
La salida que hoy les proponemos tiene como destino la poco conocida Sierra de los Barrancos, próxima a Arcos, donde visitaremos un antiguo molino de aceite hoy reconvertido en hotel rural. Desde sus cercanías, tendremos oportunidad de disfrutar de magníficas vistas de la Sierra de Grazalema y de la campiña arcense, además de conocer un magnífico ejemplar de pino piñonero en el paraje de las Hoces.
Entre pinos por la Sierra de Barrancos.


Para llegar hasta él tomaremos la carretera Arcos-El Bosque. Tras dejar atrás la presa, la ruta deja a la derecha una gran cantera de arenas silíceas.

Poco antes de llegar a la conocida “Cuesta de la Escalera, un desvío a la izquierda, bien señalizado, nos indica el camino para llegar al Cortijo Barranco, donde se encuentra el antiguo molino Nuestra Señora de la Luz, una de las más hermosas haciendas de olivar que pueden verse en nuestra provincia.

Una estrecha carretera nos conduce hasta él tras recorrer algo menos de tres kilómetros entre los cerros de la Sierra de los Barrancos, prolongación hacia el sur de la del Calvario. Ambas sierras están separadas por la Angostura, garganta labrada por el Guadalete donde se levanta la presa de Bornos.


La Sierra de los Barrancos está constituida por areniscas y calcarenitas del Mioceno Superior, rocas que forman bancos de gran espesor, como puede apreciarse en los cortados de las paredes del valle que recorremos o en los paredones de la cercana Cuesta de la Escalera, en la carretera Arcos-El Bosque, donde se ha excavado una gran trinchera para el paso de esta vía de comunicación. En estas rocas, el paseante curioso, podrá observar numerosos restos fosilizados de conchas marinas.




La Sierra de Los Barrancos ofrece parajes pintorescos y agrestes, con cortados rocosos y bosquetes de pino piñonero que crecen en las laderas más abruptas, mientras que en las lomas de menor pendiente se salpican los labrados de cereal o girasol, así como algunas viñas y olivares entre los que se conservan también retazos de monte bajo. Los olivares ocuparon en tiempos pasados todos estos rincones a juzgar por las diferentes haciendas y molinos de aceite repartidos por estas tierras, algunas de las cuales aún se mantienen. De muchas de ellas da cuenta Madoz a mediados del XIX, en su descripción del término de Arcos nombrando las de Faín, Peral, Santiscal, Algarabejo, Anderas, San Andrés, Bermejales, Bachiller… por citar sólo algunas de las más próximas al molino de Barranco (1). El caserío del viejo Molino de Bachiller se adivina en la parte alta del cerro, que dejamos a la derecha, subiendo hacia Nuestra Señora de la Luz. De estos dos últimos molinos se ocupa también Frasquita Larrea, en su Diario, relatando el

En el Molino Nuestra Señora de la Luz: Hotel Cortijo Barranco.


Desde la lejanía llama la atención la magnífica estampa del caserío del molino, que se cuenta entre las haciendas de olivar más representativas de la provincia, conservando todo el sabor de la arquitectura tradicional tras la cuidada rehabilitación, hace unos años, para su transformación en hotel rural.


La fachada principal es de gran sobriedad mostrando en su composición una serena y armoniosa belleza. En su parte central se abre la puerta de acceso al molino y en su esquina izquierda despunta una de las dos torres de contrapeso del molino.



La entrada conduce, tras un zaguán empedrado donde puede verse un hermoso azulejo devocional de 25 piezas de Ntra. Señora de las Nieves, a un patio central en el que destacan dos corredores porticados con arcos de medio punto. Sobre ellos discurren pasillos laterales que dan acceso a las estancias del molino y en cuyas paredes cuelga una amplia muestra de aperos tradicionales y herramientas del molino.

El patio está cubierto por un llamativo emparrado que en primavera y verano ofrece a los visitantes una deliciosa sombra. Los otros edificios laterales que cierran el patio, y que en su día fueron las grandes naves en las que se ubicaban las prensas de viga y los almacenes, han sido adaptados, como las demás dependencias, para las actividades de hostelería y turismo rural (3).

En el cuerpo del edificio que une las dos torres, se encontraba el señorío, hoy convertido en singulares habitaciones y en cómodas estancias con todo el sabor de la arquitectura tradicional.


En la que fuera la nave de molienda, se ha instalado el comedor principal que luce en sus paredes antiguas estanterías repletas de libros. En otra sala, habilitada también para comedor, se conserva aún la curiosa techumbre de madera del molino y en el testero de uno de sus muros, una magnífica colección de platos y vajillas tradicionales.





Repartidas entre las praderas de césped de los jardines, el visitante puede ver antiguas piedras cilíndricas o troncocónicas que molían la aceituna, destacando entre todas ellas una de grandes dimensiones, el quintal.
Éste, se situaba en el extremo de la viga donde se desplazaba con el husillo arriba y abajo en las operaciones de carga y prensado. Muy llamativa es también una




El pino de las Hoces.
Si desde el molino seguimos el camino que sube hasta lo más alto de la sierra de Barrancos, podremos completar nuestra visita obteniendo magníficas vistas


En las laderas de Las Hoces llamará la atención del paseante la silueta de un fabuloso ejemplar de pino piñonero: el pino de las Hoces que crece aislado en este paraje. Este árbol singular,


Lejos quedan ya los tiempos en los que podía verse en La Hoces, sobre lo más alto de la sierra, un pino piñonero verdaderamente monumental, que con un diámetro de tronco de 1,75 m y una altura de 45 m podía verse desde la “carretera de Olvera”, tal como recoge gráficamente la Guía Turística de Cádiz de 1916 (4) o la revista España Forestal de 1921 (5), donde se da cuenta de la historia y la “leyenda” de este singular pino.

Después de admirar una vez más el paisaje, volvemos sobre nuestros pasos. Desde las proximidades del molino, o en el camino de regreso buscando la carretera Arcos-El Bosque, podremos observar entre los cortados rocosos de la Sierra de los Barrancos, hacia el Oeste, magníficas vistas de Arcos, aún más hermosas, si tenemos la suerte de contemplarlas a la caída de la tarde cuando ya el sol está a punto de ponerse.
Ver Molino Ntra. Sra. de la Luz en un mapa más grande
Para saber más:
(1) Madoz, P.: Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar. “Cádiz”. Edición facsímil, Ámbito Ediciones. Salamanca, 1986. p. 49.
(2) Francisca Larrea. Diario. Graficas el Exportador. Jerez. 1985. Edición especial realizada por la asociación de Amigos de Bornos, p. 137.
(3) VV.AA. Cortijos, haciendas y lagares. Arquitectura de las grandes explotaciones agrarias en Andalucía. Provincia de Cádiz. Junta de Andalucía. Consejería de Obras Públicas y transportes. 2002., pp. 329-331.
(4) Guía Turística de Cádiz, 1916. En ella se muestra la fotografía que acompaña a este reportaje con el siguiente pie: Notable ejemplar de pino, de la carretera de Olvera (Cádiz), cuyo tronco tiene casi dos metros de diámetro. Agradecemos a nuestro amigo Francisco Jordi Sánchez habernos facilitado dicha imagen.
(5) España Forestal, Año VII, nº 69, enero de 1921, p. 13. La imagen del Pino de las Hoces aparece con el siguiente texto: El pino de las Hoces (P, pinea L.) sobre la sierra de Bornos (Cádiz). Dice la tradición del lugar que este pino es hijo de otro de tan grandes dimensiones, que servía de punto de mira a las naves de tiempos de Colón para enfilar el puerto de Cádiz. Diámetro a 1,50 m. del suelo, 1,75m. Altura total, 45 m. Foto M. Urech. Esta misma fotografía se puede consultar también en internet en la Fototeca Forestal. Cód. 2004 DGB-INIA.
Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto. Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.
Otras entradas relacionadas: Cortijos, viñas y haciendas, Entorno a Arcos,
Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 23/04/2017
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