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El Plano General de Ángel Mayo.
Una imagen de la campiña ciento cincuenta años atrás.




Recuperar un mapa –en este caso poco conocido y casi olvidado- es también rescatar parte de la historia del territorio que en él se representa, saliendo al encuentro del tiempo en el que fue trazado. Un viejo mapa se transforma así, de alguna manera, en una ventana que nos permite asomarnos al pasado y redescubrir en los paisajes de hoy, las claves que lo han hecho posible. Eso es lo que nos sucede cuando disfrutamos recorriendo cada rincón del “Plano General” de Ángel Mayo de la mano de la digitalización que realizó hace unos años el profesor e investigador Francisco Zuleta Alejandro. Miembro del Seminario Agustín de Horozco de la Universidad de Cádiz, viene compartiendo generosamente sus trabajos en GigaPan (1), pagina donde también están disponibles otras de sus realizaciones de las que hemos ido dando cuenta en otros artículos.

Publicado en el tomo 3º de los Anales de Obras Públicas de 1877, el “Plano General de la parte estudiada en la cuenca del río Guadalete, con la representación de los manantiales principales y los trazados hechos para la conducción de aguas á Jerez de la Frontera”, forma parte de la “Memoria relativa a las Obras del Acueducto de Tempul”, obra del ingeniero Ángel Mayo, quien realizó los trabajos de campo para su elaboración en 1861 (2).

El plano o mapa de Mayo, recoge a escala 1:100.000 buena parte de la mitad norte de la provincia de Cádiz y la práctica totalidad del término municipal de Jerez, centrándose especialmente en las cuencas de los ríos Guadalete y Majaceite. A diferencia de otros planos cercanos en el tiempo (el de San Martín, por ejemplo) cuya escala figura en varas castellanas, el de Mayo recoge ya la expresión en Kilómetros, conservando sin embargo formas de representación del relieve o de los ríos que nos recuerdan vagamente a otras cartas anteriores como el Mapa geográfico de Xerez de la Frontera, de Tomás López (1787), del que ya nos hemos ocupado en estas páginas.

Las vías de comunicación, los puentes, los molinos… hace 150 años.

El plano de Ángel Mayo es sin duda una pieza cartográfica de gran interés, ya que nos permite conocer algunos aspectos relevantes de la organización del territorio siglo y medio atrás. Aporta interesantes datos sobre todo lo relacionado con las vías de comunicación, la red hidrográfica y las fuentes, manantiales y pozos, considerados ya en aquella época como elementos “estratégicos”, en cuanto que de ellos dependía el suministro de agua potable para el abastecimiento de la población y para usos agrícolas y ganaderos.

El origen del plano hay que buscarlo en el encargo que la Sociedad Anónima de Abastecimiento de Aguas Potables y Riego de Jerez de la Frontera, presidida por Rafael Rivero de la Tixera, realiza al prestigioso ingeniero Ángel Mayo, al objeto de garantizar el suministro de agua a la ciudad.



Los estudios comienzan en el mes de agosto de 1861 y en un corto periodo de tiempo visitará ríos, pozos y manantiales de la campiña y la sierra al objeto de localizar los recursos hídricos que aseguren un abastecimiento estable y en cantidad suficiente. Del periplo de Ángel Mayo “en busca del agua” (3), el lector interesado podrá encontrar más detalles en sendos artículos publicados en su día en este medio.

Pero volvamos al plano en el que el ingeniero resume sus propuestas y representa los lugares visitados y las posibles alternativas a sus proyectos. Una de las cuestiones que reclama nuestra atención es la red viaria existente a mediados del XIX que ya cuenta con carreteras desde Jerez a las principales ciudades vecinas. Las de Medina o Cortes no aparecen todavía como tales, si bien se recoge en el mapa la vía sobre la que se trazará esta última en las siguientes décadas: la cañada de Albadalejo, que se dirige hacia el este del término atravesando Cuartillos y cruzando el río por el vado de La Florida. También figura el Camino de la Sierra, que se unirá a la anterior tras pasar por los Llanos de La Ina y cruzar el Guadalete por el vado del Alamillo.

En el mapa puede verse el Camino á San Fernando, que partiendo del Puente de Cartuja se dirige a Las Quinientas para bordear las marismas hacia Puerto Real, La Isla y Cádiz. El camino conocido como “La Trocha”, entre Jerez y El Puerto a través de la cuesta de Matajaca, por donde actualmente discurre la carretera entre estas poblaciones, es ya una alternativa en el plano de Mayo a la Carrretera del Puerto y Cádiz que pasa por El Portal. En este lugar, todavía existe cuando se elabora el mapa los “muelles”: el puerto fluvial de Jerez que desaparecería pocos años después con la puesta en marcha del Ferrocarril cuyo trazado ya se recoge también en el plano.



Siguiendo el curso del Guadalete se descubren los puentes y vados existentes a mediados del XIX. Junto a la Cartuja se aprecia en el mapa la ya desaparecida alcantarilla sobre el Salado, que aquí aparece nombrado como arroyo de Albadalejo.



Aguas arriba del Puente de Cartuja, el más antiguo de todos, se aprecia la “Presa y molino de Cartuja”, todavía visible en algunas fotografías de comienzos del siglo XX. Siguiendo hacia el este aparece el Vado del Alamillo (donde actualmente se levanta el puente de El Torno) y algo más adelante, río arriba, los vados de El Boyal (en la actual Torrecera), La Florida y Berlanga. Junto a los dos últimos, el mapa da cuenta de sendas ventas: la de La Barca de La Florida y la del Zumajo, en las proximidades del que hoy se conoce como cortjo de La Marmolilla.

En la Junta de los Ríos se menciona un “Puente de piedra”, construido a mediados del siglo XIX, que sería después sustituido por uno de hierro tras ser parcialmente destruido en la riada de 1917. En Arcos, el Guadalete es cruzado por otro puente, el de San Miguel -que en esta época es también de sillares de cantería- y por un vado que conduce hacia la cuesta de La Escalera, por donde discurre hacia El Bosque el Camino de Ronda.


La “Angostura de Bornos”, en la Sierra del Calvario, se emplaza en el lugar donde hoy se levanta la presa de Bornos. El Puente de Villamartín, que se recoge en el Plano se encuentra recién construido cuando se elabora el mapa y vino a sustituir a la vieja barca de maroma existente en este punto para el paso del río. Este puente también sería arrastrado por la riada de 1917 y sustituido por uno de hierro unos años después.



El curso del Majaceite depara también algunas sorpresas. Aguas arriba de la Junta de los Ríos el mapa recoge la existencia de varios molinos (Matos, La Molineta, La Angostura) hoy desaparecidos totalmente o en ruinas. La “Angostura de Arcos” es el lugar donde cincuenta años más tarde se levantará la presa de Guadalcacín. La Ermita y Venta del Mimbral, la Venta y Molinos de Tempul, el Molino de Carvajal o el paraje del Charco de los Hurones son otras tantas referencias que se encuentran también en el plano de Ángel Mayo. Ya en la zona de la Sierra, llama la atención el topónimo de “Las Poblaciones”, como también se conocía a la villa de Prado del Rey, o el de la “Aldea de Benamahoma” y su “Nacimiento del Moro", o enclaves como el de “Salinas de Hortales” o Aznar, por citar sólo algunos de los más notables.



Fuentes, pozos y manantiales.

Pero el plano de Mayo destaca sobre todo por la cartografía precisa de los pozos, manantiales, fuentes y otros lugares de captación de agua en ríos y arroyos, principal objeto de su elaboración.



Desde agosto de 1861, durante varios meses, recorre el término de Jerez y de otros municipios de la provincia aforando fuentes y manantiales para estudiar las posibilidades de la conducción de sus aguas hasta nuestra ciudad, recogiendo después en su mapa estas posibilidades y los posibles trayectos que habrían de seguir las conducciones según la alternativa que finalmente se eligiese.



Así, en sus recorridos, Ángel Mayo viaja hasta puntos muy alejados de Jerez, como la aldea de Benamahoma, donde estudia el manantial más caudaloso de la provincia, el Nacimiento. En los Montes de Jerez y en las faldas de la sierra del Aljibe afora también las surgencias de Ortela, Ñames, Fonfrías y otras pequeñas fuentes cuyos caudales unidos superaban a los de Tempul.



El manantial de Tempul, que figuraba como uno de los de mayores posibilidades para la Sociedad promotora del proyecto, había sido descartado ese mismo año por el ingeniero francés P. Rouaulth, quien también realizaba estudios similares. Ángel Mayo, sin embargo, lo visitará en varias ocasiones y estudiará sus caudales con detenimiento, sabedor del interés de la ciudad en esta opción que, como es conocido, saldría finalmente triunfante.

Otras alternativas estudiadas por el ingeniero fueron los manantiales recogidos en el plano de La Piedad, en las faldas de la cercana sierra de San Cristóbal, los Mesas de Asta y La Mariscala, los de la Sierra de Gibalbín, La Torre de Pedro Díaz y Romanina, los de San Andrés, en las cercanías del cortijo del mismo nombre, entre Arcos y Bornos, así como varias fuentes ubicadas en la Sierra del Calvario, en esta última población.

Junto a todo ello, en su Memoria, Ángel Mayo aportó también nuevos estudios de otros puntos de abastecimiento próximos a la ciudad, de menor caudal que los citados anteriormente y que sitúa también en su plano como las fuentes de La Canaleja, La Teja, el Clérigo, La Vaquera o Pedro Díaz, situadas todas ellas en las vertientes de Albadalejo, así como la conocida fuente de Los Albarizones que durante varios siglos alimentó los depósitos de La Alcubilla.



Por último el ingeniero estudia también – y así lo refleja en su mapa- la posibilidad de realizar tomas en el Río Guadalete, en el lugar conocido como Cerrada o Angostura de Bornos (donde casi un siglo después se construiría la presa), en el propio río Majaceite a la altura de la Angostura de Arcos, o en el Guadalete en la zona del Puente de La Cartuja, el punto más próximo a Jerez y con aguas de peor calidad, que sería necesario elevar mediante bombeo a unos depósitos ubicados en los Cerros del Real (Lomopardo) desde los que llegarían por gravedad hasta la ciudad, tal como figura en los trazados que recoge en su plano.



De todos estos lugares podrá obtener el lector una detallada información “paseando virtualmente” por el plano de Ángel Mayo que en “tamaño real” podemos disfrutar a través de la digitalización realizada por Francisco Zuleta. No se lo pierdan.

Para saber más:
(1) Enlace al “Plano General de la parte estudiada en la cuenca del río Guadalete, con la representación de los manantiales principales y los trazados hechos para la conducción de aguas á Jerez de la Frontera”, en la página de GIGAPAN de Francisco Zuleta.
(2)Memoria relativa a las obras del Acueducto de Tempul para el abastecimiento de aguas a Jerez de la Frontera, por D. Ángel Mayo. Anales de Obras Públicas, nº 3. 1877.
Otras lecturas de interés para profundizar en los trabajos de ángel Mayo son:
-Arcila Garrido, M.Luis.: La figura de Ángel Mayo vista por la prensa de la época" en Aguas de Jerez. Tempul: entre el medio natural y la técnica hidráulica. Coord. J. M.Barragán Muñoz, Ed. Ajemsa. Jerez de la Frontera, 1993.
-Barragán Muñoz, M. Coord.: Agua, ciudad y territorio. aproximación geohistórica al abastecimiento de agua a Cádiz. Ed. Servicio de Publicaciones de la UCA, Cádiz, 1993.
-Barragán Muñoz, M. Coord.: Aguas de Jerez. Evolución del abastecimiento urbano. Ed. Ajemsa. Jerez de la Frontera, 1993.
-Inauguración de las Aguas de Tempul. Revista de Obras Públicas. 1869. Tomo 15-2, pg. 177-79.


Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto.  Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.

Para ver más temas relacionados con éste puedes consultar Cartografía histórica y grabados, Paisajes con historia

Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 24/04/2016

Un recorrido por el Término Municipal de Jerez en 1897
El Plano de Antonio Lechuga y Florido.




Casi siempre, en aquellas películas de aventuras de nuestra infancia que transcurrían en parajes remotos, había un “mapa del tesoro” que permitía a los protagonistas guiarse por montañas y valles o llegar hasta escondidas cuevas o playas secretas donde se ocultaba un cofre lleno de joyas y monedas de oro. El mapa era la clave sin la que no era posible encontrar el tesoro buscado. Sin embargo, a veces, el auténtico tesoro es el mapa. Este es el caso de aquel fragmento de la Tabula Rogeriana de al-Idrisi, conservado en Oxford, aquel en el que Jerez, la “Šeriš” musulmana aparece -quizás por primera vez- en un mapa fechado a mediados del siglo XII.

El que hoy destacamos es también un documento muy singular, otro “tesoro de mapa” tanto por la valiosa información que contiene, como por la forma en la que ha sido “rescatado” y restaurado digitalmente para el disfrute de todos. Nos referimos a lo que sin duda podemos calificar como una auténtica “joya” de la cartografía histórica jerezana: el “Plano del Término Municipal de Jerez de la Frontera”. Como figura en su leyenda, fue Arreglado a la escala de 1/100.000 para la Guía de Jerez de 1897, por Antonio Lechuga y Florido.



Hace tiempo que ya teníamos referencias de él a través de las citas de A. Góngora y del Catálogo de Cartografía Histórica de Cádiz (1), sin embargo, hasta hace unos años no habíamos podido tener acceso a copias con la calidad suficiente para su estudio.

Las imágenes que ofrecemos sobre este plano, cuyo original en color tiene unas dimensiones de 54 x 78 cm. y del que también se conserva un ejemplar en la Biblioteca Nacional, han llegado hasta nosotros gracias a la generosidad del profesor e investigador don Francisco de B. Zuleta Alejandro. En el enlace http://www.gigapan.com/gigapans/44987 (2) los lectores interesados tienen la oportunidad de consultarlo detenidamente. Podremos admirar así el magnífico trabajo realizado en 2010 por F. Zuleta, en el que se reproduce fielmente un original de la colección de don Emilio Lustau Ortiz de Latierro, que ha sido reconstruido digitalmente con partes de otro original de su propiedad. Estos documentos forman parte de los proyectos de Investigación Histórica e Información Geográfica del Seminario Agustín de Horozco de la Universidad de Cádiz que dirige el Dr. Lázaro Lagóstena Barrios. A todos ellos agradecemos desde aquí su amabilidad y las facilidades
mostradas para poder consultar y ofrecer este interesante Plano.

Antonio Lechuga y Florido, un curioso personaje.

El autor de este plano-mapa de nuestro término municipal fue el “polifacético” periodista jerezano Antonio Lechuga y Florido, hombre curioso y activo, movido por múltiples inquietudes políticas, culturales y comerciales. A modo de ejemplo de sus numerosas colaboraciones en la prensa escrita baste recordar que en 1889 fue el primer director de El Defensor de Jerez, “diario independiente” de orientación republicana. Entre 1890 y 1897 fue redactor del diario Jerez. Dos años más tarde, en 1899, firma también como colaborador en El Eco de Jerez, “periódico de intereses locales y generales”, y en ese mismo año será también director del diario local El Mensajero. (3)

Lechuga y Florido fue miembro destacado de diferentes asociaciones culturales de la ciudad, como el Ateneo Científico, Literario y Artístico, fundado en 1897, y en el que al año siguiente de su creación ya forma parte como secretario de la Sección de Literatura y Lenguas. En 1905 se incorpora también a la Junta Directiva de la Academia de Bellas Artes de Santo Domingo (4). En el plano político, Antonio Lechuga fue concejal del Ayuntamiento de Jerez en 1910.



Juan de la Plata traza un perfil biográfico de este singular personaje y nos informa que “…fue periodista en ejercicio desde 1878 y escribió de todo, bajo las formas de artículos políticos o literarios, crónicas, poesías, novelas cortas, narraciones, criticas, con o sin seudónimo, o con su propio nombre, en los periódicos locales 'El Defensor de Jerez' y 'Jerez'; y colaborando en periódicos de Sevilla, de Córdoba, de Santander, de Madrid, de Cádiz, de San Fernando y de Málaga. Pero a pesar de tanto multiplicarse escribiendo, se decía que nunca consiguió reunir dos pesetas. Hombre que tenía tanto de periodista por fuera, como por dentro; desaliñado en el vestir, barbudo y soñador; confesándose políticamente, él mismo: "Yo he sido siempre y soy republicano; me he significado públicamente en todos los actos de mi partido y atenderé con preferencia el culto de esos ideales por encima de todas mis conveniencias.

Lechuga sirvió de joven, durante cuatro años, como voluntario, en la Marina, entre la Capitanía General de San Fernando y el Ministerio, en Madrid, y al término de su compromiso militar, estuvo de dependiente de un importante comercio; haciéndose más tarde comerciante en vinos y viajando luego a todas las provincias españolas. Su vida la consagró por entero al trabajo y al estudio; admiraba a Cervantes y a Campoamor; a Ribera y a Velázquez; se deleitaba con Mozart y se entusiasmaba con Castelar…
” (5).

El “Plano del Término Municipal de Jerez de la Frontera” de 1897.

El Plano “se repartió como regalo a los suscriptores de la Guía de Jerez por D. Miguel de Bustamante, correspondiente al año 1897”, siendo muy apreciado en la ciudad al representar, por primera vez en un formato de medianas dimensiones y con buen número de detalles, todo el término municipal a escala 1:100.000 (6). En su elaboración, Lechuga aprovechó sin duda trabajos anteriores, realizando una completa y más que aceptable labor de síntesis de la información topográfica disponible hasta el momento.



Por esta razón ofrece una valiosa información sobre los elementos más relevantes de nuestro territorio, su “ordenación” y, en especial, sobre una rica toponimia que se ha ido perdiendo paulatinamente a lo largo del último siglo y con la que, gracias al Plano, nos reencontramos. Y todo ello en una fecha clave, cuando sólo faltan 3 años para el cambio de siglo, por lo que este documento constituye un testimonio gráfico de gran valor al retratar el marco geográfico del Jerez del siglo XIX.

En el Plano puede apreciarse, por ejemplo, la incipiente red de carreteras existente a finales del XIX, donde sobresale la de Cádiz a Madrid. Esta vía mantiene aún el trazado original del antiguo Camino Real que pasaba por El Portal hasta que se adaptó el tramo alternativo por Matajaca, siguiendo el viejo camino de La Trocha del Puerto, que también recoge el mapa. Las carreteras de Sanlúcar, Arcos o Trebujena figuran también como tales, no así las de Cortes o de Medina, está última señalada como camino. El mapa da cuenta también de la línea férrea Madrid-Cádiz, junto a la que se ubica la Estación Telegráfica de El Portal, hoy desaparecida. De la misma manera nos ilustra sobre la traza del ferrocarril Jerez-Sanlúcar-Bonanza, donde figura el apeadero de las Tablas que fue desmantelado hace casi cuatro décadas. Como dato curioso, el Plano aún permite conocer los puntos en los que existieron las torres del telégrafo óptico existente a principios del siglo XIX incluyendo dos curiosos topónimos como el de “Telégrafo de Montegil” o el de “Viña del Telégrafo”. Entre las obras públicas que se representan destaca el “Canal cubierto de Tempul” como se denomina al acueducto, cuyo recorrido podemos seguir cruzando el término de Este a Oeste.

De gran interés es también la pormenorizada red de cañadas, caminos de herradura y caminos carreteros que ofrece, imprescindible para conocer el trazado de nuestras vías pecuarias, muchas de las cuales se han perdido por usurpación de las fincas colindantes o por asentamientos ilegales. En este sentido, el Plano aporta información relevante sobre algunas de estas cañadas, caminos y descansaderos que no figuran ya en el “Proyecto de clasificación de las vías pecuarias existentes en el término municipal de Jerez”, elaborado en 1948 por el Perito Agrícola D. Enrique Gallego del Fresno para la Dirección General de Ganadería, por lo que hay que deducir que se perdieron ya en aquellas fechas. Por citar sólo algunas, en el Plano se resalta la importancia que como vías de comunicación en el Jerez rural tuvieron cañadas como la del Alamillo (actual carretera de La Ina a Torrecera), la de Cuartillos cuyo trazado sigue en buena parte la actual carretera de Cortes, la Cañada Ancha, que comunicaba con Mesas de Asta o las de Espera, Bornos, Las Cabezas o Lebrija, cuyo trazado se mantiene aún parcialmente cien años después.

Barcas, pasadas, vados, lagunas… que desaparecieron.

Cuando los caminos y cañadas llegan hasta los ríos y arroyos, los cruzan por vados y vaderas, pasadas o barcas, de los que el Plano nos ofrece también algunas pistas. Se mencionan así la del Alamillo, junto al actual Puente de El Torno, la de La Florida, la del Boyal, la de Berlanguilla, la de Tempul, en el Majaceite… Los únicos puentes que cruzan el río son el de Cartuja y el del acueducto de Tempul, que el Guadalete arrastraría veinte años más tarde, en 1917.



El mapa es también testigo mudo de la desaparición de algunos humedales y en él se da cumplida información sobre ríos, arroyos (“vertientes”), lagunas y “pantanos”, en referencia a las amplias zonas de marismas de nuestro término. Así, por ejemplo, puede observarse el emplazamiento de lagunas como las de la Isleta (en las Pachecas), de Bocanegra (en las Quinientas), de Rajamancera (junto a La Ina), de Mesas de Asta o de “Torroz”, total o parcialmente desaparecidas en la actualidad.

La toponimia y los emplazamientos referidos a pozos, fuentes, manantiales, abrevaderos, pozas y otros lugares relacionados con el agua y sus formas de captación y almacenamiento son muy numerosos, como no podía ser menos en un término en el que abundan los grandes terrazgos dedicados a la agricultura y a la ganadería. De la misma manea son muy abundantes las referencias al poblamiento rural de nuestro vasto alfoz delatado en el mapa por la presencia de muchas construcciones aisladas, diseminadas por todo el término. En este sentido se incluyen infinidad de datos sobre chozas, casas perdidas en el monte, ranchos, cabrerizas, zahúrdas y zahurdones, cortijos, casas de viñas, estancias, ventas en los cruces de caminos (La Florida, Zumajo), molinos harineros y de aceite (Cartuja, La Compañía, Espartinas, El Rizo, ), molinetas (la de Ortela, por ejemplo), caleras (El Mojo, Torremelgarejo), palomares (como el de Zurita)… ya desaparecidos muchos, pero conservados a través de la toponimia en la “memoria geográfica” de nuestro territorio.

Los alrededores de la ciudad y las viñas.



Una mirada detenida merecen los alrededores del casco urbano en los que el lector descubrirá un Jerez limitado hacia el Este por el trazado de la vía férrea y, sobre todo, una amplia referencia toponímica de espacios y lugares, de pagos y haciendas integrados ya en nuestra trama urbana. Como curiosidad, se indica la situación del antiguo Hipódromo,… frente al actual Circuito de Velocidad. De la misma manera, el Plano supone un instrumento de primer orden para conocer la extensión del viñedo jerezano en todo el término ya que los pagos y fincas dedicada a viñas están destacados (en verde) para su mejor identificación.

Los castillos y torres más relevantes de nuestro término o las ermitas rurales (El Valle, El Mimbral, La Ina), figuran también en el Plano de Antonio Lechuga. Como dato curioso, el Monasterio de la Cartuja aparece en el mapa como “Convento ruinoso”, delatando así su estado de conservación en estos años finales del siglo XIX.

No queremos terminar sin destacar el gran valor que el Plano del Término de Jerez de la Frontera aporta para investigadores y, en general, para las personas interesadas en conocer mejor nuestra tierra. De todo ello el lector curioso podrá obtener una detallada información accediendo virtualmente al mapa (en “tamaño real”) a través del referido enlace gracias al magnífico trabajo realizado por F. Zuleta Alejandro. Que ustedes lo disfruten.

Para saber más:
(1) Instituto de Cartografía de Andalucía: Catálogo de cartografía histórica de Cádiz. Consejería de Obras Públicas y Transportes, Sevilla, 1996. Pg. 195, Ref. 3062.
(2) Enlace “Plano del Término Municipal de Jerez de la Frontera”, digitalizado por F. Zuleta Alejandro: http://www.gigapan.com/gigapans/44987
(3) A. de Góngora: El periodismo jerezano. Apuntes para su historia. Imprenta de El Guadalete, Jerez, 1900.
(4) Caballero Ragel, Jesús:Exposiciones y artistas en el Jerez del XIX. Las exposiciones de la Sociedad Económica Jerezana”. Centro de Estudios Históricos Jerezanos. Págs. 70-71 y 101.
(5) Juan de la Plata: “Mas sobre la APJ, los periodistas y periódicos jerezanos (II). Diario de Jerez, 12-02-2009.
(6) A. de Góngora:Materiales para la Historia de la M.N. y M.L. ciudad de Jerez de la Frontera”. Redición y adiciones por Manuel Ruiz Lagos. C.S.I.C. C.E.H.J. Patronato “José Mª Quadrado”. Jerez, Gráficas del Exportador, 1976., pg. 15

Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto.  Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.

Otros enlaces que pueden interesarte: Cartografía Histórica, Paisajes con Historia

Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, 22/06/2014

 
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