
A los maestros Francisco Giles y Santiago Valiente, desde la admiración por su trabajo.
Desde la antigüedad, la sal ha sido considerada como un elemento fundamental en la vida de los hombres y su extracción y disponibilidad ha condicionado, en buena medida, la disposición de


En otras ocasiones, en estas páginas de entornoajerez nos hemos ocupado de algunas de estas salinas, como Las Salinillas de Estella del Marqués, próximas al Arroyo Salado de Caulina o Las Salinillas del cortijo de Santo Domingo, junto a la carretera del Calvario.

Hoy vamos a visitar otras menos conocidas pero que han sido, tal vez, las de mayor interés de cuantas llegaron a explotarse en las cercanías de la ciudad: las antiguas Salinas de Fortuna, ubicadas junto al Arroyo Salado, en el paraje de Los Entrechuelos.



El Salado: un arroyo singular.
Las antiguas salinas se encuentran, como se ha dicho, junto al Arroyo Salado, un cauce tributario del Guadalete al que se une en los Tajos del Infierno, entre El Cerro del Castillo de

Torrecera y el Peñón de La Batida. Pese a ser un riachuelo modesto y secundario, puede llegar a tener grandes crecidas que en épocas de lluvias intensas han llegado a cortar la carretera que une La Ina con Torrecera.



Dejando atrás las salinas, el arroyo Salado discurre encajado entre los cerros de los Entrechuelos Bajos, recibiendo por la izquierda las aguas del arroyo de la Mimbre, que corre paralelo a la Cañada de la Cuesta del Infierno y, por la derecha, el de los Fosos, que cruza por las lomas de la finca de Torrecera donde es embalsado.

En su tramo final, el Salado forma una pequeña vega que cruza la carretera de Torrecera, a los pies del Cerro del Castillo, para unirse al Guadalete en los Tajos del Infierno.

Como ocurre en tantos otros rincones de las campiñas gaditanas, donde encontramos otros “arroyos salados”, el carácter salobre de sus aguas se debe a causas geológicas.

Los materiales que forman el sustrato de estos parajes y que están también presentes en los terrenos circundantes de estas pequeñas cuencas endorreicas, está integrado principalmente por yesos y margas de edad triásica, con alto contenido en sales que, al ser disueltas por las aguas superficiales, confieren “carácter salado” a las aguas de este arroyo (2).
Un poco de historia.





siendo el punto que permite un mejor acceso a ellas, por lo que cabe pensar, siguiendo a este autor, que en los siglos medievales la alquería de Margalihud estuviera en un lugar aún más

Tras la conquista cristiana la salinas, pese a la despoblación de muchas alquerías, es probable que también fueran explotadas por la continuidad de la aldea de Margalihud con la denominación de Pedro Gallego. El profesor Emilio Martín apunta en este




Habrá que esperar a 1904 para que el Plano Parcelario de López Cepero incluya la primera referencia a estas salinas que situa en el lecho mismo del Arroyo Salado, en un punto a la derecha del Camino de Jerez a Paterna y en los límites de las Dehesas de los Entrechuelos Bajos y Doña Benita la Alta. El Plano recoge también una construcción junto a las Salinas, que fue conocida como la “Casa del Salinero” y de la que todavía quedan los cimientos.



El paraje de las salinas hoy.
De acuerdo a lo comentado, y con una larga historia detrás, creemos que el último episodio de la historia de estas salinas arranca a comienzos del siglo XX cuando se reflejan ya en la cartografía y cuando, tal vez se renuevan o construyen las balsas de evaporación o cristalizadores que existieron en la margen derecha el cauce del Salado, como reflejan los mapas.


Lo que si han llegado hasta nuestros días son los restos de la denominada “Casa del salinero”, que vemos sobre una pequeña elevación en la margen izquierda del arroyo, en el lugar donde se le une un pequeño cauce que baja desde Doña Benita la Alta, paralelo al cual discurría el antiguo camino de Jerez a Paterna. Por testimonios orales de vecinos del Mojo, Baldío Gallardo, Torrecera y el cortijo de La Matanza sabemos que estuvo habitada hasta finales de los 40 o comienzos de los 50 del siglo pasado, fechas en las que aún se recogía sal que se guardaba en grandes tinajones. La sal era demandada por los cortijos cercanos y requerida por los ganaderos y pastores. Algunos arrieros de Paterna la distribuían también en el entorno de esta población.

En las proximidades de la casa, bajo un espolón rocoso, un manantial de aguas sulfurosas aporta un pequeño caudal al arroyo que en verano presenta una modesta corriente que alimenta las pozas que encontramos en su cauce.



Algo más alejado de la orilla, en la margen izquierda del arroyo, llama la atención del visitante un gran pino piñonero que según testimonios orales fue plantado en 1947, cuando se repoblaron también los cerros próximos a Torrecera. En sus cercanías se aprecián también lo que pudieron ser restos de otra construcción, a los pies del Cerro de la Harina, junto al camino de Paterna.

Salinas de Fortuna o de Doña Benita, un incrible paraje de nuestra campiña cargado de historia.
Para saber más:
(1) López-Cepero, A.: Plano Parcelario del término de Jerez de la Frontera. Dedicado al Excmo. Sr. D. Pedro Guerrero y Castro y al Sr. D. Patricio Garvey y Capdepón. 1904. patrocinadores del proyecto, por D. Adolfo López Cepero.- Año de 1904. Escala 1:25.000
(2) Gutiérrez Mas, J.M. et al.: Introducción a la Geología de la Provincia de Cádiz. Universidad de Cádiz. 1991
(3) Abellán, J.: Aproximación al espacio rural jerezano en la Edad Media: la alquería de Margalihud, Al-Andalus Magreb, 7 (1999) 13-20.
(4) Rallón, E.: Historia de la ciudad de Xerez de la Frontera y de los Reyes que la dominaron desde su primera fundación. Ed. Ángel Marín y Emilio Martín. Cádiz: Universidad-Excmo. Ayuntamiento de Jerez de la Frontera, 1998, II, 31.
(5) Gutiérrez, B.: Historia de la Muy Noble y Leal Ciudad de Xerez de la Frontera, (Jerez, 1886. Edición facsimilar de 1989, t. I, p. 182. También se refiere a este lugar en las pp. 35 y 184, confirmando que existía unos años después de la batalla en 1330.
(6) Abellán, J.: Aproximación al espacio rural… p. 17.
(7) Ibídem, p. 19.
(8) Abellán, J.: Nuevos datos sobre la organización espacial del Jerez islámico: el pozo y la alquería de al-Husayn o Husayn, en Qurtuba. Estudios andalusíes, 5 (2000), 7-15
(9) Martín Gutiérrez, E.: La organización del Paisaje Rural durante la Baja Edad Media. El ejemplo de Jerez de la Frontera. Universidad de Sevilla-Universidad de Cádiz, 2004, p. 92.
(10) Ibídem, p. 195. Otras referencias a estas salinas en las páginas 92 y 179. En esta última, con el nombre de Salinas de Doña Benita
(11) Orellana González, C.: “El Catastro de Ensenada en Jerez de la Frontera”, Revista de Historia de Jerez nº 8, 2002, colección de monografías, nº 2. p. 38.
(12) Dirección General de Agricultura, Industria y Comercio.: Estadística Minera de España correspondiente al año de 1896, Madrid, 1897, p.75.
(13) Dantín Cereceda, J.: “La aridez y el endorreismo en España. El endorreismo bético” .Estudios Geográficos,año 1, nº 1, Octubre de 1940, pp. 75-117. Las referencias a las Salinas de Fortuna en p. 110
Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto. Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.
Otras entradas sobre Paisajes con historia, Las Salinillas de la carretera del Calvario. Un pequeño humedal salobre con curiosas sorpresas., Salinas con historia junto a Estella del Marqués.
Un paseo por Las Salinillas y Lagunas y humedales "entornoajerez"...
Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 2/07/2017
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