Uno de nuestros retablos cerámicos preferidos es el conservado en el cortijo de Alijar (Jerez), junto a la carretera de Sanlúcar. Se trata de uno de los más antiguos azulejos devocionales de nuestra campiña y en él se representa a San Rafael Arcángel, en esmalte azul sobre blanco, sosteniendo un pez en la mano. De cronología no determinada (probablemente del siglo XIX) es un ejemplo único en nuestra campiña. Que ustedes lo disfruten.
Una mirada a los alrededores de Jerez, a su término municipal y al de otros pueblos y ciudades que nos rodean. Un recorrido por la geografía, los paisajes, los espacios naturales, el patrimonio rural y la historia de nuestro entorno.
29 septiembre 2020
SAN RAFAEL ARCÁNGEL
Hoy, día en el que se celebra la festividad de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. queremos compartir con los lectores una imagen muy especial.
17 septiembre 2020
Bosques-isla en los “mares” de la campiña.
Un paseo por nuestros “oasis” forestales entre tierras de cultivo.



Siglos de intervención humana sobre el medio natural, en especial desde la romanización hasta nuestros días, han provocado cambios sustanciales en el territorio y el paisaje de la mano de las progresivas roturaciones y de la imparable extensión de la agricultura y la ganadería. Ello ha traído como consecuencia que en el marco de la campiña, los espacios forestales se fueran fragmentando, alterando y reduciendo hasta llegar, casi, a desaparecer.

Pese a todo, aún se conservan reductos de vegetación, “oasis” forestales, que como auténticos “bosques-isla” permanecen a duras penas entre el “mar” de terrenos agrícolas de nuestras


Los bosques-isla, aunque reducidos a su mínima expresión, juegan un papel ecológico fundamental al actuar como reservas y refugio de la vegetación natural, la flora y la fauna silvestre de nuestro territorio, de cuyo antiguo esplendor son fieles testigos. Junto a ello, aportan a los paisajes tantas veces monótonos de los cultivos agrícolas y a la uniformidad de los horizontes de sembrados, una vistosa diversidad, variedad y contraste de formas y colores que los enriquecen y los hacen más atractivos.
Los bosques-isla de la campiña de Jerez.

Una primera catalogación y estudio de los mismos se llevó a cabo con la publicación en 2001 de un estudio de gran interés que vio la luz también en formato libro: “Bosques-isla de la provincia de Cádiz” (1). En él se da cuenta de un primer inventario de estos espacios naturales, que representan auténticas “islas de vegetación rodeadas de un medio hostil y diferente, son restos interesantes de ecosistemas pretéritos que preservan en su interior las condiciones para la supervivencia de especies animales y vegetales que de otra forma ya habrían desaparecido. Su valor además se incrementa al poder servir de nexos de unión o corredores, junto con los

Este estudio llevado a cabo por los investigadores Carola Pérez Porras, Guillermo Ceballos y Abelardo Aparicio, aporta interesantes datos sobre 159 enclaves pertenecientes a 18 municipios de la provincia que comparten el territorio de las campiñas. De ellos, los


En el término municipal de Jerez se catalogaron 30 bosques-isla entre los que encontramos una variada selección de las distintas formaciones forestales. Los más representados son los pinares, de los que han sido incluidos 14 enclaves en la campiña, seguidos de los alcornocales (6) y los acebuchales (4).
Pinares y alcornocales.



Muy llamativos son también los pinares del Cerro de la Harina y de Cabeza de Santa María, en Torrecera, ambos sobre cerros de margas y yesos triásicos. El primero de ellos, en Torrecera la Vieja, despunta junto al Guadalete. El segundo, en las proximidades del cortijo del mismo nombre, sobresale entre olivares junto al arroyo Salado de Paterna en el Valle de Los Arquillos.

En todos ellos la especie dominante es el pino carrasco, al igual que sucede en el pinar que crece en torno a la Potabilizadora de Cuartillos, donde también están presentes ejemplares de pino piñonero. En el parque periurbano de La Suara, hay también pinarillos de P. pinea, como en los llanos de Malabrigo y Los Isletes, próximos a aquél.

En estos parajes encontramos uno de los pinares de mayor interés y extensión de la campiña, el de La Guita, con una superficie de casi 30 Ha, donde el pino piñonero se mezcla con encinas y alcornoques.

Próximo a él están los pinares del Montecillo y el del Cerrado de Malabrigo, donde crecen estas mismas especies.



Los alcornocales, tan abundantes en la zona de los Montes de Propios, apenas forman masas puras en el territorio campiñés que puedan ser consideradas bosques-isla. Con todo destacan algunas manchas importantes, como las de Berlanguilla, donde se conservan varios bosquetes de alcornoques rodeados de cultivos de algarrobos. En los alrededores del cruce de la antigua Venta San Miguel, en la zona conocida como El Chaparrito, podemos encontrar también otros tres pequeños alcornocales catalogados.

Acebuchales y encinares.


De menores dimensiones son los acebuchales de Torrecera o de Gigonza, donde en las proximidades del Castillo y de los antiguos Baños, se forman también masas forestales de gran densidad, como sucede en los Cejos del Inglés.

Este último acebuchal se extiende en los cerros próximos a la Laguna de Medina presentando laderas donde el bosque se encuentra muy desarrollado, tal como puede verse desde las proximidades de la Ermita de la Ina o del Puente de las Carretas.

De gran interés es también el bosque-isla de acebuches que crece en el Cerro del León, a orillas del Guadalete y junto a la barriada rural del Palomar de Zurita. Aunque no figura en el catálogo provincial, presenta árboles de gran tamaño y es una formación sobreviviente de los desmontes que en sus alrededores se produjeron con la extracción de gravas y arenas.

Los encinares ocuparon tiempo atrás grandes espacios en la campiña que se fueron aclarando con el paso de los siglos para su transformación en dehesas, hasta casi desaparecer. El viajero


Con todo, la más sobresaliente de estas formaciones es sin duda el Encinar de Vicos, situado entre la Barca y el Cortijo de Vicos, donde las encinas llegan a formar un hermoso bosque de llanura y en el que encontramos ejemplares centenarios de hermoso porte.
Bosques mixtos y formaciones antrópicas.
Junto a los bosques-isla ya mencionados, donde una especie es predominante sobre las demás, encontramos también otros espacios forestales en la campiña, donde aparecen mezcladas varias



La Suara, de 211 Ha, es un amplio espacio forestal situado en las

En la actualidad La Suara hace las funciones de parque periurbano, sirviendo de zona de ocio a la ciudad de Jerez y a otras poblaciones vecinas.

Algo parecido sucede con el parque de Las Aguilillas, junto a Estella del Marqués, a 5 km de Jerez por la carretera de Cortes. En este bosque-isla, predomina en distintos sectores el pino

Estos pinares, que por su proximidad a la ciudad son un espacio muy utilizado para paseos y comidas familiares, han sido objeto de tratamientos silvícolas de aclareo que pretenden la progresiva eliminación de los eucaliptos y la recuperación de las especies autóctonas.

Bosques-Isla: pequeñas formaciones forestales en el “mar de la campiña, lugares tranquilos en los que pasear y disfrutar de la naturaleza muy cerca de la ciudad.
Para saber más:
(1) Aparicio, A., Pérez, C. y Ceballos, G.: Bosques-isla de la provincia de Cádiz. Junta de Andalucía, Consejería de Medio Ambiente. Jerez, 2001.
(2) Ibídem, p. 15.
(3) J. y A. García Lázaro: Pinos y Pinares, Diario de Jerez, 22 de Febrero de 2017
Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto. Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.
Otras entradas relacionadas: Flora y fauna, Parajes naturales, Patrimonio en el medio rural, Rutas e Itinerarios.
Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 4/06/2017
11 septiembre 2020
Un resplandor en la noche.
Con Zurbarán por las riberas del Guadalete en el Sotillo.
Publicada en 28/5/17

Es conocido que, tras la desamortización de Mendizábal en 1836, se dispersaron los bienes del monasterio y en especial sus cuadros y esculturas, encontrándose hoy repartidos por algunos de los museos más importantes del mundo. Buena parte de las tablas y lienzos que el célebre pintor de Fuente de Cantos realizó para la cartuja jerezana, se conservan en la actualidad en el Museo Provincial de Cádiz, mientras que cuatro de sus cuadros se exhiben en el Museo de Grenoble y en el polaco de Poznan lo hace la Virgen del Rosario, una pintura de grandes dimensiones.
Junto a todos ellos, el titulado “La batalla de Jerez”, la que fuera la pieza central del retablo de la Cartuja, es el que por muchas razones se considera una de sus obras más lograda, pudiendo admirarse hoy en el Metropolitan Museum of Art de New York. De este famoso cuadro y de su vinculación con la historia de la Cartuja y con un célebre episodio bélico ocurrido a mediados del siglo XIV a orillas del Guadalete, vamos a ocuparnos en las siguientes líneas.

En 1638, cuando Francisco de Zurbarán recibe el encargo del Monasterio de Santa María de la Defensión para pintar un retablo destinado a su altar mayor, así como otros cuadros para distintas dependencias, cuenta con 40 años de edad y es ya un reconocido maestro. Tras una estancia en Madrid en la que visita a su amigo Diego Velázquez y se relaciona con los pintores italianos que trabajan en la corte, comenzará a abandonar el tenebrismo de sus comienzos, ganado sus cuadros en claridad con tonos menos contrastados. Reconocido con el título de "Pintor del Rey", vuelve a Llerena donde tiene su taller en el que trabaja también, junto al encargo de la Cartuja jerezana, en otros cuadros de motivos religiosos para el mercado americano.



La pintura nos ofrece una escena nocturna, planteada con un claro y original carácter narrativo, en la que Zurbarán demuestra su maestría en el tratamiento de la luz (1). En medio de la noche, en primer plano, un soldado –que nos recuerda a los personajes del Cuadro de las lanzas de Velázquez- muestra al espectador lo que sucede en el fondo. Entre las arboledas que crecen junto al río, se desarrolla una reñida batalla.



De ello da cuenta Antonio Ponz, quien visita el Monasterio en 1791 y deja escrito que “… en dos retablitos del Coro de los Legos, hay dos excelentes pinturas del citado Zurbarán, y de su mano son igualmente dos grandes cuadros puestos en las paredes de este recinto: el uno representa á Nuestra Señora con el Niño Dios, y a diferentes Monges de rodillas, en el otro está Nuestra Señora como auxiliando á los Xerezanos en una batalla que ganaron a los moros en estos contornos, en la qual pendieron al Régulo Aben-faha, que lo enviaron en presente a Alfonso XI, todavía niño. Á dicha pintura llaman de la Defensión” (3).
Una pintura con trasfondo histórico.

Para acercarnos a los orígenes de la leyenda, conviene recordar que a la muerte de Alfonso XI y durante el reinado de los primeros monarcas de la dinastía Tras támara, los conflictos sucesorios y las luchas nobiliarias “impidieron de forma efectiva continuar con la política de Reconquista” y, de alguna manera, la frontera se mostró más vulnerable (4). Por esta razón, las campiñas y sierras jerezanas, situadas en un espacio inseguro, fueron a lo largo del último tercio del siglo XIV el escenario de no pocos enfrentamientos entre musulmanes y cristianos.

Este es el caso, por ejemplo, de las batallas de Gigonza (1371) y Vallehermoso (1372).

La batalla del Sotillo.





Esta versión, con pequeñas variaciones, fue repetida por muchos autores quienes atribuían la victoria cristiana en aquella escaramuza a la milagrosa intervención de la virgen. Pedro de Madrazo, quien sitúa este episodio bélico erróneamente en el reinado de Alfonso X, lo describe

El historiador Manuel de Bertemati, atribuye este suceso a Abu Zeid alcaide de Jimena, “el 'moro Zaide'” de las crónicas cristianas.


La Ermita de la Defensión.






En el porche de la capilla, a ambos lados de su puerta de acceso pueden verse sendos paneles cerámicos sobre la Virgen de la Merced y sobre la historia del Monasterio. En este último se recuerda también la Batalla del Sotillo.
Nos gusta acercarnos a La Cartuja y recorrer despacio el gran patio que se abre ante la fachada de la Iglesia, haciendo un alto en la Capilla de los Caminantes, siempre abierta, o pasear por los jardines de acceso al monasterio y detenernos después en la vieja Cruz de la Defensión. Y luego, cuando cae la tarde, antes de abandonar este lugar, nos gusta sobre todo asomarnos a la antigua huerta de la Cartuja, flanqueada por las alamedas del Guadalete, en las riberas del Sotillo, donde tuvo lugar aquel enfrentamiento ente moros y cristianos que recreara Zurbarán en “La Batalla de Jerez” y que ya para siempre imaginamos tal y como él la pintó.

Para saber más:
(1) Sánchez Quevedo, M.I.: Zurbarán, Ediciones Akal, 2000, p.31
(2) Ibídem, p. 33
(3) Ponz, A.: Viage de España. Tomo XVII, Carta VI. Madrid, 1792, p. 278.
(4) Martín Gutiérrez, E. y Marín Rodríguez, J.A.: “Tercera parte. La época Cristiana” (1264-1492), en Caro Cancela, D. (Coord.): Historia de Jerez de la Frontera. De los orígenes a la época medieval. Tomo 1, Diputación de Cádiz, 1999, p.269
(5) Gutiérrez, B.: Historia del estado presente y antiguo de la Muy Noble y Leal Ciudad de Xerez de la Frontera, Jerez 1886, Ed. facsímil de 1989, L. II, p. 234.
(6) Ibídem, p. 235
(7) Romero Bejarano, M.: De los orígenes a Pilar Sánchez. Breve Historia de Jerez. Ediciones Remedios,9, 2009, pp. 30-31.
(8) Rallón, E.: Historia de la ciudad de Xerez de la Frontera y de los reyes que la dominaron desde su primera fundación, Edición de Ángel Marín y Emilio Martín, Cádiz, 1997, vol. II, p. 120.
(9) Madrazo, P.: Sevilla y Cádiz, Barcelona, 1884, pp. 581-582.
(10) Bertemati y Troncoso, M.: Discurso sobre las historias y los historiadores de Xerez de la Frontera: dirigido a la Real Sociedad Económica Xerezana en noviembre de 1863, Imprenta del Guadalete, Jerez, 1883 p. 162.
(11) Pomar Rodil, P.J. y Mariscal Rodríguez, M.A.: Jerez: guía artística y monumental, Sílex Ediciones, 2004, p. 226
(12) Madrazo, P.: Sevilla y Cádiz… p. 582.
(13) Pomar Rodil, P.J. y Mariscal Rodríguez, M.A.: Jerez: guía artística… p. 229
Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto. Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.
Otras entradas relacionadas: Paisajes con historia, El paisaje y su gente
Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 28/05/2017