Tras descansar en las tierras de El Barroso, continuamos nuestro camino, buscando el Guadalquivir. Frente al cortijo, al otro lado de la carretera, la Cañada de Maricuerda y Tabajete nos lleva hasta El Barrosillo. Esta cañada se dirige luego a las marismas de Tabajete, al pie de Mesas de Asta, donde se forman grandes zonas encharcadas en épocas de lluvia y que, en tiempos de la dominación romana, fueron esteros navegables, comunicados con el amplio estuario del Guadalquivir.
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