San Telmo: el “puerto” de Jerez.
Un sueño de siglos.




A mediados del siglo XIX la ciudad estaba empeñada en uno de sus más grandes desafíos: tener una vía de unión directa con el mar para facilitar la exportación de vinos. La línea férrea Jerez-El Trocadero, la primera de Andalucía, haría realidad en 1856 buena parte de aquel viejo sueño que durante tantos años acarició la ciudad. Un sueño que se resumía en aquel grito de “¡Al Trocadero!”, que se hizo tan popular, como síntesis de todos los anhelos y que un poeta local resumía con un expresivo verso: “Fuera las dudas y el terror siniestro, demos un paso más y el mar ya será nuestro”. Llevar Jerez al mar … (1)

Siglos atrás, sin embargo, la gran aspiración de la ciudad era otra mucho más ambiciosa: traer el mar a Jerez. Desde el siglo XVI, de manera recurrente, el concejo anduvo embarcado en dos grandes empresas: la traída de aguas y la canalización del Guadalete y su unión con el Guadalquivir. Si bien la primera de ellos vio la luz avanzado ya el XIX, la mejora de la navegación por el Guadalete y el sueño de acercar el río y el mar a los pies de la ciudad, han conocido tantas frustraciones como proyectos se han sucedido en todos estos siglos.

Un embarcadero en la Puerta Nueva y la Ermita de Guía.



Al menos desde el quinientos, la historiografía local ofrece no pocas referencias sobre distintos estudios e informes que pretendían “hacer de Jerez puerto de mar”. De ellos nos da buena cuenta el investigador A. M. Cuadrado Román en sus documentados trabajos acerca de los proyectos de obra pública hidráulica en Jerez y apunta que, “por su elevado coste económico, las rivalidades de las ciudades vecinas o la desidia político administrativa” nunca llegaron a materializarse. El lector curioso podrá encontrar amplia información de ellos en las distintas publicaciones del citado autor (2).

Por reseñar sólo algunos de estos proyectos, citaremos que Fray Esteban Rallón, en su Historia de Jerez de la Frontera, recoge ya en 1563 el de Guillermo Banesque (o Guillermo Báñez, según el historiador J. Portillo), quien sostuvo ante el cabildo que el río “se podía traer hasta la Puerta Nueva” del Arroyo, o el de Martín Alemán (1573), ingeniero y relojero del rey, quien pretendía “volver a su madre el río Guadalete y acercarlo a la ciudad y ponerlo en el convento de Guía” (3).



Primera noticia de la traza. Atribuida conjuntamente a Juan de Herrera, que dibujaría la representación de la ciudad, y a Pietre Janson, que trazaría la canalización y muelle de embarque.



Igualmente sugerente es la propuesta atribuida por F. Íñiguez Almech (4) a Juan de Herrera y Pietre Janson (1566) de la que se conserva un curioso plano en el que se representa la ciudad de Xerez a cuyos pies aparece un puerto artificial, integrado por dos lagos circulares, con acceso desde la Puerta Nueva y la Cuesta de San Telmo. Estos lagos circulares se unen por un canal. Del lago superior nace hacia la derecha otro canal que conduce a un tercer estanque, ubicado junto al río en El Portal (5). Como dio a conocer N. García Tapia, este proyecto, basado en la traza anterior, sería desarrollado por el carmelita Fray Mariano Azaro y el ingeniero Francisco de Montalbán (1581) quienes lo presentaron al Consejo de Estado del rey Felipe II y que lleva por nombre: “Relación que el padre Mariano Ázaro hizo a su Majestad sobre el estuario navegable que se pretende hacer en Jerez de la Frontera s/f, aunque remitida al Consejo Real el 7 de Noviembre de 1582” (6). Las dársenas circulares estarían muy cercanas a la ciudad, en la Puerta Nueva y San Telmo, unidas por un canal navegable de 3.500 pies, comunicadas a su vez con una tercera ubicada en el Portal, junto al río a través de un largo canal de 9.400 pies y 30 de anchura. El canal se llenaba aprovechando las aguas del Guadajabaque y terminaba en el río Guadalete, situado a un nivel algo más bajo. Los barcos procedentes de la Bahía de Cádiz desembarcarían sus mercancías en el muelle del río y a través de los canales serían transportadas a la ciudad (7). El informe apuntaba también la interesante idea de que esta doble dársena a los pies de la ciudad permitiría que la flota de Indias pudiese atracar en Jerez sin necesidad de remontar el Guadalquivir y su peligrosa barra. ¡Se imaginan si se hubiese realizado…!



En 1604, el portugués Antonio Grafión, (8) quien dirigió la fábrica de pólvora de Cartagena, propone también la construcción de un canal desde El Portal a la Puerta Nueva… Y como éste otros muchos proyectos que pretendían acercar el río a la ciudad o la unión del Guadalete con el Guadalquivir…. Un sueño de Jerez que duró siglos.

Los proyectos de Juan Machimbarrena.



En el “ADN” de la ciudad debe estar –como se dice ahora- el sueño de "una salida al mar". Por esta razón no dejaron de sucederse proyectos y más proyectos. Tanto es así que, la última de estas iniciativas fallidas tuvo lugar hace apenas setenta años, en 1946, y se debe al ingeniero de caminos vasco Juan Machimbarrena Aguirrebengoa. Machimbarrena, quien fuera presidente del Partido Republicano Federal de Guipuzkoa en 1931, había ocupado la plaza de ingeniero municipal de San Sebastián en la década de los veinte del siglo pasado, interviniendo directamente en las grandes reformas urbanísticas que se llevaron a cabo en aquella ciudad, entre ellas la intervención en las obras de canalización y desvío del río Urumea.

En 1946 sustituye a Antonio Durán Tovar, como Director de la Comisión Administrativa de la zona portuaria de El Puerto de Santa María. Entre otras muchas iniciativas de mejora (drenajes, ensanchamiento y encauzamiento del río, construcción de muelles comerciales…) plantea también la conveniencia de mejorar las comunicaciones terrestres del Puerto de Cádiz a la vez que apunta la novedosa idea de establecer una “comunicación marítima fluvial entre Cádiz y Jerez de la Frontera” (9).

El ingeniero pretende ante todo “abaratar las comunicaciones de los puertos de la bahía de Cádiz” ante el auge que está empezando a tener el movimiento comercial en la zona y presenta su proyecto como una alternativa a la doble vía de ferrocarril que por entonces demandaban las autoridades de Cádiz. A juicio de Machimbarrena la solución ferroviaria no evitaría el gran coste económico que suponía “el volumen innecesario de toneladas-kilómetro a transportar por el contorneo de la bahía”. Junto a estas consideraciones reconocía también que “la zona servida por el Guadalete” tenía un enorme peso comercial y que Jerez era “el verdadero centro de gravedad de la provincia, convergiendo en ella el ferrocarril Cádiz-Madrid, el de Jerez-Almargen y el de Jerez-Sanlúcar, así como las carreteras a Algeciras, Medina, Arcos, Cortes, Sevilla, Cádiz, Trebujena y Sanlúcar”.

Como consecuencia de este diagnóstico basado en criterios técnicos y económicos, redacta en 1946 su anteproyecto denominado “Plan General de Habilitación del Puerto de Puerto de Santa María y enlace fluvial con Jerez de la Frontera”. En última instancia pretende con él establecer una comunicación marítima fluvial entre Cádiz y Jerez.

El Canal de El Portal.

Machimbarrena propone para ello el “encauzamiento y canalización del río Guadalete al Portal, en longitud de 10 kilómetros, y la construcción de un canal desde este último lugar a Jerez, con un desarrollo de 5 kilómetros”. Además de las razones económicas ya expuestas, argumenta como la canalización de ríos es algo habitual en los países europeos e insiste en un claro principio inspirador de la idea afirmando que introducir el mar, “adentrando la navegación hasta el propio corazón de una zona terrestre es, en buena economía, cosa mucho más deseable que lo contrario, esto es, alargar la tierra introduciéndola en el mar”.

El proyecto contempla realizar algunas modificaciones en un tramo de 12 km. del río, desde el Puente de San Alejandro hasta El Portal. A decir del ingeniero, el Guadalete presenta en su cauce entre estos dos puntos, “grandes alineaciones rectas y curvas perfectamente aprovechables”. Para facilitar la navegación, y dar al encauzamiento la traza adecuada, planea realizar 11 cortas con las que rectificará los meandros más cerrados y “las bruscas inflexiones y pequeños radios que hoy tiene el río”, reduciendo también con ello su recorrido en dos kilómetros (10).

Desde El Portal se proyecta un canal de 30 m. de anchura (que podría, incluso, reducirse a 20) con un calado mínimo de 2 m. calculado para la marea más baja de las previstas (la “Bajamar Viva Equinoccial”). Las márgenes del río se recrecerían con los materiales extraídos de los dragados y excavaciones de las cortas formando un malecón de 1 metro de altura por encima de la cota que alcanza la máxima pleamar prevista en la zona, cuya onda de crecida, como recuerda el ingeniero, se deja sentir hasta las “inmediaciones del Puente de Cartuja”. Conviene recordar, a este respecto, que antes de la construcción del azud de La Corta, la carrera de la marea llegaba hasta el citado puente y que en los siglos medievales pudo llegar hasta las cercanías de La Greduela. A los lados del río y del canal proyectado por Machimbarrena se trazarían caminos de servicio y sirga para los vehículos que remolcasen a las barcazas. “Como el volumen de la excavación para construir el canal navegable, incluidas las cortas, asciende a unos 2.000.000 de m3, de los que 1.200.000 corresponden al canal del Portal a Jerez, vemos podía disponerse de productos suficientes para rellenar y explanar caminos de servicio y sirga en las márgenes del río y zonas de embarcaderos, muelles y terrenos de expansión contiguos”.

El “puerto de San Telmo”.

El trazado del nuevo canal para llegar hasta la ciudad arrancaba del cauce del río a la altura de El Portal (aguas arriba de la vieja azucarera) y “discurre… por un primer tramo paralelo al ferrocarril, cruzando a éste en el kilómetro 114, y a continuación a la carretera general a Cádiz”. Este cruce se producía en la zona de la actual Estación Depuradora de Aguas Residuales y desde este punto, se proyectaba por los terrenos más bajos del actual polígono industrial de El Portal: “...desde aquí la traza seguirá el cauce seco que hoy existe paralelo a la carretera general, a la que nuevamente cruzará antes de llegar hasta las playas de San Telmo”.



Esta vaguada (cauce del antiguo rio Guadajabaque) fue utilizada posteriormente para la construcción del colector principal de aguas residuales de Jerez, actualmente canalizado a través de la depuradora.

El “mar”, o “el mar a través del río y de un canal”, llegaba así hasta las explanadas a los pies de la ciudad, donde años más tarde se levantarían las barriadas de Federico Mayo, San Telmo, Santo Tomás de Aquino y Cerrofruto, y donde Machimbarrena proyectó los embarcaderos y muelles del que hubiese sido el “puerto de San Telmo” o el “puerto de Jerez”. Este muelle terminal, perfectamente unido por carretera con la población, contaba también en el con un ramal de ferrocarril enlazada a la línea Jerez-Sanlúcar desde la cercana estación de La Alcubilla (11). Recordaba el ingeniero que “una vez concluidas las obras y construidos los muelles y embarcaderos en El Portal y Playas de San Telmo, la navegación podrá efectuarse, bien con carácter puramente fluvial, ente Jerez y el Puerto de Santa María, o mixto, fluvio-marítimo, entre Jerez y Cádiz”.



El canal estaba diseñado para permitir el paso de grandes barcazas automotoras o bien conducidas por remolcadores desde el río o arrastradas por sirgas desde las orillas, habiéndose calculado que el tiempo invertido para recorrer los 15 km. que separan Jerez y El Puerto no excediese de hora y media. El coste total del proyecto, que requeriría unos seis años de obras, rondaba los 91 millones de pesetas, estando previsto un volumen de tráfico fluvial de medio millón de toneladas.



Cuando desde el mirador situado junto a la Ermita de San Telmo contemplamos hoy la zona del polígono industrial de El Portal, o los populosos barrios de la Zona Sur, imaginamos por un momento el canal de Machimbarrena y nos parece ver, junto a la plaza de la Iglesia de Federico Mayo, los muelles y el embarcadero de las Playas de San Telmo, aquel Puerto de Jerez que –otra vez más- quedó en un sueño.

Para saber más:
(1) García Lázaro, A. y J.: Nuestro patrimonio ferroviario. Algunos elementos singulares de la línea férrea de Jerez a El Portal. Diario de Jerez, 11/01/2014
(2) Entre otros trabajos que hemos consultado citamos Cuadrado Román, A.M. “Los canales de Jerez”. Revista de Historia de Jerez, 14-15, 2008/09, pp. 67-90 y, especialmente, “Un proyecto económico revolucionario en la españa de los austrias: la construccion de un canal para la union de los rios guadalquivir con guadalete, y pasar la casa de contratacion de indias, a jerez de la frontera”, C.E.H.J., 18/03/2014. Recomendamos también al lector interesado la serie de 5 artículos publicados por este autor en Diario de Jerez que llevan por título El Canal de Guadajabaque (I-V), así como el titulado El puerto de Jerez. El proyecto secreto de Felipe II. Diario de Jerez 02/06/2013.
(3) Rallón, E.: Historia de la ciudad de Xerez de la Frontera y de los reyes que la dominaron desde su primera fundación, Ed. de Ángel Marín y Emilio Martín, Cádiz, 1997, vol. III, pp. 155. y 195
(4) Íñiguez Almech, F.: Los ingenios de Juan de Herrera, El Escorial, 1563-1963, IV Centenario de la Fundación del Monasterio de San Lorenzo el Real, II, Arquitectura, Artes, Madrid, 1963, pp. 181-214.
(5) La descripción de ha tomado de “Plano topográfico con canal navegable entre Jerez de la Frontera y el río Guadalete/ Fray Ambrosio Mariano Azaro y Francisco de Montalbán. IBIS. Base de datos del patrimonio bibliográfico del Patrimonio Nacional” , así como de Cuadrado Román, A.M.:Un proyecto…”. (véase cita 2).
(6) Cuadrado Román, A.M.:Un proyecto económico…”, p.3
(7) De los Ríos Martínez, E.: Los informes de Cristóbal de Rojas y Julio Cesar Fontana para hacer un muelle y un puente sobre el río Guadalete en Jerez de la Frontera. Laboratorio de Arte 14 (2001) 13-35. p. 16
(8) Cuadrado Román, A.M.: El Canal de Guadajabaque. Diario de Jerez, 20/11/2012.
(9) Todas las referencias al proyecto de J. Machimbarrena se han tomado de: Machimbarrena Aguirrebengoa, Juan.: Las comunicaciones terrestres del Puerto de Cádiz. Revista de Obras Públicas. Nº 2807, Marzo 1949, pg.97-104. De este artículo proceden los párrafos entrecomillados y los croquis.
(10) Algunos de las ilustraciones de los planos del proyecto de J. Machimbarrena y en especial los que muestran el trazado, se han tomado de: Barragán Muñoz, J. Manuel (1995):Un nuevo río para un nuevo puerto”, en Puerto, ciudad y espacio litoral en la bahía de Cádiz: las infraestructuras portuarias en la ordenación del espacio litoral de la bahía de Cádiz. Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz. Pg. 91-92.
(11) La fotografía de la Estación de la Alcubilla, derribada en 1990 ha sido tomada de la web del Club Ferroviario Jerezano.

Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto.  Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.

Otros enlaces que pueden interesarte: Puentes y obras públicas, Río Guadalete, Paisajes con historia.

Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 12/10/2014

Una Feria de las de antes. Un paseo por las ferias de hace un siglo.




Recién estrenada la Feria del Caballo de 2024, cuando parece que hay más ganas de feria que nunca, les proponemos un paseo en el tiempo por el Real, para visitar la Feria de Jerez de hace un siglo. En este caso se corresponde a la de 1917, de la que hace unos años escribimos las siguientes líneas.

Para situarnos en el tiempo, la ciudad cuenta en esos años con 65.000 habitantes y tiene al frente de la Alcaldía desde 1914 a Julio González Hontoria, político con amplia experiencia, quien ya había sido alcalde en otros tres periodos anteriores. Desde 1903, gracias a sus gestiones, Jerez dispone de un parque de ferias que acabaría llevando su nombre.

Durante casi dos meses, desde el 7 de marzo, la ciudad carece de suministro de agua al arrastrar la riada el sifón del acueducto de Tempul en La Florida, recuperándose de nuevo de manera provisional el 29 de abril, primer día de feria. La situación económica del Ayuntamiento atraviesa por dificultades y en los días previos a las fiestas, la prensa local se muestra muy crítica con la gestión del alcalde. Varias escuelas nacionales van a ser desahuciadas por impago del alquiler de los edificios y se adeuda también a los maestros desde hace meses parte de su sueldo (1). Los empleados municipales no cobran tampoco sus salarios, aunque para calmar los ánimos se ordena un pago de cinco duros el primer día de Feria. Peor suerte correrán los miembros de la Guardia Rural, que serán cesados en plenas fiestas al solicitar un anticipo de 6 pesetas (2).

Así las cosas, el presupuesto de la Feria de 1917, es relativamente modesto y asciende a 10.780 ptas., tal como se aprueba en la Sesión Ordinaria del Ayuntamiento el 20 de abril, destinándose las mayores partidas al alumbrado del Real y de varias calles (4.000), a la Exposición de Ganados (1.759) o a las cuatro funciones de fuegos artificiales (1.000), por mencionar sólo las más relevantes (3).



Los actos festivos comienzan el sábado 28 de abril por la noche, terminando el miércoles 2 de mayo. Así recogía la prensa local el inicio de la Feria: “En la plaza de Alfonso XII, se quemó anoche una vistosa función de fuegos artificiales, espectáculo que fue presenciado por millares de personas. La banda de música del Hospicio se estacionó en el crucero de las calles Santa María y Duque de Almodóvar, interpretando escogidas piezas de su repertorio. La animación en las referidas vías y en la Lancería duró hasta después de las doce de la noche. En los distintos trenes de ayer llegaron a ésta numerosas personas, tanto de la línea de Cádiz como de la de Sevilla. Durante todo el día presentaron animado aspecto las vías céntricas, viéndose muy concurridos los cafés, círculos y casinos” (4).

Pero la Feria propiamente dicha, aunque tuviera la “inauguración del alumbrado” en la Plaza del Arenal (Alfonso XII) y calle Larga (Duque de Almodóvar), se desarrollaba ya en el parque González Hontoria donde junto al bullicio de las casetas y las atracciones, tenían lugar las principales actividades del programa. Veamos algunas de ellas.

La Exposición de Ganados.

Desde sus inicios, allá por el s. XIII, la Feria de Jerez fue antes que otra cosa, un mercado ganadero. No es de extrañar por ello que, en recuerdo de aquellas ferias medievales y en reconocimiento a la repercusión económica de la actividad pecuaria, la feria jerezana mantuviese durante muchos años entre sus actividades exposiciones, muestras y mercado de ganados. En la de 1917 fue también uno de los “platos fuertes”, encabezando el programa de actos en el que se recogía que “en los días 25, 26 y 27 de Abril se celebrara una "Exposición de Ganados" concediéndose valiosos premios por la familia Real, Asociación de Ganaderos del Reino y otros Centros Superiores del Excmo. Ayuntamiento, diferentes Sociedades y personalidades”. En el presupuesto de la feria se destinaban 1.000 ptas. con destino a premios para esta actividad (5).



Con anterioridad a su comienzo, el acalde accidental Pedro Díaz López firmaba un bando en el que se regulaban los horarios de acceso del ganado al recinto de la Exposición, que se estabulaba en el Hato de la Carne (en los Llanos de Caulina) y era conducido hasta el Real por la Cañada de la Feria (actual Avda. de Europa). En él se prohibía "la venta en ambulancia de toda clase de artículos" en el Real de la Feria a quienes no hubiese satisfecho el correspondiente arbitrio (6).

La Exposición estuvo muy animada y entre los ejemplares presentados destacaban los lotes de los hermanos Guerrero, con sementales importados de Inglaterra, caballos de las razas hispano-anglo-árabe, hackney, lotes de yeguas para silla y tiro, yuntas de bueyes de raza española, lotes de gallinas de raza española, castellana, negras y de la raza Rhode Island. Fuera de concurso, la Yeguada Militar exponía a los sementales Van Dick y Visir, así como lotes de potros, yeguas con rastra y yeguas "vacías" (7). El Marqués de Casa Domecq participaba con distintos lotes de caballos, de potros, potrancas y yeguas, lotes de ovejas y de gallinas y gallos (8). De gran interés fueron también los lotes aportados por los Sres. Hijos de D. Francisco Perea, con caballos de raza española, potros, así como un hermoso caballo pura sangre árabe: Van Dick III (9).



El balance final de la Exposición tuvo luces y sombras. La prensa reflejaba que debido a la escasez de agua (al encontrarse la ciudad sin suministro) “…notóse la falta de lucimiento de los ejemplares presentados, efecto del polvo que se levantaba en aquellos alrededores (10). Hubo menos participación de que en años anteriores, pero aún así, el movimiento de ejemplares y de ventas fue notable y uno de los días se da cuenta de que “en el mercado entraron las siguientes cabezas de ganado Caballar (2.423), Mular (1.685) Asnal (818) Vacuno (2.032), Cabrío (1.291), Lanar (2.664), Cerda (1.225)”. A modo de ejemplo se menciona como el conocido tratante D. Antonio Muñoz, Antoñuelo, compró más de 1200 ovejas (11).

Las corridas de toros: El Gallo, Pacorro y Carnicerito.



El programa taurino incluía dos corridas: el domingo 29 y el lunes 30 de abril. Unos días antes la prensa informaba que "los novillos del Sr. Villalón llegarán a Jerez por tierra, quedando expuestos en los Llanos de Caulina, la víspera y el primer día de Feria” (12). En la misma crónica se criticaban duramente los altos precios pagados en el coso sevillano: “¡Qué imbéciles!



A veinte pesetas han llegado a cotizarse las entradas de Sombra para la corrida de hoy en Sevilla, y a nueve las de Sol. ¿Y habrá desgraciado que pague esas cantidades, por dos horas de espectáculo taurino? ¡Pobre país! No tiene cura
” (13). Los toreros Rafael Gómez “El Gallo” y Manuel Martín Vázquez, se desplazaron desde Sevilla en automóvil la noche anterior, mientras que Julián Saiz “Saleri” “llegó en el correo descendente” (14).

Como muestra del interés que suscitaban las corridas de toros, El Guadalete ofrecía un amplio reportaje de la "primera de Feria", en la que el cronista desplegaba los tópicos al uso: "El Presidente saca el moquero y hacen su aparición las cuadrillas que capitaneadas por "el Gallo", Vázquez II y "Saleri" son acogidas con palmas por las masas... Es el alarde viril de la raza... En los antepechos de los palcos, en las balaustradas y acodadas en ellas, emergen tras el mantón manileño, los bustos airosos y graciales de nuestras gentilísimas paisanas; son sus pechos, sus cabellos, floración de policromos cármenes, tocadas de blondas y de sedas, presetan perfiladas una ancestral silueta, que es nexo y paralelo rítmico, entre la fémina de hoy y aquella maja y señoril de antaño" (15).

Las crónicas de la corrida eclipsan por completo a la que sin duda a la noticia que todo el pueblo esperaba y que el diario despachaba en unas líneas: "Feliz acontecimiento" A las cuatro menos diez minutos de la tarde de hoy ha entrado el agua de Tempul en los Depósitos del Calvario" (16). La feria de 1917, con la llegada del agua, no podía empezar mejor, ya que la ciudad llevaba dos meses sin agua tras la rotura del acueducto de Tempul en La Florida, arrastrado por la riada del 7 de marzo. Por eso no es de extrañar que al detectarse la presencia en el palco del ingeniero Juan Gavala y de su colaborador, el también ingeniero González Gordon, artífices de la reparación del acueducto, el público estallara en una “ovación espontánea y calurosa” que se repetiría al día siguiente. Se rendía así un justo reconocimiento popular a quienes tanto habían hecho por la ciudad (17).

En la “segunda de Feria”, el lunes 30 de abril, toros de Villalón para los diestros "Pacorro", Domínguez y "Carnicerito". La prensa destaca que "después de celebrada la corrida de novillos hubo desfile de carruajes en el Parque, viéndose ocupados aquellos por hermosas mujeres que lucían, en muy escaso número, la clásica mantilla y el mantón filipino, prendas que por lo que viene utilizándose en esta tierra, parece que están llamadas a desaparecer.



Por la noche acudió numerosísimo público a la feria hasta el punto de llenar por completo las avenidas de peatones. Se quemó una vistosa colección de fuegos artificiales. Las casetas tanto particulares como públicas, se vieron muy concurridas. No obstante la aglomeración de público, no ocurrió el menor incidente desagradable
" (18).

Concurso Hípico Regional.

Como era tradicional, la Feria incluía pruebas hípicas que se celebraban en la pista de San Benito, donde realizaban habitualmente sus entrenamientos los jinetes de la Yeguada Militar, cuyas instalaciones eran colindantes. Con la denominación de Concurso Hípico Regional, contaba con un Comité de Honor presidido por D. Miguel Núñez de Prado, D. Pedro Nolasco González de Soto y D. Julio González Hontoria. Además de los trofeos y premios en metálico ofrecidos por diferentes instituciones, el Ayuntamiento había presupuestado 750 ptas. para la “adquisición de medallas para el concurso” (19)

En la prueba inaugural -el miércoles 2 de mayo, último día de feria- el primer premio, de 200 ptas., fue ganado por el caballo Cabezal montado por el teniente F. Alcaraz. La prueba Omnium, dotada con premio de 700 ptas., la victoria fue para el caballo Raspón, conducido por el teniente F. León. La crónica social añade que "la mayoría de las distinguidas personas que ocuparon las localidades de preferencia, tomaron el té en la hacienda de San Benito" y recuerda que durante la celebración de las pruebas, "la banda de música del Hospicio que con tanto acierto dirige el competente profesor D. Anselmo Apolo, interpretó el pasodoble "Viva la Jota", el vals Flores marchitas, La Corte del faraón, y otras conocidas composiciones” (20). Como dato curioso, la prensa destaca que ese último día de Feria llegaron a Jerez para visitar La Cartuja una expedición de 65 arquitectos que celebraban el VII Congreso Nacional en Sevilla, guiados, entre otros, por el arquitecto jerezano F. Hernández Rubio. Tras la visita al monasterio les esperaba un almuerzo en el Hotel Los Cisnes. Por la tarde, un recorrido por S. Miguel, la Colegial y las bodegas de González Byass, para regresar a Sevilla en el "exprés ascendente" (21).

El Concurso Hípico, en su segunda y última jornada del jueves 3 de mayo, “con las tribunas muy concurridas de personas distinguidas entre las que se encontraban la inmensa mayoría de las que integran nuestra buena sociedad", vería coronarse como ganador de la prueba “Honor” al caballo La Ina, propiedad del Marqués de Casa Domecq, quien obtuvo la copa donada por S.M. el Rey, siendo montado por el Capitán de Caballería D. Luis Moreno, quien recogió el galardón a los sones de la Marcha Real, interpretada por la banda del Hospicio que amenizó el acto. En la prueba nacional, el primer premio de 500 ptas. se le adjudicó al caballo Tarambana, montado por el teniente Francisco León (22).

La “Batalla de las Flores”.



Uno de los actos que tradicionalmente formaba parte de la Feria era la conocida Batalla de las Flores. Programada en esta ocasión para su último día, competían en este festejo singular carruajes y automóviles engalanados con flores naturales o artificiales cuyos ocupantes arrojaban ramos, flores, guirnaldas, serpentinas y papelillos. Para incentivar la participación el ayuntamiento había previsto 750 pesetas en premios, correspondiéndole 350 a la carroza más alegórica y artísticamente decorada con flores naturales, 200 al carruaje "más lujosamente adornado y con más gusto", 125 al carruaje o automóvil igualmente engalanado con flores naturales y un cuarto premio de 75 para toda clase de carruajes adornados con flores naturales o artificiales. (23)

La animación de los primeros años de su implantación, en los que nunca faltaban en esta fiesta la representación de las bodegas o de las familias distinguidas de la ciudad, se saldó en esta ocasión con un estrepitoso fracaso ya que la celebración había venido a menos en las últimas ediciones. Eso es lo que se deduce de la crónica publicada por El Guadalete donde se informaba que “La anunciada "batalla de flores" se redujo a ligeras escaramuzas, pues como previamente no se había inscripto ni un solo vehículo, los automóviles y carruajes que concurrieron sólo iban adornados con "modestos ramos" para poder "entrar en acción" según prevenían los programas". Al parecer, durante la celebración de la fiesta imperó un gran desorden por la ausencia de la guardia rural, que días antes había cesado el alcalde. El diario se extrañaba de que no hubiesen ocurrido desgracias personales ya que "numerosos chicos anduvieron poco menos que debajo de las patas de los caballos recogiendo las flores y serpentinas que caían al suelo, sin que nadie procurara retirarlos del peligro".



Irónicamente, y continuando con sus críticas a González Hontoria, señalaba que "Constituyó esta fiesta otro éxito para el alcalde, que quien por no recoger los "laureles" que pudieran corresponderle, tuvo a bien no aparecer por el Parque" (24).

El último día de Feria, y a modo de despedida, la prensa local refleja que “por la noche afluyó numeroso público al parque. Las avenidas de peatones se vieron totalmente ocupadas, como así mismo las casetas particulares y públicas”. Entre los incidentes curiosos que tuvieron lugar se señala la presencia de juegos ilegales ante la ausencia de la guardia rural, como "multitud de ruedas de las llamadas del 25, donde se ha engañado a los incautos, sin cortapisas que lo impidieran". A las diez de la noche, cuando mayor era la concurrencia en el Parque, "sentó sus reales en el mismo una vaca de leche que emprendió veloz carrera por una de las avenidas de peatones, sembrando el pánico entre cuantas personas deambulaban por aquellas. La gente se refugió en las casetas y, aunque se trataba de una vaca mansa "no faltó quien se despojase de la americana, sin duda para dejar en pañales a Joselito o Belmonte" (25).



Tras el susto de la vaca y como fin de fiesta, igual que ahora, tuvo lugar “una función de fuegos artificiales que fue presenciada por mucho público”. El 3 de mayo, un día después de terminar la Feria, El Guadalete publicaba la siguiente noticia: “Desde anoche han dejado de ser encendidas en las primeras horas, la mitad de las farolas del alumbrado público por gas” (26). Menos mal que esto pasaba… hace 100 años. ¡Feliz Feria!

Para saber más:
(1) El Guadalete, 26 de abril de 1917.
(2) Sobre la situación de estos días de abril y mayo, puede verse las noticias locales de El Guadalete, de los días 28, 29, 30 de abril y 1 y 2 de Mayo 1917. Las descalificaciones de la gestión del alcalde Julio González Hontoria son constantes y de un tono “subido”.
(3) AMJF, Actas Capitulares. Sesión Ordinaria celebrada el viernes 20 de abril de 1917, Punto 2, folios 437-441.
(4) El Guadalete, 29 de Abril de 1917
(5) AMJF, Actas Capitulares. Sesión Ordinaria celebrada el viernes 20 de abril de 1917, Ver punto 2, folio 440.
(6) El Guadalete, 24 de Abril de 1917.
(7) El Guadalete, 25 de Abril de 1917.
(8) El Guadalete, 26 de Abril de 1917.
(9) El Guadalete, 27 de Abril de 1917.
(10) Ibídem.
(11) El Guadalete, 1 de Mayo de 1917
(12) El Guadalete, 27 de abril de 1917.
(13) Ibídem
(14) El Guadalete, 29 de abril de 1917.
(15) El Guadalete, 30 de abril de 1917.
(16) Ibídem
(17) El Guadalete, 30 de abril y 1 de Mayo de 1917.
(18) El Guadalete, 1 de Mayo de 1917.
(19) AMJF, Actas Capitulares. Sesión Ordinaria celebrada el viernes 20 de abril de 1917, Ver punto 2, folio 440.
(20) El Guadalete, 3 de Mayo de 1917.
(21) Ibídem
(22) El Guadalete, 4 de Mayo de 1917.
(23) AMJF, Actas Capitulares. Sesión Ordinaria celebrada el viernes 20 de abril de 1917, Ver punto 2, folios 437-441. De ello se informaba también en El Guadalete, 21 de abril de 1917.
(24) El Guadalete, 2 de mayo de 1917.
(25) Ibídem
(26) El Guadalete, 4 de mayo de 1917.


Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto. Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.

Otras entradas relacionadas: Miscelánea, Paisajes con Historia. El paisaje y sus gentes

Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 14/05/2017

 
Subir a Inicio