La Corta.
Breve historia de un antiguo azud que está siendo demolido.




Unos días antes de Semana Santa, el pasado 22 de marzo, la Consejería de Medio Ambiente inició la demolición del antiguo azud del río Guadalete situado en la barriada rural de La Corta, que debe su nombre a la presencia de esta pequeña presa en el río. Con la construcción hace unos años del azud móvil de El Portal, el de La Corta había perdido ya su funcionalidad, por lo que su derribo elimina obstáculos en el cauce del Guadalete facilitando la evacuación de los caudales de avenida. Así lo explicaba Ángel Acuña, Delegado Territorial de Medio Ambiente, a los vecinos de esta barriada rural que, alarmados por la presencia de maquinaria pesada, se habían concentrado junto al río al carecer de información previa sobre las obras a realizar (1). En los siguientes días, se acumularon grandes bloques de piedra en el lecho del río que han permitido el acceso de maquinaria pesada, habiéndose retirado ya la mitad de esta antigua presa.

Aunque el paraje donde se encuentra La Corta, conocido desde antiguo como Vado de los Hornos, guarda muchas historias de las que nos ocuparemos en otros artículos, no queremos dejar pasar la ocasión para dedicar unas líneas a este antiguo azud que cuenta con más de un siglo de existencia. Si bien fue reformado en la década de los cincuenta del siglo pasado, fecha en la que se construyó también la estación elevadora a la que está ligado y se amplió la red de acequias y canales a los que surtía, esta modesta obra de ingeniería tiene tras de sí una curiosa historia.



La Sociedad Agrícola Industrial del Guadalete.

El inicio de nuestro relato puede fijarse el 15 de noviembre de 1897, cuando la Gaceta de Madrid anunciaba la subasta pública para la “Concesión de un canal de riego derivado del Río Guadalete”. Con un presupuesto de partida de 1.227.968 pesetas, este proyecto tenía como finalidad la construcción de una presa o azud en el “Vado de los Hornos”, lugar que acabaría siendo conocido como “La Corta”, para poner en riego las vegas cercanas a El Portal (2).

Toda la comarca, y en especial la ciudad de Jerez, atravesaba entonces por una grave crisis marcada por el paro y los conflictos sociales que se había visto acentuada por la plaga de filoxera desatada unos años atrás, que terminó por arruinar en poco tiempo todo el viñedo. No es de extrañar por ello que en estos años de finales del XIX se alzaran voces que clamaban por buscar alternativas al monocultivo de la vid. Las propuestas pasaban, invariablemente, por la puesta en regadío de las mejores tierras del término. La construcción del Pantano de Guadalcacín, que habría de esperar aún más de una década, estuvo precedida por una iniciativa más modesta: los regadíos, de unas 2000 hectáreas, en las vegas de los Villares, El Torno, las Quinientas, El Palmar y El Portal que la Sociedad Agrícola Industrial del Guadalete (SAIG) pretendía desarrollar mediante una amplia red de canales y acequias. Y con ellos la introducción del cultivo de la remolacha y la construcción de la primera fábrica de azúcar en nuestra provincia: la Azucarera Jerezana, en El Portal (3).

Constituida el 18 de febrero de 1892 con un capital de 4 millones de pesetas, la SAIG contó entre sus accionistas con destacados personajes del mundo de la empresa y las finanzas. Durante años, su presidente fue Antonio M.ª Martínez de Pinillos Izquierdo, propietario de una importante naviera gaditana y entre sus directivos figuraban los banqueros Amaro Duarte Cardenal y Abelardo Gómez Infante o empresarios como Servando Molins y José Ramón Pacheco Bernal, componentes asimismo de la Sociedad de Aguas Potables de Cádiz y de la Sociedad Siderúrgica Andaluza. Este último figura como secretario de la SAIG en la presidencia de M. de Pinillos, a quien sucedió Gómez Infante, ocupando entonces el cargo de secretario Molins, tal como puede comprobarse en los Balances Generales anuales presentados por la Sociedad (4).



Además de la presa de La Corta, la estación elevadora y los canales de riego, la Sociedad edificó la Azucarera Jerezana en la que invirtió más de 3,5 millones de pesetas, cuyas ruinas aún pueden verse en El Portal. Construyó también una carretera entre la planta industrial y la Cañada de la Isla y un puente de hierro en el Guadalete (en La Herradura) para acceder a las tierras que administraba. Se trataba, en definitiva, de “un proyecto netamente modernizador de carácter agroindustrial que significaba un cambio muy apreciable” e introducía cambios cualitativos con los que afrontar la crisis finisecular derivada de la filoxera (5). Aunque en otra ocasión nos ocuparemos de esta pionera fábrica de azúcar, esta prometedora experiencia resultó fallida. La escasa riqueza en azúcar de la remolacha, el alto coste del cultivo de regadío, la falta de experiencia de los colonos, las avenidas del Guadalete que hicieron perder algunas cosechas, el escaso caudal en estiaje, la incipiente contaminación de las aguas y el auge de esta industria en otras zonas del país fueron algunas de las causas de este fracaso que llevaron al cierre de la fábrica en 1906 (6).

La presa, azud o “corta”: una obra singular del ingeniero Luis Vasconi.

La Sociedad Agro Industrial del Guadalete encargó su proyecto al prestigioso Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Luis Vasconi y Cano (Málaga 1840 – Madrid 1924). Vasconi, a quien en 1874 encontramos ya de Ingeniero Jefe de su provincia natal, ocupo en su dilatada vida profesional distintos cargos técnicos, académicos y empresariales. De Málaga pasó a la Isla de Cabrera y en 1888 realizó las obras de abastecimiento de aguas a Cádiz, de cuya Sociedad de Aguas Potables llegó a ser propietario. En 1889 dirigió la ampliación del puerto de Málaga junto a su socio, el también ingeniero José Bores. Concluidas las obras en 1896, realizó el proyecto que nos ocupa de presa y canales en el Guadalete. En 1902, año de su jubilación y en el que se concluyeron las obras de “La Corta”, participó junto con Bores en una nueva tarea: el abastecimiento de aguas a Bilbao a través de la sociedad “Aguas del Cerneja”, de la que era presidente. En estos años dirigió numerosas obras para distintas empresas en algunas de las cuales participó también como socio, como en la Sociedad Azucarera Antequerana (7).



La presa fue construida en el lugar conocido desde antiguo como Vado de los Hornos, situado 1 km río abajo del monasterio de La Cartuja, en un paraje de gran interés histórico del que nos ocuparemos en otra ocasión. Este lugar está situado a 4437 m del puente de Cartuja, punto hasta el que llegaba la carrera de la marea. Como se indicaba en el proyecto, la coronación de la presa, esto es su altura máxima, estaba “a la ordenada de 14 m con relación al plano general de comparación elegido, que está a 10 m inferior al nivel de la bajamar equinoccial de la bahía de Cádiz, o sea con una altura de 1,63 m sobre el lecho general del río en el indicado emplazamiento". Habida cuenta de que la máxima diferencia entre mareas en la Bahía de Cádiz es de 3,90 m, la altura de la presa garantizaba que, con la máxima pleamar posible, la marea no sobrepasaría su cota de coronación.



Para la construcción del muro fue preciso realizar una gran zanja de 100 m de larga, hasta una profundidad de 1,5 m bajo el lecho del río, dragándose 975 m3 en su base. Se hincaron entonces 200 pilotes escuadrados de 5 m de longitud y 0,30 x 0,30 m, “de madera de pino tea del Canadá”, a lo largo de toda su longitud y se clavaron 600 tablaestacas de 5m de largas con sección de 0,25 x 0,15 m, así como otros 200 pilotes rollizos de 3 m de longitud y 0,20 m de diámetro. Para asegurar el entramado de los cimientos se utilizaron también 5.760 kg. de hierro galvanizado en pernos, barras y tensores para el arriostrado de la estructura.

El muro de la presa, con una longitud de 100 m, tenía en su base 5 m de ancho. Para su construcción, además de la madera utilizada en el pilotaje de su cimentación, se emplearon 600 m3 de hormigón hidráulico en las fundaciones, vertido en cajones de madera hasta su fraguado. En la obra de fábrica se emplearon también 250 m3 de mampostería hidráulica de relleno sobre el agua y otros 250 m3 de sillarejos y sillares unidos con mortero hidráulico en el cuerpo del muro, que se protegió con otros 400 m3 de escollera. En total, casi 2.500 m3 de material. El coste de la presa ascendió a 116.712 pesetas a las que hubo que añadir otras 3.000 por la edificación de una casilla para el guarda (8).

A raíz de su construcción, el azud empezó a ser conocido como “La Corta” del río nombre que, por extensión, se dio también a este paraje del Guadalete y que desplazó al tradicional de Vado de los Hornos con el que era conocido desde el siglo XVII.

Elevación de aguas: casa de máquinas y pozo de bombas.



Junto a la presa, otros elementos fundamentales de la obra fueron la planta elevadora, el pozo de toma de aguas y la casa de bombas que se edificaron en un recodo de la margen izquierda del río, en un punto muy próximo a la Cañada Real de la Isla y de Cádiz y cercano a la desembocadura del Arroyo Buitrago. Este paraje, conocido como Hoyo de las Piedras, estaba situado a 2935 m aguas arriba de la presa y a 1502 m aguas abajo del Puente de Cartuja. Las instalaciones se renovaron en los años 50 y de nuevo hace unos años (9), permaneciendo en el mismo lugar. En la casa de máquinas puede leerse “Estación Elevadora. Comunidad de Regantes Margen Izquierda Bajo Guadalete

La toma de aguas se llevaba a cabo mediante una galería que unía el río con el pozo de bombas de la casa de máquinas y calderas. Allí se construyó también una chimenea de ladrillo, una carbonera para almacenar hasta 300 toneladas de carbón y una casa para albergue de los cuatro operarios encargados del servicio de elevación de aguas. Junto a estas instalaciones hubo que construir un acueducto de fábrica de casi 300 m, que desde la casa de máquinas llegaba hasta una loma cercana en la que se bifurcaban los canales del Este y del Oeste. Lo más costoso fue, lógicamente, las máquinas de vapor (200.000 pesetas) así como otros elementos mecánicos, bombas, calderas y accesorios, con capacidad para elevar 1.250 litros por segundo a la altura media de 8 m. El coste total de las instalaciones de elevación de agua ascendió a 307.987 pesetas, casi el doble que la presa (10).

La red de canales, acequias y acueductos.

El principal propósito de las obras fueron poner en regadío 2000 hectáreas de tierras situadas en la margen izquierda del Guadalete, para las que el proyecto había previsto la construcción de una presa La Corta) y la planta elevadora.



Las tuberías de impulsión de las máquinas vertían las aguas elevadas en el origen de un acueducto de 300 m de longitud, apoyado sobre la Loma del Torno, frente a la casa de máquinas, donde se bifurcaba en dos grandes canales.

El canal del Oeste terminaba en el Pozo de Carmona, a los pies del Cerro del Pavo, situado junto a la Cañada de la Isla y Cádiz frente a la dehesa de la Tapa, con una longitud de 9015 m. De él se derivaban nueve acequias principales de distribución con un desarrollo de 16092 m. Para el saneamiento de este terreno se trazaron cuatro grandes azarbes o canales de drenaje en los puntos más bajos de las fincas, así como ramales secundarios para canalizar el excedente del agua de riego hacia el río con una longitud de 10783 m. A lo largo de toda esta red fue preciso construir 8 tajeas, una alcantarilla y un acueducto sobre la hondonada de El Torno con un coste de, este último de 76.593 ptas. En la Loma del Palmar se practicó un túnel para el paso del acueducto (34.068 ptas.), construyéndose también 8 alcantarillas para los pasos superiores de servidumbres sobre el canal. De la misma manera se edificaron dos casillas de guardas del canal. Los terrenos expropiados se pagaron a 500 pesetas la hectárea.



En la actualidad aún se conservan algunos tramos de este acueducto en Las Pachecas, Las Quinientas y junto al Palmar del Conde.

El canal del Este conducía el agua desde la Loma de El Torno hasta el Rancho de los Villares, situado junto al río, recorriendo un trayecto de 5356 m. De él se derivaban dos acequias principales de distribución, así como otras secundarias con 4354 m de longitud y cinco alcantarillas para pasos superiores de servidumbres en el canal. Para salvar las hondonadas se construyeron varios tramos de acueducto de los que se conservan todavía algunas arcadas junto a la carretera o en la finca La Llave. Este sector contaba también con una red de canales de drenaje (4290 m) para los excedentes de riego y con una casilla para el guarda del Canal (11).

Los materiales empleados en esta obra, que duro cinco años, se trajeron de las cercanías y la Sociedad abrió una cantera frente a El Tesorillo.

La piedra para mampostería y hormigón se tomó también de las canteras de “arenisca compacta” de Lomopardo. Para la construcción de la presa se trajeron sillares y sillarejos de las canteras de arenisca de la cercana Sierra de San Cristóbal transportados en carros por la carretera Madrid-Cádiz y por el camino que enlaza a través del puente del Duque con la Cartuja.

Las cales y cementos, ladrillo, hierro y madera se traían desde Jerez por la “carretera provincial de La Cartuja y otras cañadas de ganado transitables por carros en verano”. La arena, extraída del cauce de río en las proximidades del puente de Cartuja y en el propio Vado de los Hornos, se transportó en carros y caballerías. El proyecto incluye un exhaustivo estudio del transporte de los materiales a cada sector de la obra y los canales, así como las distancias medias y el coste (12).

El Pliego de Condiciones.



El Decreto de aprobación de la concesión lleva el visto bueno del Ministro de Fomento D. Aureliano Linares Rivas y está firmado el 21 de mayo de 1897 por María Cristina, la Reina Regente, “en nombre de Mi Augusto Hijo el Rey don Alfonso XIII”. En el que se indica que “el presupuesto de las obras asciende a 1.058.593 pesetas 90 céntimos por ejecución material, y á 1.227.968 pesetas y 90 céntimos por contrata”. De la misma manera se declaran de utilidad pública las obras del canal, facilitando con ello las expropiaciones necesarias. La concesión recibió una subvención del 30% del presupuesto de las obras, otorgándose por un tiempo de 99 años.

En el Pliego de Condiciones se estipulaba que las obras se ejecutarán de acuerdo al proyecto del Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Luis Vasconi, debiendo comenzarse dentro del plazo de seis meses y para terminarlas en el de cinco añoscontados desde la fecha del acta de replanteo”.

La obra se ejecutó por sectores, comenzándose por las del canal del Oeste, el de mayor desarrollo, construyéndose los tramos más largos del acueducto en Las Pachecas y Las Quinientas, de los que se conservan aún buena parte de sus arcos. En el segundo año se abordó la construcción de las acequias generales y los canales de saneamiento de este sector, mientras que en el tercero se construyeron las instalaciones de elevación de aguas y la presa, la famosa “Corta”, que quedaría terminada en el año 1900.

En 1901 se realizó el canal del Este, hasta los Villares (del que aún se conservan algunos tramos de los acueductos), así como sus acequias y sus canales de saneamiento. Por último, en 1902 se instalaron las máquinas de vapor que elevarían el agua, dando por concluidas las obras.



El Pliego de condiciones contemplaba que a medida que el adelanto de las obras lo permitiese, podrían los concesionarios hacer contratos a los agricultores para regar, estableciéndose en el Decreto el canon anual por hectárea de terreno regado en función de los distintos cultivos: trigo y cebada, habas y maíces, lino y cáñamo, legumbres, raíces alimentarias, huerta, remolacha, plantas forrajeras, viña y olivar o jardines y viveros… (13).

… Y no pararíamos de contar otros curiosos detalles de esta singular obra de ingeniería, pionera en tantos sentidos, cuya presencia ha permanecido más de un siglo en muchos puntos de nuestra campiña. Por estas razones, cuando estos días hemos visto demoler el antiguo azud de La Corta hemos sentido también, con sus vecinos, que una parte de nuestra historia se perdía, tal vez, para siempre.


Para saber más:
(1) Mouré, M.:El río baja un centímetro a la hora y la Junta demuele el azud de La Corta”, Diario de Jerez, 23 de marzo de 2018.
(2) “Concesión de un canal de riego derivado del Río Guadalete”, Revista de Obras Públicas, 1897, Tomo II, nº 1157, págs.. 587-590. De esta publicación hemos obtenido los datos más relevantes que se exponen en el artículo.
(3) García Lázaro, J. y A.:Azúcar amargo: breve recorrido por un siglo de azucareras en la campiña”, Web Entorno a Jerez, 08/08/2013, http://www.entornoajerez.com/2013/07/azucar-amargo-breve-recorrido-por-un.html
(4) Peñuela Jiménez, A.:Sociedad Agrícola Industrial del Guadalete”, en Aportes para una Historia de la Banca en Andalucía. 1780-1936. Disponible en https://bancaandalucia.blogspot.com.es/search/label/Sociedad%20Agr%C3%ADcola%20Industrial%20del%20Guadalete, consultado el 08/04/2018.
(5) Montañés, E.: Transformación agrícola y conflictividad campesina en Jerez de la Frontera (1880-1923), Biblioteca de Urbanismo y Cultura, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1997, p. 103. Sobre esta cuestión, puede consultarse también Boletín de la Cámara Agrícola de Jerez, mayo de 1897, pp.408-409, así como Historia y Geografía del Hábitat Rural de Jerez, Asociación para el desarrollo rural de la comarca de Jerez, 1999 p. 14.
(6) Sobre las diferentes razones que llevaron a cerrar la Azucarera Jerezana pueden consultarse: Romero Rodríguez, J.J. y Zoido Naranjo, F.: Colonización agraria en Andalucía: estudios sobre las actuaciones para la transformación del espacio rural en las provincias de Cádiz y Córdoba., Secretariado de Publicaciones de la Universidad, Sevilla, 1977, p. 51; Montañés, E.: Transformación… p. 160; Commercial Relations of the United States with Foreign Countries, Volumen 1, 1909, p. 392.
(7) Los principales datos biográficos sobre Luis Vasconi pueden consultarse en: Tous Meliá, J.: Cabrera a través de la cartografía [C. 1275- 1916]. Atlas histórico-geográfico de la isla. Ed. Idea Música, 2017, p. 184.
(8) “Concesión de un canal… obra citada, p. 589.
(9) Proyecto de mejora y modernización de la Comunidad de Regantes de la margen izquierda del bajo Guadalete. Captación y Estación de bombeo. Términos Municipales: Jerez de la Frontera y Puerto Real (Cádiz), disponible en : https://www.feragua.com/La-comunidad-del-Bajo-Guadalete-adjudica-su-proyecto-de-modernizacion_a2170.html, Consultado el 08/04/2018
(10) “Concesión de un canal… obra citada, p. 588.
(11) Ibidem, p. 587.
(12) Ibidem, p. 589.
(13) Ibidem , p. 589.




Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto. Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.

Para ver más temas relacionados con éste puedes consultar: Paisajes con historia, Puentes y Obras públicas, Río Guadalete

Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 8/04/2018

7 comentarios :

Anónimo dijo...

¡Que pedazo de reportaje! Lo que no entiendo es para que lo quitan si no estorba porque el agua siempre pasa por encima y siempre está tapado. Más valdría que hubiesen dragado el río. ¡Que buenas fotografías buscais!

francisco giles pacheco . dijo...

Geniel el relato Historico y documental gráfico !!!

Unknown dijo...

Pedazo de reportaje,merece ser terevisado tal cual
Me ha encantado 😃

Unknown dijo...

Merece ser televisado

....Jose Villalpando dijo...

Tengo previsto para mañana pasarme por La Corta, y necesitaba información. Así que me vine a éste blog, como en otras ocasiones, y lógicamente me voy satisfecho como en otras ocasiones.
Gracias

AGL dijo...

Gracias amigo José Villapando. Eres muy amable, como siempre. Nosotros también seguimos tus interesantes paseos!!!

Anónimo dijo...

Me gustaría saber mas sobre cómo fueron las obras para la puesta en riego de la costa noroeste, es muy interesante.
Soy agricultor.

 
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