
Es conocido el viejo dicho popular que afirma que “no se pueden poner puertas al campo”. Pese a todo, las campiñas en torno a Jerez parecen contradecir al refranero y así, el caminante encuentra en cada rincón puertas y cancelas, rejas y angarillas de todo tipo que le franquean los senderos, veredas y carriles por los que había salido con la pretensión de dar un sencillo paseo.

Desde hace unos años, sin embargo, quienes gustan de salir al encuentro de nuestros paisajes
cercanos tienen una nueva puerta muy especial, esta vez abierta de par en par, para el disfrute de la naturaleza. Se trata de la Puerta Verde de Jerez una iniciativa que desarrolló en su día la Consejería de Medio Ambiente. El principal objetivo del proyecto “Puertas Verdes” es acercar el entorno natural a los residentes en las ciudades andaluzas de más de 50.000 habitantes, a través de la recuperación de las antiguas vías pecuarias que, a modo de 
vías para el desarrollo rural de la mano del ecoturismo, al mismo tiempo que diversifican el paisaje y se convierten en auténticos
corredores ecológicos para la fauna y la flora. Hasta aquí la idea. Lástima que en la práctica, haya faltado el necesario mantenimiento de los espacios reforestados, del firme de los senderos, de la reposición de algunos vallados… Ha bastado algo menos de cinco años para que el trazado de la Puerta Verde de Jerez haya sufrido ya signos de deterioro que habrán de ser corregidos. Pese a ellos, merece la pena este paseo al encuentro de la naturaleza más cercana.Un camino centenerario.
La ruta que hoy proponemos pretende acercarnos a esta Puerta Verde de Jerez, un itinerario de 13,3 km., que tiene la pretensión de unir la Laguna de Medina con el parque de Las Cañadas de Puerto Real cuando se solucionen algunos litigios que impiden la continuidad del trazado en unos centenares de metros en La Carrascosa. Nosotros recorreremos el camino sólo en el primero de sus tramos, el que partiendo de dicha laguna nos lleva en un cómodo paseo de algo más de 6 km. hasta la barriada rural de El Mojo.

El recorrido se realiza a través de un carril que discurre por el trazado de la Cañada Real de Lomopardo o de Medina, una de las vías pecuarias más transitadas del término. Esta cañada
En la Laguna de Medina.

Iniciamos nuestro paseo en la Laguna de Medina, donde unos paneles informativos nos
colindantes en los que crece un olivar.En este primer tramo del recorrido el paseante puede observar de cerca, durante los meses primaverales, un amplio catálogo de flores silvestres en las que están representadas las típicas especies del matorral mediterráneo.
Apenas hemos caminado 900 m., cuando a la izquierda del sendero
un observatorio de aves nos invita a hacer un alto en el paseo. Camuflado entre la vegetación, como si de un palafito sobre la laguna se tratase, esta pequeña construcción de madera tiene en su interior una serie de paneles que nos informan de las especies de aves más frecuentes en las distintas estaciones. Con esta ayuda, no nos será difícil identificar a las más representativas de cuantas viven habitualmente en la laguna o visitan cada año esta Reserva Natural, declarada también Zona de Especial Protección para las Aves. 
La riqueza ornitológica de este paraje es conocida desde antiguo. Las fuentes documentales árabes mencionan ya que un importante humedal al sur de Jerez era conocido como “la laguna de las Aves”. Ibn-Hayyan recoge de al-Razi que el emir Abd al-Rahman II solía venir a Sidonia a cazar grullas en una laguna que distintos autores identifican con la de Medina y otros sitúan en La Janda. De lo que no cabe duda es que este espacio que ahora atravesamos en nuestro paseo era uno de los cazaderos de Alfonso XI de Castilla. En su Crónica se narra cómo en 1342, cuando pretendía el cerco de Algeciras, pasa por Jerez y acampa “en la otra banda del Guadalete” esperando varios días las incorporaciones para hacer la “masa de su ejército”. Refiere el historiador Fray Esteban Rallón que en esta ocasión “el rey descansó junto a la Laguna de Medina, donde se embarcó en una barquilla y fue a tirar a los cisnes, que había muchos en ella”. Ese mismo año vuelve el rey, repitiendo el itinerario, acampando dos noches mientras reagrupa el ejército y volviendo a cazar. 
Estos mismos paisajes en los que nos recreamos en nuestro paseo son también los escenarios de un curioso romance que con el título “Por los campos de Jerez”, tiene por protagonistas a Pedro I “El Cruel” y a su esposa, la reina Doña Blanca de Borbón. “Por los campos de Jerez / a caza va el rey don Pedro / allegose a una laguna /allí quiso ver un vuelo…” es el arranque de este romance en el que de nuevo la laguna es testigo de las historias fantásticas relatadas por el romancero.

Por la Cañada de Medina.

carretera secundaria que sigue el trazado de la Cañada del León o Cuerpo de Hombre y que conduce hasta Rajamancera. Tras cruzar la carretera, nuestro camino inicia ahora un suave ascenso, y la cañada presenta a ambos lados una orla de vegetación donde podemos ver las típicas especies del monte mediterráneo, con predominio de lentiscos, palmitos y acebuches. No faltan tampoco en estas espesas bandas de monte bajo, carrascas, perales silvestres, jaras, torviscos, matagallos, tomillos…Continuando nuestro paseo, llegaremos a un pequeño collado y, como habremos ido ganado altura, a nuestras espaldas podremos observar bonitas vistas de la laguna, que desde aquí
vemos rodeada de vegetación, con el Cerro del Viento (108 m.), próximo a la fábrica de cemento, despuntando a su izquierda. El cerro nos muestra desde hace unos años las cicatrices de la cantera que, en unos años, terminará por cambiar la fisonomía de este hito paisajístico al que se hace ya referencia en documentos de los siglos XV y XVI. La cañada discurre ahora por una zona llana en la que se acotaron parcelas con un “cerramiento provisional para
repoblación”, como indican los carteles que figuran en los vallados instalados para proteger los plantones de encinas, acebuches y algarrobos que se plantaron hace unos años. Lamentablemente, la falta de un adecuado mantenimiento y el vandalismo, han ocasionado que buena parte de estos plantones se hayan perdido, siendo necesaria su reposición, la instalación de tutores y la reparación de los cerramientos. 
En el interior de una finca, a la derecha en el sentido de la marcha, veremos la casa del cortijo de Las Caballerías. Algo más adelante, a la izquierda, donde la cañada da un giro de 90 grados, aparece otra construcción rodeada por un cercado levantado en terrenos de la cañada. Esta misma práctica se observa en los campos de la derecha, donde los hitos que marcan los límites de la vía pecuaria, de un llamativo color verde, están dentro de una finca privada. Lamentablemente, estas ocupaciones de terreno público se dan en otros muchos puntos del camino.
Tras un cómodo paseo por este tramo, que discurre por zona llana y donde podremos ver nuevos cerramientos para repoblación que muestran también signos de falta de mantenimiento (y aún de abandono), la cañada inicia un suave descenso para llegar a un pequeño vado. Hasta este punto hemos recorrido 4200 m. desde que iniciamos nuestro paseo. Por el vado cruza la vía pecuaria un arroyuelo tributario del de Fuentebermeja, procedente de las tierras de Martelilla, que quedan a nuestra derecha, en las que es fácil ver pastando las reses de su afamada ganadería de bravo. Dentro de las fincas, a ambos lados del camino, seguimos observando los hitos (postes de color verde) y los antiguos mojones de piedra colocados en el último tercio del siglo XIX, que delimitan claramente la anchura de la vía pecuaria, prueba evidente de la ocupación de parte de su trazado.Por la Cañada de Las Caleras en tierras de El Mojo.
Tras pasar el vado, se sube una pequeña cuesta a cuyo término ya empiezan a verse, a ambos lados del camino, las construcciones de la barriada rural de El Mojo, levantadas dentro del trazado de la vía pecuaria. Al poco, nuestra ruta da un giro de noventa grados al cruzarse con otra vía pecuaria: la Cañada de Los Arquillos o de la Cuesta del Infierno. A la altura de este cruce hemos recorrido ya algo más de 5 km. El fin de nuestro paseo ya está cerca, y cuando llegamos al antiguo Ventorrillo de El Mojo, al pie de la vieja carretera de Medina, podremos por fin descansar tomando un refrigerio en cualquiera de las ventas de esta barriada rural dando por terminado nuestro paseo.

Si se desea, se puede continuar por la cañada otros quinientos metros hasta el depósito de agua ubicado en lo más alto del Cerro de El Mojo. Este tramo fue conocido hace un siglo como la Cañada de las Caleras ya que en las laderas y, especialmente al pie del cerro, los afloramientos rocosos que aún se aprecian escondidos entre higueras, se explotaron en su día para la extracción de piedra caliza. La Casa de la Calera, una antigua construcción al inicio del camino, nos recuerda que en estos parajes existieron hornos de cal.
Si llegamos a lo más alto del cerro, este último esfuerzo habrá merecido la pena porque tendremos como premio una de las mejores vistas panorámicas de toda la campiña. ¡Que ustedes lo disfruten!
Mapa del recorrido
Ver RUTA: Puerta Verde de Jerez. De la Laguna de Medina a El Mojo. en un mapa más grande
Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto. Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.
Otros artículos relacionados: Flora y fauna, Lagunas y humedales, Parajes naturales y Rutas e itinerarios
Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, 4/05/2014































5 comentarios :
Quiero felicitarle por la gran labor que está haciendo en enseñar nuestras tierra al mundo Saludos
http://creatividadeimaginacinfotosdejosramn.blogspot.com.es/
Muchísimas gracias. Estos comentarios nos anima a seguir escribiendo en torno a Jerez...
En las navidades pasadas hicimos esta ruta que la había visto en tu blog. No llegamos al Mojo pero fué un paseo maravilloso. ¿Lo mejor? Nos sentamos a comer unos bocadillos a un lado del camino en la parte alta. Veíamos la laguna, escuchábamos el canto de los pájaros y estábamos rodeados de tomillo. Daban ganas de quedarse allí y no volver.
M. Luisa
Así es María Luisa... Se trata de un lugar sencillo, que la gente se resisite a conocer al considerar que son rutas sin grandes atractivos como las que se trazan por la Sierra de Grazalema o por los Alcornocales. Y sin embargo son una delicia. Prueba a hacerla un día después de que haya llovido... Se despiertan entonces los olores del campo y todo el colorido de la vegetación... se limpia la atmósfera y entonces el paisaje aún es más hermoso... Gracias por visitar nuestro blog.
Magnífico artículo, y me encantan las imágenes, son las que me hubieran gustado incluir en mi libro "Flamencos de Gañanía". Saludos, Estela Zatania
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