Un paseo primaveral por El Retiro.
Breve reseña de sus principales árboles y arbustos.




A nuestro amigo J. Antonio Márquez Rosado, de quien tanto aprendimos.

Como recordarán nuestros lectores, en las semanas anteriores nos ocupamos del origen y las pequeñas historias en torno al parque de El Retiro, uno de los más frecuentados de nuestra ciudad. Hoy, para terminar, vamos a darnos un paseo para conocer sus principales árboles y arbustos, ahora que la primavera les saca sus mejores colores.

Es conocido por todos que El Retiro se ubica en la zona Este de la ciudad, en el distrito de las Delicias, del que constituye un referente de primer orden, bautizando con su nombre un sector del mismo. Su superficie tiene la forma de un rectángulo de unos 300 x 70 m aproximadamente-, que se orienta en dirección Este Oeste, ensanchándose en su extremo oriental y en la zona colindante con el CEIP El Retiro. El Paseo de las Delicias, lo limita por su lado mayor y la calle Parque de Bomberos (antiguo Camino de la Fuente de Pedro Díaz) lo hace por su otro costado (1).

Un arbolado cambiante… y menguante.

Como no podía ser de otra manera, la arboleda de un parque centenario como El Retiro ha ido cambiando con el tiempo.

De los primeros momentos quedan como testigos algunos viejos ejemplares de ciprés, un gran pino carrasco que se cuenta entre los más altos y longevos de la ciudad, y algunas de las palmeras que se plantaron hace algo más de un siglo, cuando la hacienda El Retiro era aún propiedad de Luis de Ysasi. Las fotografías de la época nos muestran algunas de las alineaciones de pinos con las que contaba el Retiro, así como la presencia de grandes ejemplares aislados de esta misma especie (2). Se tiene también constancia de la existencia cipreses y de alineaciones de palmeras, de las que aún se conservan algunos testigos, así como de los naranjos que orlaban los paseos del parque (3).

A finales de los 80 del siglo pasado, tras la primera remodelación, tres especies eran las más representadas en estos jardines. La palmera canaria (P. canariensis) y el naranjo (C. aurantium), que se alineaban a los lados de los paseos centrales y laterales, con casi un centenar de ejemplares por cada especie (reducidos hoy a 24 y 73 pies respectivamente), y el fresno (F. angustifolia) que orlaba el perímetro del parque y que en la actualidad cuenta con 55 ejemplares.

En los últimos 20 años, como puede verse, las cosas han ido a peor. En el censo que realizamos en 1990 tras la remodelación del parque por la Casa de Oficios de Jardinería “Ingeniero Fernández de la Rosa”, El Retiro contaba, aproximadamente, con 370 ejemplares de árboles y arbustos pertenecientes a 53 especies, a ellas había que sumar otro centenar largo de pies que crecían en el vivero, incluidas en 22 especies, de las cuales 18 no estaban representadas en el parque.

En las siguientes décadas El Retiro fue perdiendo ejemplares a la par que diversidad. Y ello pese a las plantaciones que se realizaron en 2002, con motivo del centenario, en el que se incluyeron árboles aislados de una decena de especies no presentes en el parque (Brachychiton, Dombeya, C. spinosa, F. pennsylvanica, K. bipinnata…); o a las llevadas a cabo este mismo año 2018, en el que se han sumado ejemplares de L. patersonii, O. europea var. Sylvestris o C. deodara, entre otras.

Lamentablemente, la plaga del picudo rojo se ha llevado por delante en los últimos años dos tercios de las palmeras del parque, 51 de las 75 que censamos hace tres décadas (4). Los naranjos han sufrido algunas bajas, aunque aún hay presentes en El Retiro 73 ejemplares.

Peor suerte han corrido los árboles de Júpiter (L. indica), de los que apenas sobreviven algunos pies de la veintena que poblaban el parque hace apenas veinte años.

En la actualidad, en el censo aproximado que hemos realizado estos días y comparándolo con la población de 1990, se han perdido unos 140 ejemplares de los 370 que tenía en aquellas fechas, habiéndose sumado 28 nuevos pies de árboles y arbustos. En la actualidad se cuenta con unos 260 ejemplares pertenecientes a 48 especies, a las que habría que añadir otras 16 presentes en el antiguo vivero. En síntesis, puede concluirse que la arboleda de estos jardines se ha visto reducida casi en una tercera parte en el último cuarto de siglo (5).

Un paseo por El Retiro.



El Retiro se estructura en torno a un largo paseo central que desde 2007 está cortado en su zona central por un quiosco-bar. Este paseo está flanqueado por naranjos, constituyendo el eje principal del parque, uniendo sus dos extremos. A sus lados, otros dos paseos laterales de trazado sinuoso, discurren entre las distintas praderas. Por último, en paralelo a las calles que sirven de límite al parque, se encuentran sendos paseos exteriores.

El que corre junto a la avenida de Las Delicias está escoltado por fresnos. El que linda con el parque infantil y con el CEIP El Retiro, lo estaba por palmeras canarias, de las que apenas quedan algunos ejemplares.

Estos cinco paseos, que organizan los jardines en sentido Este Oeste, se unen entre sí por pequeñas sendas transversales de albero que cruzan el parque a lo ancho, delimitando así las praderas o zonas de césped, rodeadas de bordes de confinamiento. En la zona central, ocupada ahora por el quiosco-bar, hubo hasta hace unos años una plaza bancos rodeada de plátanos de sombra que aún se mantienen.



En su extremo oriental, los paseos confluyen en un parque infantil rodeado de fresnos, sóforas, palmeras... En el otro extremo, se forma también una explanada en la que se encuentra la fuente cibernética que desplazó al viejo estanque con patos y peces de colores, nenúfares y “paragüitas” que, a nuestro entender, daba más encanto a este rincón. Un pequeño montículo, situado en una de sus orillas y que en su día fuera una poblada rocalla, rompe la horizontalidad del parque, poniendo así una nota de contraste. En la zona colindante con la urbanización Parque del Retiro, se abre un espacio sombreado por macluras, gleditsias y fresnos. Colindante ya con el CEIP El Retiro se ubica una pista multiuso. Por último, el extremo occidental, cerrado al público, acoge las antiguas instalaciones del vivero municipal, hoy en mal estado de conservación, estando en proyecto, desde hace muchos años su futura incorporación al parque (6).

El arbolado: especies singulares.


Del medio centenar de especies que albergan los jardines -excluyendo la zona del antiguo vivero-, el paseante advertirá enseguida que tres son las más abundantes estando presentes en muchos de sus paseos y rincones: palmera canaria, naranjo, y fresno. Junto a ellas, se encuentran otras que más escasas en los otros parques de la ciudad, como el hermoso ejemplar de ginkgo (G. biloba), los tilos (Tilia x europea), el limpiatubos llorón, de tronco retorcido que crece junto al estanque (C. viminalis), los raros jaboneros, pertenecientes a la especie (K. bipinnata), o las macluras (M. pomífera), también conocidas como naranjos de Luisiana.

Junto a ellos, el visitante hallará otras más comunes, pero no por ello menos singulares. Así, en la zona central, destacan los frondosos plátanos de sombra (P x hispánica) o los fresnos (F. angustifolia) que en primavera y verano nos sorprenden con su llamativo follaje de un verde intenso. Entre los ejemplares más altos del parque se encuentran un granpino carrasco (P. halepensis) cerca del estanque , y un viejo ciprés (C. sempervirens), el ejemplar de mayor altura, que sobresale entre las copas de los demás árboles de El Retiro (7).

Hasta hace unos años el parque poseía una variada representación de palmeras, reducidas en la actualidad a la ya citada palmera canaria, a un ejemplar de washingtonia (W. filifera) y a otro de palmera de abanico china (L. chinensis).

Atrás quedan los días en los que crecían aquí ejemplares de palmera datilera, palmito, palmera de la suerte, palmera del Senegal, palmera de Roebelen, kentia… todos ellos perdidos, lamentablemente, en estos años.

Junto a las citadas, otras especies llaman también la atención del paseante como el castaño de flor roja (Aesculus x carnea) de bonitas flores rosadas, la acacia amarilla (Caesalpinia espinosa), de llamativas inflorescencias amarillo anaranjadas, o los inconfundibles árboles del amor (C. siliquastrum), que en primavera se visten de flores de color rosado. Las acacias de tres espinas (G. triacanthos), que flanquean la calle del Parque de Bomberos, o las altísimas casuarinas (C. equisetifolia) que crecen junto al estanque, contrastan con las sóforas (S. japónica) los arces (A. negundo), los almeces (C. australis), los fresnos rojos (F. pennsylvanica), o el falso pimentero (S. molle) de copas todos ellos más redondeadas.



Otras especies presentes en el parque son el agracejo (P. latifolia), el espino majuelo (C. monogyma) de llamativas flores y frutos o el durillo (V. tinus), más modestos en altura, pero igualmente significativos en el conjunto de la flora de El Retiro, por ser autóctonas.



Buena parte de las especies arbustivas presentes en estos jardines, poseen llamativas flores que ponen la nota de color como altea (H. syriacus), pacífico (H. rosa sinensis), árbol de las trompetas (Brugmansia sp.), saúco (S. nigra), dombeya (D. x cayeuxii), flor de pascua (E. pulcherrima) … entre otras de las que podremos observar en nuestro paseo.

En el entorno del estanque y junto a la rocalla, crecen especies singulares como las llamativas yucas (Y. elephantipes), cuyos troncos nos recuerda a las patas de elefante, adelfas (N. oleander), bonetero (E. japonicus), aligustre (L. lucidum) o un bonito seto de pitósporo del Japón (P. tobira) que en primavera se cubre de minúsculas flores blancas.



En los últimos años se han ido incorporando otras especies a los jardines del parque como un singular taraje conocido como tarfa (T. aphylla) que ha crecido con su tronco muy deformado, así como otros pies de araucaria (junto al quiosco-bar), brachichito, ficus, granado… Más recientemente se han plantado ejemplares del árbol pica-pica (L. patersonii), de hermosas flores rosadas, de cedro del Atlas (C. deodara) o de acebuche (O. europea var. Sylvestris), entre otros que completan la larga lista de especies de las que podemos disfrutar en nuestros paseos por El Retiro (8).

El paso de las estaciones en El Retiro.



Con independencia del mal estado de mantenimiento actual, con la remodelación de 1990 el parque ganó en espacios abiertos gracias a la supresión de muros, vallas y setos y a la siembra de praderas y zonas verdes que dieron al parque mayores horizontes, pudiendo ser contemplado en su totalidad desde cualquiera de sus puntos.

La vegetación del parque se dispone en tres "estratos" bien diferenciados. El más elevado lo forman los árboles de mayor altura ya antes descritas: fresnos, acacias, palmeras, plátanos, casuarinas.... En un segundo nivel se sitúan otras especies arbóreas de menor porte como naranjos, aligustres, fresnos rojos, almeces… Por último, y a la sombra de los anteriores, crecen los arbustos.

La variedad de especies y la alternancia de caducifolias y árboles y arbustos de hoja perenne hace que el parque, siendo el mismo, muestre distintas caras con el paso de las estaciones. La primavera se anuncia con las primeras sámaras y hojas de los fresnos, con los arces cargados de brotes, con los árboles del amor adelantando sus flores... De singular belleza son las flores rosadas del castaño rojo, las blancas florecillas del espino albar o las de los naranjos, que tapizan de azahar el paseo central y aroman el ambiente como ningunas otras.

En el verano, el parque se salpica de frescas sombras. Los plátanos, los almeces, las gleditsias, las sóforas, los tilos... se ofrecen al visitante con sus frondosas copas como auténticos oasis bajo el sol de agosto. El verano se viste también de flores en El Retiro: alteas, pacíficos, durillos, lantanas… se llenan ahora de colores. Las palmeras, cargadas de dátiles o las sóforas, que alfombran el suelo con sus pequeñas flores blanco-amarillentas dejan también su huella de color en el verano del parque.



Con el otoño El Retiro cambia de aspecto. De llamativa belleza son las tonalidades pardas de las hojas del plátano, las de los almeces, o las del castaño, que adquieren coloraciones ocres amarillentas. El ginkgo, uno de las especies más singulares de estos jardines, nos ofrece la bella estampa de su copa, en la que sus hojas han cambiado el verde intenso que mostraban en verano por un llamativo color amarillo.

La abundancia de especies de hoja perenne hace que, en el invierno, el parque conserve también su encanto. Naranjos, palmeras, cipreses, el gran pino piñonero, casuarinas, yucas... mantienen su follaje, contrastando así con las acacias de tres espinas cargadas de las grandes legumbres que se muestran en su copa desprovista de hojas, con los tilos, los fresnos, los arces o los plátanos de sombra, que nos muestran ahora su desnudo ramaje en el que destacan sus característicos frutos esféricos.



Los naranjos ponen entonces la nota de color con sus abundantes frutos, junto a los arbustos de flor de pascua, cuyas llamativas brácteas de color rojo brillante destacan ahora más que nunca.

Sin embargo, a pesar de sus muchos atractivos, El Retiro “nos duele” ya que muestra signos de cierto abandono y precisa mayores cuidados, así como una regeneración de su arbolado que sustituya los ejemplares dañados o muy deformados. Además de las necesarias mejoras en su mantenimiento hay que ampliar también su patrimonio arbóreo, retirar los tocones de las palmeras que se perdieron por el picudo rojo, reparar sus paseos de albero, resembrar sus praderas y plantar, plantar y plantar más y más variados ejemplares de árboles y arbustos para que vuelva a recobrar la diversidad perdida. Y ya puestos a pedir, estaría bien retomar el viejo proyecto de incorporar convenientemente restaurada, la zona del antiguo vivero -que hoy se encuentra en estado de semiabandono- al parque, para hacerlo también accesible desde la rotonda de las Delicias.



El Retiro debe volver a ser, más temprano que tarde, ese gran parque para todos los jerezanos que generosamente cedió a la ciudad D. Luis de Ysasi y Lacoste. Ojalá que lo veamos así en los próximos años.

Para saber más:
(1) García Lázaro, A.:Cuadernos de Jerez. Parques y Jardines. Primaria. “El parque del Retiro”. Delegación de Educación y Cultura. Ayuntamiento de Jerez. 1989.
(2) Entre otras imágenes que nos muestran el arbolado originario de El Retiro señalamos algunas de las que ilustran estos artículos como la postal de Salido Hermanos, que nos muestra los cipreses, la que figuran en Antón Rico, A.:El Retiro”, Revista del Ateneo, nº 17, 15 de diciembre de 1927, p. 89, donde aparece un gran pino carrasco y cipreses, y la de J. Duarte, de comienzos del siglo XX donde se observan las alineaciones de pino carrasco, está última de la colección de M.J. Garzón.
(3) García Lázaro, A.:El Retiro cumple cien años”, Revista Pliegos de Opinión, nº 3. Marzo de 2002.
(4) “La Plaga del picudo rojo ha afectado ya a 180 palmeras en Jerez” , Diario de Jerez, 20 de octubre de 2011.
(5) Márquez Rosado, J.A. y García Lázaro, A.:El Parque del Retiro”. Materiales del curso “La ciudad y los árboles”, Centro de Profesores de Jerez, Abril de 1988.
(6) García Lázaro, A.:El Retiro cumple cien años”, obra citada.
(7) García Lázaro, J. y A.: “Pinos y pinares. Noticia de algunos pinos centenarios “, Diario de Jerez, 5 de marzo de 2017.
(8) Algunos de los ejemplares más notables del parque del Retiro han sido descritos en las guías: VV.AA.:Arboles singulares de Jerez, I. y II”, Ayuntamiento de Jerez, 2000, Un inventario completo de la arboleda del parque en 1998 puede encontrarse en Márquez Rosado, J.A. y García Lázaro, A.:El Parque del Retiro” y en 2002 en García Lázaro, A.:El Retiro cumple cien años”, obra citada. Las especies que figuran en este artículo suponen una actualización de aquellos censos, debiendo entenderse que las que no se mencionan ya no existen en la actualidad.


Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto. Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.

Para ver más temas relacionados con éste puedes consultar: Miscelánea, Paisajes con historia, El Paisaje y su gente, En El Retiro con Luis de Ysasy. Un parque con historia (I)., El Retiro. Historias de un parque centenario (II).,

Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 30/04/2018

El Retiro.
Historias de un parque centenario (II).




Para nuestra querida Violetita, la florecilla más linda del Retiro.

Como recordarán muchos lectores, el pasado domingo iniciamos un recorrido por los primeros años de la historia del Parque del Retiro, donado por Luis de Ysasi y Lacoste a la ciudad en 1902. En nuestro “paseo” de hoy, vamos a recordar algunos de los episodios más significativos de los que fue protagonista este parque centenario.

Una escuela en El Retiro.

Ante las necesidades de edificios escolares que en nuestra ciudad existían, una de las primeras medidas que se llevan a cabo en relación al Retiro es la creación de una escuela pública, en las que fueran las dependencias principales del Recreo de Ysasi. Así lo acuerda el Ayuntamiento de la ciudad en la sesión municipal celebrada en septiembre de 1903. Ante esta decisión, la prensa local de la época recoge ya los primeros recelos acerca del uso del futuro parque y en un artículo de El Guadalete titulado “El Retiro de Ysasi”, podía leerse: “[...] Buena idea la de dedicar a escuela pública los edificios que en dicha finca se hallan enclavados. Con ello se harán dos cosas buenas: dotar a algunos de estos establecimientos de enseñanza de albergue adecuado e higiénico, lo que no hay en la mayoría de ellos, y dar al legado del Sr. Ysasi la aplicación más en consonancia con el nobilísimo espíritu de aquel excelente ciudadano que ofreció a la infancia desvalida sus más tiernas aficiones y que se desveló siempre por la educación de la niñez” (1).

Aun alabando la iniciativa municipal, que conectaba también con lo expresado por el propio Ysasi en su testamento, el diario jerezano auguraba que la medida podía ir en detrimento de los jardines argumentando que “… si lisa y llanamente se entrega el Retiro a las escuelas, sin limitaciones, bien pronto los maestros, ayudantes y sus familias lo considerarán como patrimonio suyo; los niños, mal educados en el respeto a las plantas y poco o nada vigilados, estropearán el jardín y arbolado y tendremos que lamentar el destrozo de aquel ameno y precioso parque. Es preciso que El Retiro se conserve y vigile y cuide con especial esmero, mejorándolo si es posible, ampliando las arboledas y jardines en el lugar que hoy ocupa la porción de viña e impidiendo hasta el más insignificante deterioro (2).

Algunas voces habían alertado de que la aceptación de la hacienda El Retiro por parte del Ayuntamiento resultaría gravosa para las arcas municipales por los grandes gastos derivados de su conservación frente a lo que “El Guadalete” sostenía que “…es un error que conviene desvanecer. Toda la parte de jardines, huerta y naranjal puede fácilmente arrendarse a un jardinero que se obligue a la conservación y limpieza de la ría, fuentes y paseos y a guardar la finca”.



De la misma manera se proponía que, hasta que no se ampliase el parque con la plantación de nuevas arboledas, se diesen en arriendo las cinco aranzadas de viña que formaban parte de la hacienda, con cuyo canon podrían sufragarse los gastos ocasionados en el mantenimiento del parque, ahorrándose además el alquiler de casa para escuelas. Junto a estas propuestas resulta curiosa la iniciativa del periódico local que, de haber cuajado, hubiera supuesto la puesta en marcha de un Museo Arqueológico en la ciudad, sugiriéndose que en la antigua casa de Ysasi, “… en el salón grande de ingreso podría instalarse así como también un museo de antigüedades trasladando a él los objetos que en sus estantes se conservan en la Biblioteca Municipal y los trozos de estatuas y monumentos que para vilipendio y escarnio de nuestra cultura se hallan amontonados en el atrio de dicho edificio. Si a esto se agrega que el Retiro se presta admirablemente a practicar la enseñanza moderna al aire libre, en cuanto sea posible, establecida hoy en todas las naciones civilizadas tendríamos que el legado del Sr. Ysasi, no solo no costará nada al municipio, sino que además de ofrecer un ameno lugar de esparcimiento al vecindario, realizará un gran beneficio y podrá albergar un establecimiento de enseñanza que honre a nuestra ciudad y sea al mismo tiempo el mejor tributo rendido a la honrosa y perdurable memoria de D. Luis de Ysasi y Lacoste” (3).

El Retiro, parque público: las primeras visitas.

A diferencia de lo que sucedía con el parque González Hontoria, creado en 1902, El Retiro, por su cercanía a la ciudad, era un lugar ideal para el esparcimiento y el paseo de los jerezanos. Enclavado en un entorno donde abundaban las huertas y recreos, el nuevo parque público fue muy bien acogido por los ciudadanos. Siendo ya de propiedad municipal, apenas habían transcurrido unos meses desde su recepción por el Ayuntamiento, cuando los jardines de El Retiro servirán de marco, el 25 de diciembre de 1903, a la Fiesta de los Niños, una celebración precursora de la actual cabalgata de Reyes.

En la crónica que de dicha fiesta que con el título de “En el Retiro” recoge la prensa local se señala que a la misma asistieron más de 2000 niños de las escuelas jerezanas que fueron obsequiados con juguetes y una merienda. Para la fiesta, organizada por la Asociación de Caridad y la Archicofradía de la Santa Agonía, se preparó un árbol para cada escuela ene que se colocaron los juguetes: “… A la entrada estaban los árboles de los niños de la Hermandad de la Santa Agonía y de la Escuela de la Santísima Trinidad; en esta última se rifó además un pavo y se repartieron premios consistentes en ropas que la Asociación de Católicos que la dirige, destinó a los niños más aprovechados. Después seguían los árboles de las Escuelas de niños y niñas de San Juan Bautista, S. Fernando, S. Rafael, Santiago, Santo Domingo, San Miguel, San Luis Gonzaga, Nuestra Sra. del Socorro, Purísima Concepción, Ntra. Sra. de Consolación, del Rosario, San Dionisio, Protectorado de Niños desvalidos, Asilo de la Infancia y Hospicio. A las dos comenzó el reparto de juguetes que hicieron las distinguidas señoras de la Junta, auxiliados por bellas señoritas y de los Señores que formaban parte de aquella… El batallón infantil fue uno de los principales elementos de la fiesta. A las 12 salió de la plaza de Alfonso XII, dirigiéndose por la Corredera, plaza de las Angustias y calle Santísima Trinidad, Medina y Cartuja hasta El Retiro. Al llegar allí ya la mayoría de las escuelas iban llegando a la finca y todas entraron por la puerta lateral. Numerosísimo público siguió al batallón infantil por las calles que recorrió… A las 3 aproximadamente se repartieron las meriendas a todos los niños y niñas, pasando todas las escuelas por junto a la casa de vacas, donde el Alcalde auxiliado por otras varias personas entregaban a cada niño su merienda. En la explanada que hay al final de la hermosa calle de palmeras y en esta misma calle se sentaron los niños a merendar alegremente, mientras presenciaban con grande algazara y alegría la elevación de los fantoches regalados por el comercio" (4).

Para la fiesta se elaboró una hoja literaria cuya venta, al precio de un real, se destinó a la asociación de Caridad y en la que se incluían artículos “… de los señores Barrón, de Lorenzo, Bertemati, Dastis, Sainz de Bustamante, Agullós, poesías de Bellido, Lechuga y otra porción de composiciones hasta el número de 24; la hoja literaria lleva el siguiente encabezamiento: "Las letras jerezanas a la memoria del insigne patricio D. Luis de Ysasi y Lacoste"… El Alcalde fue felicitado por la organización y el Sr. Hernández Rubio que dirigió la ornamentación de la entrada y paseos del recreo con mucho gusto. En la pared exterior de la fachada de la casa se había colocado la lápida conmemorativa de la donación de la finca al pueblo por el Sr. D. Luis de Ysasi" (5).

Por la crónica de aquel día de diciembre de 1903 sabemos que El Retiro, desde su apertura al público, contaba con una "calle de Palmeras", con una hermosa fuente de mármol y que ese mismo día fue colocada la lápida conmemorativa que aún se conserva en la actualidad.

El año siguiente, el periódico "El Eco de Jerez" del 24 de Diciembre, volvía a dar noticia de la celebración del "Día de los Niños" en El Retiro, con la participación del alcalde Manuel Coloma y donde de nuevo se habían adornado los árboles y jardines bajo la dirección del arquitecto municipal F. Hernández-Rubio.

La Escuela Pública y el Vivero Municipal.

En sus primeros años, antes de que el Ayuntamiento lo acondicionara definitivamente como parque público, su aspecto apenas debía diferir del que originariamente tenía en vida de Ysasi: una finca de recreo con huertas, árboles frutales y especies ornamentales. Así al menos lo confirma la memoria de 1904 del Instituto Provincial, en la que se reseña una excursión de sus alumnos a la Huerta del Retiro, tal vez la primera que se realiza a este lugar con fines didácticos (6).

La Escuela Pública se habilita también muy pronto y ya en la Sesión Municipal de 31 de Diciembre de 1903 el alcalde J. Fadrique de Lassaletta y Salazar, quien recibiera la donación del Retiro, da cuenta del ahorro de 3000 pesetas "sobrantes por no haber que pagar el arrendamiento del local que en la llamada Casa de Panés" ocupaba la escuela trasladada al Retiro". En la misma sesión, y a petición de varios miembros de la Comisión creada para la replantación de los viñedos de Jerez perdidos por la plaga de filoxera, se propone "realizar los trabajos y las obras indispensables de roturación y plantación de vides madres, para el establecimiento de un vivero municipal... a fin de que para el año 1905 puedan proporcionarse vides americanas gratis a los pequeños viticultores que cumplidamente notifiquen carecer de medios y recursos para la replantación." En este sentido se acordó que el vivero se establezca en El Retiro (7).

El parque, que en sus primeros tiempos ocupaba una superficie mucho mayor que la actual, va tomando forma con el paso de los años. Poco a poco fueron surgiendo los paseos de árboles, las plazas, las fuentes y estanques, los jardines. Ya en la década de 1920, las fotografías que de él se conservan, nos muestran la arboleda en todo su esplendor destacando las siluetas de grandes palmeras o de algunos ejemplares de pino carrasco, así como las alineaciones de cipreses. La antigua casa de D. Luis de Ysasi, utilizada como Escuela Pública, muestra en su costado una construcción almenada conocida popularmente como "El Castillito". En septiembre de 1925, Ángel Antón, nos lo describe en un artículo publicado en la revista del Ateneo: "Preciosa finca situada en las misma puertas de la ciudad, con una superficie de unas 16 aranzadas, con un magnífico jardín, un estanque, un invernadero para plantas, hermosos paseos y al fondo un bosque de pinos, tierra de labor y una viña, completándose esta valiosa finca, con una bonita casa-habitación y los edificios accesorios para portería, jardinero, cuadras y establo" (8).

El mismo autor explica que debido a la difícil situación económica del Ayuntamiento años atrás, tanto los edificios como los jardines pasaron por un estado de abandono que hicieron temer por su desaparición. La entrada en la alcaldía de Federico de Ysasi y Dávila (1925-1928), sobrino de D. Luis de Ysasi, posibilitó que se llevaran a cabo las obras de adecentamiento necesarias para que El Retiro recuperara de nuevo un aspecto cuidado. Así, en 1925 primero y en 1928 después, se plantean sendas iniciativas por miembros del Ateneo Jerezano para instalar en El Retiro una "Escuela al aire libre".



El ya mencionado Ángel Antón señalaba al respecto en 1925 que: “Es iniciativa de este Ateneo Jerezano" establecer en el hermoso parque de El Retiro, una escuela al aire libre. El clima de Jerez se presta a ello como en pocas ciudades y el recreo El Retiro, sin dejar de ser paseo público, reúne condiciones excepcionales para ese objeto. Para realizarlo, habría que construir en la pequeña pradera que hay junto al paseo de palmeras, un pabellón, que pudiera ser de madera, estilo americano… Este salón con grandes ventanales, tendría por objeto dar en él las clases los días que, por lluvia o viento, no pudieran darse al aire libre. Con respecto al programa a impartir, Antón apuntaba que “…debiera darse a los niños que concurrieran a esa escuela, los elementales conocimientos prácticos de agricultura, que son necesarios a los obreros de un pueblo, cuya riqueza está en el campo. Pequeñas parcelas de jardín, tierra de labor y viña, cuidadas por los mismos niños, al par que les serviría de distracción les inculcaría el espíritu de trabajo, el respeto a las plantas, el amor al campo y les daría aquellos conocimientos que tanto provecho reportarían a esta ciudad, cuando en el recorrer del tiempo los niños de aquella escuela fueran obreros, llegarían a ser los capataces de cortijos y de las viñas, capacitados por sus conocimientos para ser el indispensable colaborador del propietario, en la gran transformación que necesariamente ha de tener la agricultura en esta región. Ahí está la idea y aquí el Ateneo Jerezano, dispuesto a colaborar en la realización de esta iniciativa, si el Municipio cree que merece estudiarse” (9).

Aunque la propuesta volvió a plantearse en 1928 y la Escuela al Aire Libre de El Retiro, no llegó a funcionar nunca conforme a estos planteamientos, lo cierto es que el parque fue marco de numerosas excursiones y visitas de escolares, además de espacio ideal de las actividades de los alumnos de la Escuela Pública allí ubicada. De la misma manera, hay constancia documental que el parque fue también escenario de la Fiesta del Árbol en numerosas ocasiones, en especial desde 1915 cuando se le dio un nuevo impulso tras su creación en 1898 (10).

En 1927 con la construcción del nuevo edificio de la Estación de Ferrocarril, el entorno de El Retiro y de la línea férrea fue objeto de nuevas mejoras. En 1931, cuando con el advenimiento de la Segunda República se impulsaron las escuelas públicas en El Retiro, los herederos de D. Luis de Ysasi, llegaron a reclamar al Ayuntamiento la anulación de la donación realizada por su antepasado ya que no se respetaba el deseo manifestado en el testamento de D. Luis, debido a que en las escuelas de El Retiro no se impartía educación católica (11).

Nuevos usos para El Retiro.

Tras el golpe de estado franquista, El Retiro siguió manteniendo la Escuela Pública, conocida popularmente como “el castillito” en la vieja casa de D. Luis de Ysasi que conservaba, como señala Rodrigo de Molina, "su entrada, con aquella amplia escalera, la terraza esquinada con aquella figura que sostenía un globo de cristal en alto, lumbrera en la noche, y el toque de campana al ocaso, dado porel guarda con vivienda allí, a cuyo son salían corriendo los chiquillos" (12).

Sin embargo, a partir de la década de 1940, y especialmente en la siguiente, el parque experimentará grandes transformaciones y verá reducida considerablemente su superficie ajardinada ya que en uno de sus extremos, donde actualmente se emplazan bloques de viviendas, se levantaron las instalaciones deportivas del Frente de Juventudes. Si en sus primeros momentos el parque se concibió como un lugar de esparcimiento y paseo para la población, los nuevos tiempos traían consigo nuevas demandas y las prácticas deportivas figuraban entre ellas. De nuevo El Retiro, por su cercanía al casco urbano y por la disponibilidad de espacio libre fue el lugar elegido para la construcción de piscinas, pistas deportivas, campos de fútbol... aún a costa de disminuir los jardines y los paseos arbolados.

La ciudad se encuentra en plena expansión urbanística y se construyen los primeros barrios destinados a la clase obrera. En la zona Este, junto al parque, surgen el de La Vid (1953), obra del arquitecto municipal Fernando de La Cuadra, y La Asunción. Más tarde se levantará el de Las Viñas y, ya en el último cuarto del siglo XX, las populosas barriadas que hoy conforman el distrito Delicias. El Retiro será, durante muchos años, la única zona verde y de ocio con la que cuente este poblado sector de la ciudad. A espaldas del Retiro se inaugura a mediados los 50, el parque de Bomberos, pavimentándose también las calles adyacentes (13).

Cambios y reformas.

En la zona que ocuparan los campos deportivos hasta finales de los cincuenta, ya definitivamente perdida como parque público, se levantará la Escuela Hogar, luego C.P. Blas Infante, y la oficina comarcal de la Delegación Provincial de Educación. Las construcciones continuaran en la década de los sesenta, donde el parque verá reducida de nuevo su superficie, hasta las tres hectáreas con que, aproximadamente, cuenta en la actualidad. En 1962 se abre en su extremo Oeste el nuevo vivero municipal en el que se levanta una estufa o invernadero.

En estos años se inicia también la construcción del Grupo Escolar "General Primo de Rivera" en el extremo opuesto del Parque, para atender las crecientes demandas de escolarización provocadas por la expansión urbanística de esta zona de Jerez. Aún muchos recuerdan como siendo director del mencionando centro escolar nuestro querido y recordado amigo Javier Fernández Azuar, realizó una visita a los jardines de El Retiro el discípulo de Gandhi, Lanza del Vasto, donde habló a los escolares sobre sus ideas (14).

A pesar de ver recortada su superficie hasta los 31.540 m. con los que cuenta en la actualidad, El Retiro recobrará en las últimas décadas su papel de lugar de esparcimiento y de punto de encuentro. Hasta la reforma de la que fue objeto a finales de los 80, la fisonomía del parque era bastante diferente a la actual y así, los parterres rodeados de setos, la ausencia de zonas abiertas, la proliferación de arbustos, la falta de iluminación, la valla de cerramiento exterior... conferían al recinto un aspecto más "cerrado" que en algunos momentos llegó a dar muestras de un preocupante deterioro. Es entonces cuando llega la hora de su recuperación, durante la alcaldía de Pedro Pacheco Herrera y durante los años 1989-90, la Casa de Oficios de Jardinería "Ingeniero Fernández de la Rosa" dependiente del Ayuntamiento, efectuó una remodelación integral del parque. Se llevo a cabo entonces la supresión de los setos y arbustos, la siembra de praderas, la eliminación de vallas, la apertura de la zona del estanque, que anteriormente quedaba dentro del recinto del Vivero... Gracias a estas medidas el Retiro recobró de nuevo la vida, convirtiéndose así en uno de los jardines más frecuentados de la ciudad. En 2002, con motivo del centenario de la donación del parque a la ciudad, se realizó una plantación simbólica por parte de escolares de la ciudad enriqueciendo con una veintena de nuevas especies la arboleda del parque (15).

Con todo, el deterioro de sus instalaciones reclamaba una nueva intervención. En 2007, durante el mandato de la alcaldesa Pilar Sánchez Muñoz, se llevó a cabo la última remodelación del parque en la que se invirtieron casi tres millones de euros. Se renovaron entonces todas las canalizaciones de alcantarillado y alumbrado, así como las superficies de albero, colocándose también bordes de confinamiento a las praderas. Se instalaron también nuevos bancos, papeleras y farolas y un nuevo parque infantil, eliminándose la alberca centenaria que fue sustituida por una polémica “fuente cibernética” con juegos de luces y agua, criticada en su día por su elevado coste. En su zona central se instaló también un quiosco-bar con veladores y en su zona lateral una pista de skateboard, que fue trasladada a Chapín posteriormente (16).



En la actualidad, el Retiro sigue siendo uno de los parques más frecuentados por los jerezanos. Pero los años no pasan en balde y se precisan nuevas reformas.






La plaga de picudo rojo que acabó con la mayoría de sus palmeras, el deterioro de parte de su arbolado, la necesidad de incorporar la zona del antiguo vivero (abandonada y en lamentable estado), reclaman una nueva intervención que devuelva al Retiro aquel antiguo esplendor de sus primeros años cuando, generosamente, Luis de Ysasi y Lacoste lo cedió a la ciudad. De paso, no estaría mal que se instalase un busto suyo en uno de sus rincones preferentes. Sería lo justo.


Continuará.
Para saber más:
(1) “El Retiro de Ysasi”, El Guadalete, 6 de septiembre de 1903.
(2) Ibídem
(3) Ibídem
(4) “En el Retiro” El Guadalete, 27 de diciembre de 1903
(5) Ibídem
(6) Rodríguez Doblas, Mª Dolores: Instituto Padre Luis Coloma: 150 años de Historia, Cuadernos de Divulgación, nº 2, Biblioteca de Urbanismo y Cultura, p. 80.
(7) “Sesión Municipal”, El Guadalete, 31 de diciembre de 1903, p. 2
(8) Antón Rico, A.:El Retiro”, Revista del Ateneo, nº 17, 15 de diciembre de 1927, p. 89.
(9) Ibídem, p 89-100.
(10) García Lázaro, A.:El Retiro cumple cien años”, Revista Pliegos de Opinión, nº 3. Marzo de 2002.
(11) Miguel Miguel, F.: Algunas notas sobre la enseñanza, la ciudad y la II República, Diario de Jerez, 7 de enero de 1997.
(12) Rodrigo de Molina: “El Retiro”, Diario de Jerez, 23 de junio de 1988. La escultura aludida figura en una de las fotografías que ilustran este reportaje.
(13) López González, R.: La arquitectura del siglo XX en Jerez, Imprenta San José, 2012, p. 73.
(14) García Lázaro, A.:El Retiro… op. cit.
(15) Casa de Oficios de Jardinería "Ingeniero Fernández de la Rosa", Folleto informativo, Ayuntamiento de Jerez,1989.
(16) “Nuevo Parque El Retiro. Presentación del Proyecto a los vecinos”, 14 de Noviembre de 2017. Díptico y CD, elaborados por el Gabinete de Diseño e Imagen del Ayuntamiento de Jerez.


Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto. Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.

Para ver más temas relacionados con éste puedes consultar: Miscelánea, Paisajes con historia, El Paisaje y su gente, En El Retiro con Luis de Ysasy. Un parque con historia (I)., Un paseo primaveral por El Retiro. Breve reseña de sus principales árboles y arbustos.

Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 22/04/2018

 
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