


Un cortijo con historia.
Estos parajes del alfoz jerezano fueron tiempo atrás vastas dehesas de encinas entre las que discurría el antiguo camino de Vejer. Aunque en sus proximidades se encuentran cortijos como el de Roalabota -con nombre de resonancias árabes y del que ya se tiene noticia documentada en el siglo XVI-, el actual caserío de Frías tiene un origen más reciente, en el XIX.

En todo caso, el enclave en el que se asienta está cargado de historia y en las tierras de Frías, así como en las cercanas de El Tesorillo, Barja, Las Quinientas o Bolaños han aparecido


En las laderas que desde Frías y Bolaños, descienden hasta la Cañada de la Isla que bordea las marismas del Guadalete hasta Puerto Real, se han localizado restos de antiguos alfares romanos que darían salida a su producción en los embarcaderos del cercano estuario (2). El arqueólogo y epigrafista alemán Emil Hubner, quien estudió las marcas halladas en los restos de ánforas olearias acumuladas durante siglos en el conocido “monte Testaccio” de Roma, relacionó algunas

de estas marcas alfareras de mediados del siglo II d.C. con dos topónimos de esta zona. Así, asoció Barcufia y Barcufiense Lucidi, al cercano cortijo de Barja, mientras que Frigidum y

Pese a todo, no está claro el origen del topónimo que las bautiza, que bien pudiera derivar de un antropónimo castellano. No en balde, el historiador Agustín Muñoz y Gómez, al estudiar la procedencia del nombre de la jerezana calle Frías, nos recuerda


Así, en el Plano del Término Municipal de Jerez de Lechuga y Florido (1897), en los Planos del Catastro de Rústica (1899) y en el Plano Parcelario de López Cepero (1904), figuran ya reflejados la Dehesa, Pozos, Casa y Coto de Frías (6). Pero volvamos a nuestro tiempo y acerquémonos hasta Frías...
Frías: un cortijo con vistas a la Bahía.



Entre los elementos más singulares del cortijo destacan el silo para cereal, cilíndrico y de bóveda semiesférica, levantado a finales del XIX o principios del XX, similar a los que se conservan en el cortijo de Casinas (en las proximidades de la Junta de los Ríos) o en el de Alcántara. Igualmente llamativa es la torre almenada que se utilizó como mirador y que se ubica en uno de los ángulos del patio, a la que se accede por una escalera exterior.




Uno de ellos ha sido remodelado como sala de celebraciones donde se llevan a cabo habitualmente todo tipo de eventos.
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Pero sin duda, lo que más nos llama la atención es el cuidado jardín que se extiende delante de la entrada principal del caserío. Rodeado de setos y palmeras, el jardín de 12.000 m2, cuenta con amplias praderas de césped salpicadas de macizos de flores y macetones para los que se han aprovechado los antiguos bebederos para el ganado labrados en arenisca.

El jardín ofrece hermosos rincones donde crecen también una gran variedad de árboles, arbustos y trepadoras que alternan entre los setos y parterres.

Otro espacio entre la arboleda, ha sido habilitado como terraza y comedor al aire libre, sombreado por moreras, palmeras, cipreses, higueras… En uno de los extremos del jardín se encuentra la piscina, rodeada también de vegetación. ¡Un pequeño paraíso con vistas al campo… y a la bahía!
Frías y el flamenco.





Una historia que se remonta a los tiempos de la presencia romana, una singular arquitectura popular, unos hermosos jardines que rodean las estancias del cortijo, unas raíces flamencas… se dan cita en Frías. Y junto a todo ello, las vistas de la Bahía, de la campiña, de la sierra de San Cristóbal… Y el campo, la quietud del campo.
Para saber más:
(1) Rambaud, F.: “Portus Gaditanus. Hipótesis de un nuevo emplazamiento”, Revista de Arqueología nº187, Madrid, 1996, pp. 24–35.
(2) Pemán, C.: “Alfares y embarcaderos romanos en la provincia de Cádiz”, Archivo Español de Arqueología, XXXII, 1959, pp. 169-173. De este trabajo ha sido también tomado el mapa del estuario del Guadalete.
(3) Chic García, G.: “Lacca” . Habis, 10-11, 1979-1980, p. 11. Y López Amador J.J. y Pérez Fernández E. : El Puerto Gaditano de Balbo. El Puerto de Santa María. Cádiz. Ediciones El Boletín. 2013, p, 36
(4) López Amador J.J. y Pérez Fernández E. : Obra citada, p, 36.
(5) Muñoz y Gómez , A.: Calles y Plazas de Xerez de la Frontera. Edic. Facsímil 1903, BUC, p, 180.
(6) Lechuga y Florido, A.: “Plano del Término Municipal de Jerez de la Frontera”. Arreglado a la escala de 1/100.000 para la Guía de Jerez de 1897. Archivo Histórico Provincial de Cádiz.: Trabajos Topográficos. Provincia de Cádiz. Ayuntamiento de Jerez de la Frontera. Escala 1:25.000, 1899. López-Cepero, Adolfo.: Plano Parcelario del término de Jerez de la Frontera. Dedicado al Excmo. Sr. D. Pedro Guerrero y Castro y al Sr. D. Patricio Garvey y Capdepón. 1904. patrocinadores del proyecto, por D. Adolfo López Cepero.- Año de 1904. Escala 1:25.000.
(7) VV.AA.: Cortijos, haciendas y lagares. Arquitectura de las grandes explotaciones agrarias en Andalucía. Provincia de Cádiz. Junta de Andalucía. Consejería de Obras Públicas y Transportes. 2002, p. 211.
(8) Ríos Ruiz, M.: La memoria alucinada
(9) Ríos Ruiz, M.: “Tres evocaciones de voces flamencas”, en Catavino de Papel, Diario de Jerez, 23/01/2009
(10) Ríos Ruiz, M.: Ayer y hoy del cante flamenco, p, 7.
Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto. Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.
Para ver más temas relacionados con éste puedes consultar Cortijos, viñas y haciendas, Paisajes con historia, El paisaje y su gente, El paisaje en la literatura.
Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 6/11/2016
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