Las lagunas “perdidas”.
Humedales en torno a Jerez (2).




El domingo pasado realizamos un recorrido por las lagunas más significativas de nuestro entorno, entre las que figuran las de Medina, Las Canteras y El Tejón, con el reconocimiento de Reserva Natural y por otras como Los Tollos y Las Quinientas que, aunque han sufrido graves agresiones en el pasado, están en vías de recuperación. El paseo que hoy proponemos será también un viaje en el tiempo en busca de las huellas de antiguos humedales. De algunos de ellas se perdieron las pistas y ya sólo nos quedan sus nombres, otros dejaron de existir como tales y unos pocos aún perviven, aunque pasen desapercibidos ante los ojos del viajero que recorre nuestras sierras y campiñas.

Antiguas lagunas citadas ya en el Medievo.

Además de las ya citadas, para conocer aquellas lagunas que estaban presentes en nuestro paisaje rural durante el Medievo, nada mejor que guiarnos de la mano del laborioso estudio de investigación sobre el alfoz jerezano realizado por el profesor Emilio Martín Gutiérrez (1). En los siglos medievales se citan ya numerosos humedales repartidos por el todo el término, y si bien algunos se perdieron con el paso del tiempo de la mano de roturaciones y drenajes, otros han llegado hasta nuestros días aunque con nombres diferentes.



Así, por ejemplo, en el Prado de las Dueñas, junto a Mesas de Asta, se encontraba la laguna del Mortero que aún se mantenía con ese nombre hasta comienzos del siglo XX, muy próxima a las marismas de Asta. Se trata de una laguna estacional cuya cubeta fue utilizada como balsa de vertidos industriales por la Azucarera de Guadalcacín durante más de 30 años desde finales de los 60 del siglo pasado, si bien ahora se encuentra en vías de recuperación. En la Dehesa de Sepúlveda, próxima a la Dehesa de los Potros y al arroyo Salado (junto a la actual pedanía de Estella del Marqués) se hallaba la laguna de Torres y en este lugar se conserva también el topónimo de “majada de las Lagunillas”. Este humedal desapareció tras los drenajes que se realizaron para mejorar las tierras repartidas a los colonos de Estella a mediados de los 50 del siglo pasado. Hoy la veríamos junto a la carretera que une esta pedanía con el circuito a la altura de la Finca Los Potros.



Muy cerca de este lugar, en el buhedo de Garciago, junto al Salado, “existía también otra laguna en medio de la vega”, cuyo recuerdo aún puede rescatarse en las albinas y grandes charcas que se forman hoy día en este mismo lugar, en la urbanización Prados de Montealegre, próxima a Montecastillo.



En la Dehesa del Almirante, junto a la Suara, estuvo la laguna Seca, ya desaparecida, en las proximidades del Guadalete, en terrenos que hace décadas alteraron las extracciones de gravas y arenas.



En la Dehesa de Chipipe, junto a la de Rajamancera (de la que luego nos ocuparemos) se menciona también otra pequeña laguna que, a diferencia de aquella, aún se conserva en la actualidad junto al cortijo del mismo nombre y a la que se accede por la barriada rural de Cañada del León.

De la que no queda rastro es de la laguna de Albadalejo, ubicada en la Dehesa de los Carniceros, en los Llanos de Caulina y que identificamos con las zonas encharcadizas que se sitúan en los accesos a la autopista de Sevilla en las cercanías del Hato de la Carne, donde los años de grandes lluvias pueden verse también algunas albinas.

En el donadío de Torrox se menciona la laguna del mismo nombre que fue alterada y transformada la década pasada en un gran estanque con aliviadero vertiente al río Guadalete. En la Dehesa de Diego Mirabal, en la zona sur del alfoz, entre las tierras de Martelilla y El Guadalete, se tiene noticia de las lagunas del Somidero y de las Aves. Emilio Martín recoge también registros documentales de la presencia de esteros, albinas y una laguna, la de las Cabras en la Dehesa de la Fuente de la Zarza, camino de Puerto Real, en cuyas proximidades están también las marismas de Cetina.



En la Dehesa de las Quinientas Aranzadas se ubicaba la laguna del mismo nombre (de la que ya nos ocupamos la semana pasada) y próxima a ella, la laguna de la Isleta, junto a la Cañada de Medina, en la zona de Las Pachecas, un humedal estacional parcialmente desaparecido.

En el sector oriental del término, en la Dehesa del Alcornocalejo aún persiste laguna de Marimorena, a la que se hace referencia con diferentes nombres en fuentes escritas desde los siglos medievales. Por último, en las faldas del Picacho y del Aljibe, en los confines del término de Jerez y próxima ya a las tierras de Cortes, se menciona la laguna de los Taconeros. En estas faldas se conserva todavía el topónimo de las Taconeras (2) y el citado humedal podría corresponderse con la actualmente denominada Laguna del Moral, a la que se accede desde La sauceda en una interesante ruta senderista.



Nuestros humedales en el siglo XIX.

Durante la época medieval y más tarde, con las roturaciones de tierras comunales y de baldíos llevadas a cabo en los siglos posteriores, algunos de estos humedales desaparecieron. Aunque de manera estacional muchos de ellos seguían encharcándose en los periodos de grandes lluvias, lo cierto es que sus nombres se pierden, poco a poco, en la memoria de los lugareños.



Una prueba de ello son las reducidas referencias a las lagunas y humedales de nuestro término que recoge Pascual Madoz (3), en su Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de España (1845-1850). Entre las citadas figuran la Laguna de Alcornocalejo, ubicada en el actual término de San José del Valle y que en otras fuentes (4) se conoce también como Laguna de La Oscuridad, próxima al cortijo del mismo nombre. El mismo Madoz, al describir los caminos desde Arcos hasta El Valle, nos ofrece una tercera denominación de esta misma laguna (aunque se cita como otra distinta) al afirmar que “…sigue el camino por carriles de arena hasta llegar al cortijo del Sotillo, y pasando por su encinal, se vadea a ½ legua la garganta del Valle y se pasa por la laguna de Marimorena; a ½ legua de la barca del Majaceite…”. Marimorena, Alcornocalejo y La Oscuridad son tres nombres de un mismo humedal que aún se conserva en este mismo lugar en un hermoso paraje visible desde la Cañada de Arcos a Medina.



Al referirse a las lagunas más conocidas del término de Jerez, Madoz señala que “…son las tituladas de Torrós, Medina, El Cuervo, Rajamancera, Gami, Torres, Alcornocalejo y Caños de Uza.” Así, a las ya mencionadas de Medina y Alcornocalejo, se unen la de El Cuervo (otra denominación de la ya citada de Los Tollos o El Tollón) y la de Torrós, que no es sino la actual laguna de Torrox o Torró, como también se la denomina en otras fuentes.



La de Rajamancera, ya desaparecida, se situaba a los pies del Cerro de los Caravantes, y estaba próxima a la barriada rural del mismo nombre, y cercana también a La Ina, en un paraje próximo al cortijo de La Campana, donde se ubica una pista de aterrizaje de ultraligeros. Aún se observa en este lugar, junto a la carretera, el canal de drenaje que canaliza sus aguas al Guadalete, pese a lo cual, en los años de intensas lluvias, vuelve a encharcarse el vaso de este humedal.

La laguna de Torres, ya comentada, ocupaba una pequeña cuenca junto a la Cañada de Garciagos y de Bornos, en la finca Dehesa de Sepúlveda, en la zona que actualmente está comprendida entre la finca Los Potros y Los Garciagos, a la derecha de la carretera que une Estella con el Circuito.

No está claro si la laguna de los Caños de Uza mencionada por Madoz, se corresponde con el lecho encharcable de un antiguo meandro abandonado del Guadalete, o un pequeño vaso lagunar que debió existir en las tierras que se extienden junto al actual cortijo de Caños de Usa o de Aduza, junto al Palmar del Conde, en los Llanos de las Villas. En la actualidad, en el seno de los dos meandros que el río traza en este mismo paraje, situados frente a El Portal y la EDAR, y junto a las Casas de El Torno, se siguen conservando dos pequeñas lagunas formadas en los fosos de dos antiguas graveras abiertas en los años 60 del siglo pasado, que se mantienen con agua durante todo el año, al haberse alterado la capa freática y que se han naturalizado como nuevos humedales.



De todas las mencionadas por Madoz, la más alejada de la ciudad era la de Gami, pequeña laguna ubicada en las vallonadas forestales próximas a la Loma de Gami y al arroyo del Parrón, entre las casas de Abanto y Gami. Este paraje se encuentra a unos 8 km del Puerto de Gáliz, en dirección al Mojón de la Víbora, ya en los límites del término lindando con los montes de Cortes.

Noticia de otras lagunas en el siglo XX.



Damos otro salto en el tiempo para poner la atención sobre un valioso documento elaborado en 1948 denominado “Clasificación de las Vías pecuarias del Término de Jerez”, acompañado de un detallado plano que hemos podido consultar (5). Se mencionan aquí los trazados de las cañadas de nuestro alfoz, encontrándose también en él referencias a no pocos humedales. Un siglo después del Diccionario de Madoz, este documento vuelve a citar las lagunas de ya reseñadas por el citado autor, haciendo también alusión a la Laguna del Rey. Ya desaparecida, esta laguna de notable extensión, estuvo situada entre las dehesas de Sianca y Doña Benita, en las proximidades de la actual barriada rural de El Mojo, colindante con la Cañada de los Arquillos o de la Cuesta del Infierno. Actualmente estaría rodeada por los aerogeneradores del parque eólico de Doña Benita, y en los campos de cultivo de esta finca, todavía se puede apreciar la depresión del gran vaso que ocupaba, transformado hoy en tierra de cultivo al ser drenado con un canalillo que pasa junto a la actual estación depuradora de El Mojo.

Otro de los humedales mencionado a mediados del siglo pasado por el citado documento es la Laguna de la Isleta, ubicada en Las Pachecas, junto a la Cañada Real de Lomopardo o de Medina, en las proximidades del conocido pozo de Matasanos.



Esta laguna tenía forma circular y dejaba en su interior una pequeña isla, siendo modificada con las parcelaciones que en los años 50 y 60 del siglo pasado se hicieron en el diseminado de Las Pachecas.



En la actualidad aún se encharca de manera estacional su antiguo vaso, que se adivina rodeado de tarajes entre las casas de colonos de esta barriada rural y la fábrica de cemento.

No se llega a nombrar en este documento, ni en otros anteriores, la pequeña laguna de La Calera, situada frente a la conocida Casa de Postas que encontramos al pie de la antigua carretera de Arcos, en las proximidades de la Torre de Melgarejo, y que si figura en el Mapa Topográfico Nacional (edición de 1917), como una de las de mayores dimensiones de la zona. En este mismo lugar se construyó hace unos años un gran aparcamiento de vehículos para el Circuito de Velocidad, pero en sus márgenes hemos fotografiado en diferentes ocasiones las albinas que se forman en los años lluviosos y que nos recuerdan la existencia de este pequeño humedal.

El Inventario de Zonas Húmedas de 1985.

Nuestro recorrido, siguiendo el rastro documental y geográfico de las lagunas y humedales en torno a Jerez, nos lleva a 1985 cuando se publica el Inventario de Zonas Húmedas Naturales de la Provincia de Cádiz (6), donde de los 45 espacios naturales que se mencionan, 14 pertenecen al término de Jerez. Entre las lagunas figuran las más conocidas y ya citadas (Medina, Tejón, Canteras, Tollos, Quinientas, Torrox, Rajamancera…), incluyéndose además otras dos no mencionadas en los anteriores documentos: las lagunas de Mesas de Asta y de Bocanegra. La de Mesas de Asta se identifica con la antigua Laguna del Mortero.

La de Bocanegra se corresponde con una pequeña cubeta encharcable, en las proximidades del Cortijo de Roa la Bota, y colindante con la carretera que une El Portal con la laguna de Medina, alimentada por el arroyo del mismo nombre. Junto a ella se ha construido recientemente una subestación eléctrica si bien, parte de su superficie se ha rellenado.



No queremos alargar más esta relación de las lagunas que fueron y se perdieron y de aquellas que continúan existiendo, pero lo cierto es que nuestra campiña guarda muchos rincones donde aún se conservan humedales poco conocidos pero no por ello menos valiosos. Es el caso, por ejemplo, de las pequeñas lagunas de Besana Larga y de Los Fosos, ubicadas junto a la Casa de Las Piñas en la carretera de Paterna, a unos 2 km del cruce de El Pedroso; o la de Las Caballerías, en la finca del mismo nombre, en las proximidades de Martelilla y del Mojo y que en los años lluviosos puede apreciarse desde la Cañada de Medina, “la Puerta Verde de Jerez” (8).

En su “Guía de lagos y humedales de España” (7), los profesores e investigadores Santos Casado y Carlos Montes lamentan las amenazas y dan fe de la desaparición de algunas de nuestras lagunas señalando, en pasado, que “…sobre sedimentos modernos de origen fluvial… pueden citarse las lagunas de Las Quinientas, de la Isla o de las Pachecas, y de Rajamancera, que existían en el borde meridional de las terrazas del Guadalete, al pie de lomas margosas entre las que discurre la llanura aluvial. La intensa transformación agraria que han sufrido los fértiles terrenos de vega ha desfigurado casi por completo las características naturales de estos enclaves palustres”.

La próxima semana terminaremos nuestro recorrido por los humedales ocupándonos de las balsas y embalses agrícolas, transformados en nuevos humedales “naturalizados”, de las lagunas salobres y de las marismas en torno a Jerez.

Para saber más:
(1) Martín Gutiérrez, E.: La organización del Paisaje Rural durante la Baja Edad Media. El ejemplo de Jerez de la Frontera. Universidad de Sevilla-Universidad de Cádiz. 2004.
(2) Hoja del Mapa topográfico Nacional 1063 de Algar).
(3) Diccionario Geográfico Estadístico Histórico MADOZ. Tomo CADIZ. Edición facsímil. Ámbito Ediciones. Salamanca, 1986. Págs. 14, 82 y 246.
(4) Como por ejemplo en el PGMOU de 1986.
(5) Clasificación de las Vías Pecuarias Término municipal de Jerez 1948. Ayto. de Jerez.
(6) Atlas Hidrogeológico de la provincia de Cádiz. Diputación Provincial de Cádiz. 1985.
(7) Casado de Otaloa S. y Montes del Olmo C.: Guía de los lagos y humedales de España. AMA. Junta de Andalucía. 1995
(8) VV.AA.: Inventario de Toponimia andaluza. Cádiz. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Sevilla 1990.


Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto.  Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.

Para ver más temas relacionados con éste puedes consultar en Lagunas y Humedales, Toponimia, Rutas e itinerarios, Parajes Naturales, Humedales en torno a Jerez (1). Un recorrido por las principales lagunas cercanas a la ciudad. y
  • Humedales en torno a Jerez (y 3). Un recorrido por las lagunas salobres, marismas y balsas.



  • Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 7/02/2016

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