, los textos de al-Idrisi son “…una descripción de los paisajes, los núcleos de población, los cultivos, las distancias, que amplía la información del planisferio, incluyendo datos acarreados de los más diversos orígenes y por distintas personas, relatos librescos o reportes orales, informaciones unas veces exactas, otras inevitablemente fabulosas” (3).

Las obras idrisianas tuvieron gran éxito en su tiempo y en los siglos posteriores, siendo citado, copiado y reproducido con ampliaciones y reducciones de sus textos y sus mapas en numerosas ocasiones. Se tradujo también a muchos idiomas imprimiéndose por primera vez en Europa, con caracteres árabes, en 1592 en Roma y, años después, traducido parcialmente y publicado en latín en 1619. Es preciso recordar para quien se acerque a la cartografía de al-Idrisi que, como todos los mapas árabes de la época, presentan el norte en la parte inferior y el sur en la superior (4).

"Šeriš" (Jerez), en las obras de al-Idrisi.

Entre las copias más antiguas que de la obra idrisiana han llegado hasta nuestros días destacan la de la Biblioteca Nacional de Francia, del año 1300 (a la que falta el fragmento el sur de la península ibérica) y la fechada en El Cairo en 1456 que se conserva la Bodleian Library de Oxford.

El investigador alemán Konrad Miller, que pudo estudiar estas copias originales, publicó en 1926 a partir de la citada de Oxford una interpretación y adaptación del Libro de Roger y la Tabula Rogeriana.



La copia de este fragmento del mapamundi de al-Idrisi correspondiente al sur de al-Andalus publicada por Miller fue la utilizada como prueba en el “primer pleito del Sherry”, por figurar en ella, con toda claridad el "Šeriš" andalusí, el Jerez actual.



Junto a nuestra ciudad, aparecen también otras ciudades próximas como “isbilia” (Sevilla), la isla de “kadis” (Cádiz), “almarin” (Medina), “tarif” (Tarifa), “algezira” (Algeciras); o ya algo más alejadas las de “osuna” (Osuna, “asiha” (Écija), “arsiduna” (Archidona) o “malaka” (Málaga).



Además de esta presencia de "Šeriš" en los mapas de la Tabula Rogeriana, existen también otras menciones al Jerez andalusí en los textos del Libro de Roger, la descripción geográfica que, como se ha dicho acompañaba a los mapas de al –Idrisi. Conviene recordar que en la relación de pueblos y ciudades de la península Ibérica citados por el geógrafo ceutí, figuran más de 250 referencias. Por citar solamente las más cercanas a nuestra ciudad, señalaremos Sanlúcar, Rota, Cádiz, Medina Sidonia, Arcos, Paterna o Morón.

De muchas de ellas ofrece su autor interesantes descripciones para las que se basó en las observaciones realizadas en sus viajes, en las facilitadas por otros viajeros e informadores y, en especial en los escritos de al-Razi, el gran cronista cordobés del siglo X, quien fuera autor de la más completa descripción geográfica de al-Andalus, la conocida como Crónica general de España del moro Rasis (5).



Así, además de la inclusión de "Šeriš" en su mapa, al-Idrisi incluye también en sus textos una breve pero interesante descripción del Jerez andalusí, de su posición en relación a las ciudades cercanas, de su entorno, de sus productos…:

De Carmona a Xerez, villa dependiente de la provincia de Sidona, 3 jornadas.

De Sevilla a Xerez se cuentan dos grandes jornadas.

Xerez es una plaza fuerte, de mediana extensión, ceñida por murallas; sus alrededores son de un agradable aspecto, porque está rodeada de viñedos, olivares e higueras. El terreno produce también trigo, y los artículos de subsistencia están a un precio razonable.

De Xerez a la isla de Cádiz, 12 millas, a saber: de Xerez a Alcanâtir (los puentes), 6 millas, y de allí a Cádiz, 6 millas
” (6).

En algunos mapas árabes anteriores al de al-Idrisi (y de los que nos ocuparemos en otra ocasión), figuran ya referencias a nuestro entorno geográfico. Este es el caso, por ejemplo del mapa del Magreb del persa Al-Istajri (934) donde figura la ciudad de Šidūna (en el actual emplazamiento del castillo de Doña Blanca), o el mapa del geógrafo iraquí Ibn Hawqal (950), uno de los que consultó al-Idrisi, y donde no se menciona ya a Šidūna y si a Šarīš Šidūna, el Jerez andalusí (7).

Pese a todo, sentimos especial predilección por la obra que al-Idrisi elaboró un siglo más tarde ya que, -más allá de los grandes servicios que prestó en su día a nuestros vinos en el pleito del Sherry- puede afirmarse que a partir de entonces la ciudad de Jerez, "Šeriš", ocupó ya para siempre “un lugar en el mapa”.


Para saber más:
(1) Para conocer más detalles del “Pleito del Sherry” puede consultarse González Gordon M. María.: Jerez, Xerez, Sherish. Gráficas del Exportador, 1970. p. 87-97. En su p. 23 incluye también una reproducción de la versión de Konrad Miller del mapa de al-Idrisi.
(2) Simo, J.P.: Un simple mapa “desarmó” al inglés, Diario de Jerez, 25/10/2012
(3) Bustamente Costa, J.: Biografía y bibliografía de al-Idrisi, del siglo XII. Diccionario Biográfico Español. Vol. XXVII, Real Academia de la Historia, 2011, pp.118-124
(4) Para el lector curioso sugerimos ampliar información sobre al-Idrisi y sus obras en La geografía de al-Idrisi, Guillermo Muñoz Vera, disponible en la web: http://www.arauco.org/SAPEREAUDE/terraaustralisincognita/historiasdealandalus/geografiadealidrisi.html. También puede consultarse la publicación Descripción de España de al-Idrisi, Fundación Aquae, 2015, disponible en versión digital: http://www.fundacionaquae.org/publicaciones-faq/Libro-alidrisi-fundacion-aquae.pdf
(5) Piqueras, J. y Fansa, G.: La península Ibérica en el gran Atlas de al-Idrisi, II Congrés Catalá de Geografía. 29-31de maig de 2008, pp. 465-477.
(6) Abellán Pérez, J.: El Cádiz islámico a través de sus textos, Cádiz, 1996, pp. 78-79.
(7) Piqueras Haba, J.: Cartografía islámica de Sharq al-Andalus. Siglos X-XII. Al-Idrisi y los precursores. Cuadernos de Geografía, 86, 137-164., Valencia, 2009.
- Agradecemos a nuestro amigo, el arabista M.A. Borrego Soto, la traducción de los topónimos del los mapas de Al- Istajri, Ibn Hawqal.


Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto.  Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.

Para ver más temas relacionados con éste puedes consultar Cartografía histórica y grabados, Paisajes con Historia

Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 6/03/2016

 
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