
Destacado fourierista, mostró siempre un gran interés a lo largo de su vida política por los aspectos sociales. La instrucción pública, las cuestiones sanitarias, la defensa de los derechos de las clases más desfavorecidas y la denuncia de las condiciones de vida de los trabajadores de la ciudad y, especialmente, de los obreros del campo, estuvieron entre sus preocupaciones constantes durante su actividad política.

Veamos en lo que sigue, algunas de las reflexiones que el político jerezano dejó recogidas en su libro y que sirven de testimonio para conocer cómo era la vida en el Jerez de finales del último cuarto del siglo XIX.
Las condiciones de vida en las casas de vecinos.

“¿Cómo visten los trabajadores?: Con pobreza”, esa escueta respuesta al cuestionario de la comisión, sin entrar en detalles, no puede ser más elocuente de lo que observa a su alrededor


Las condiciones de vida en las casas de vecinos, la morada más habitual de los trabajadores, quedan descritas en toda su crudeza por nuestro político con la contundencia de la realidad: “Esas miserables casas llamadas de vecindad, por cuyas puertas pasamos indiferentes, y que algunos bien hallados no conocen siquiera. Hacinamiento de salas y cuartos apretados por el interés de aprovechar el terreno y aumentar la renta. Como en una pieza sola ó en dos cuando mas, se

amontona una familia entera, no se inutilizan las paredes con ventanas, aunque la higiene las reclame; y también porque un hueco supone una puerta y la puerta un gasto para el dueño; aun sin la demasía y el lujo de cristales, poco usados en las casas de los pobres” (4).
Con Ramón de Cala por las gañanías de los cortijos.


Apenas un cuarto de siglo después, las condiciones habían variado muy poco a juzgar por el retrato que de las gañanías realiza Vicente Blasco Ibáñez en una de sus obras más conocidas: La Bodega. Por la gran similitud en las descripciones, de los ambientes pensamos que el político valenciano pudo conocer los escritos de Ramón de Cala casi con toda seguridad. Pero si las condiciones de habitabilidad de las gañanías son pésimas, la alimentación de los trabajadores del campo no se queda atrás: “El cortijero come un pan hecho

con lo peor de los almacenes, en que entra tanto como el trigo, variedad de granos, que ni los animales aprovechan, y algunos pedruscos desbaratados en el molino para formar un compuesto semejante á harina, que amasada dá por resultado un pan en teleras, plomizo e indigesto. Por la


Como señala el historiador Diego Caro Cancela, al estudiar la vida en Jerez durante el Sexenio Revolucionario, en la campiña jerezana, los trabajos del campo podían clasificarse en tres grandes grupos: de viña, de cortijos y en la “guardería” de ganados. De los tres, el que ocupaba durante todo el año a un mayor número de trabajadores, era el que se realizaba en los cortijos, fundamentalmente, en el cultivo de los cereales. El prototipo, por excelencia, del trabajador agrícola andaluz y jerezano era el “gañán”. “Se trataba de un jornalero que pasaba

En estas mismas ideas, así como en las duras condiciones de vida de los gañanes abunda Ramón de Cala en sus respuestas que no son sino un retrato de la pobreza que padecen los jornaleros y de la que parece difícil escapar: “Dos o tres veces en el año van los cortijeros á la población. Como naturalmente se deduce, el gañán no puede formar familia; y si por excepción comete la imprudencia de formarla, vive siempre separado de ella, y allá se las compone como pueden en el poblado la mujer y los hijos. El cortijero gana de dos á tres y medio

La Mano Negra, huelgas, ocupación de cañadas y la utopía del falansterio.

Entre los distintos y variados temas de los que se ocupa Ramón de Cala en El problema de la miseria, muchos están relacionados con el mundo rural, con el trabajo en el campo y con los

En lo relativo a las penosas condiciones de trabajo, apunta el político jerezano como los segadores prefieren el trabajo por peonadas al trabajo a destajo “como medio de no equivocarse en la apreciación de aquella cosecha difícil de estimar por extraordinaria”. Estas peticiones fueron uno de los principales motivos de enfrentamiento en el Jerez de la época y como cuenta nuestro autor: “Los labradores


El trabajo de los niños en el campo y la ciudad, la falta de instrucción y recursos educativos, la usurpación de cañadas, la práctica del rebusco, el nacimiento de las primeras asociaciones agrarias, o la Mano Negra, son otros tantos temas sobre los que Ramón de Cala realiza agudas críticas. En relación a este último asunto afirma de manera taxativa: “… después

de haber visto y estudiado los hechos, declaro por mi honra y con toda sinceridad, que la Mano Negra es un mito, que no ha existido, ni existe, y que es una invención desdichada del interés y del pánico, que vive solo en la fantasía, pero que por mala suerte toma realidad en lo de ahondar los abismos

Dejamos para otra ocasión su apuesta por la creación de Falansterios, las comunidades agrícolas autosuficientes que, basándose en las ideas del socialismo utópico, ya habían adelantado los fourieristas gaditanos Joaquín Abreu y Manuel Sagrario de Beloy con la propuesta de creación del Falansterio de Tempul.
Como ya hemos escrito en otras ocasiones, cada vez que recorremos la campiña en torno a Jerez y estamos ante una gañanía… sentimos un profundo respeto en recuerdo de aquellos jornaleros del campo, de su explotación y de las penosas condiciones de vida que sufrieron. Que no se olviden y que no se repitan.
Para saber más:
(1) Caro Cancela, D.: Ramón de Cala: republicanismo y fourierismo, en Serrano García, R. (Coord) “Figuras de “La Gloriosa”. Aproximación biográfica al Sexenio Democrático”, Valladolid, 2006, págs 49-72.
(2) Ramón de Cala: El problema de la miseria resuelto por la harmonía de los intereses humanos (1884) Edición Facsímil (2002), pp. 92-94.
(3) Ravina Martón, M.: Ramón de Cala y un plano del Falansterio (1884) en Ramón de Cala: El problema de la miseria… págs. XXXIV-XXXVII.
(4) Ramón de Cala: El problema de la miseria…, págs. 91-92
(5) Ramón de Cala: El problema de la miseria…, págs. 92-94
(6) Caro Cancela D.: Burguesía y jornaleros. Jerez de la Frontera en el Sexenio Democrático (1868-1874). Caja de ahorros de Jerez, 1990. Págs. 268-270
(7) Ramón de Cala: El problema de la miseria…, págs. 94-95
(8) Ramón de Cala: El problema de la miseria…, págs. 128-129
(9) Ramón de Cala: El problema de la miseria…, págs. 146-147
Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto. Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.
Para ver más temas relacionados con éste puedes consultar El paisaje y su gente, El paisaje en la literatura, Paisajes con historia
Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 15/05/2016
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